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LA INDIA NO ES SOLO BOMBAY

“Todo en la vida es un juego de azar”, le espetó uno de esos ricachones de inicios del Siglo XX a Jack Dawson en la cena-recompensa por ‘salvar’ a Rose del suicidio, que se celebró en el restaurante de primera clase del Titanic.

Lo decía un multimillonario envuelto en negocios de carbón, ropa o en especular en la bolsa. Un liberal norteamericano que posiblemente, de haber sido real, se hubiese suicidado como tantos otros en el crack del 29.

Liberales hay muchos, en el sentido económico de la palabra, aunque social y políticamente suelan ser –Zapatero no- las personas más conservadoras, carcas y dictatoriales. Y también se pueden encontrar con una situación de azar, pueden conocer que a través del juego de la vida, se pueden topar con la suerte en su camino, por mala o buena que sea.

Una liberal, que ha jugado junto con sus acompañantes en la vida y con la vida de muchos, se ha visto envuelta por azar o mala fortuna en un ataque de terroristas que dispararon indiscriminadamente contra los huéspedes liberales y ricachones de dos hoteles del centro de Bombay –que ya no es un paraíso- y les lanzaron granadas con gran entusiasmo.

Volvemos a la cuestión en la que vengo redundando desde el principio de los –mis- tiempos. Los contertulios de salón, los que intervienen en esas ‘pseudoreuniones’ sin café ni copa, vuelven a resguardarse (una vez más) su trasero y no profundizan en hechos y antecedentes, vuelven a discutir sobre el color de la sábana. Con aspecto de gordos ricachones en el restaurante de primera clase del Titanic, dibujan su visión del mundo –parece ser que la única- y la conclusión a la que llegan es que esa gente que disparó encabronadamente contra el personal lo hacen porque son islamistas y punto. Es más divertido discutir sobre si Esperanza Aguirre debería haberse quedado esperando a su delegación, si es un acto de absolutismo o es una reacción humana. Nimiedades, memeces y demás banalidades.

No sirve impulsar ahora el odio y presentar a los supervivientes como héroes. No vale interponer, una vez más, el occidentalismo frente a la cultura oriental: malvados hay en todos los sitios. Cabe impulsar el debate de los hechos con un sano ejercicio de memoria, para dar con la causa y el porqué de estos masivos asesinatos. Creo que en este caso, no es simplemente ese terrorismo fundamentalista internacional, hay algo más.

En Madrid los atentados se produjeron en unos trenes por los que transitaba gente normal y corriente. En este caso, se han perpetrado en dos edificios lujosos del centro de Bombay. ¿No cabría preguntarse por qué ciertas personas descargan su odio contra gente forrada? Contra aquellos que acuden a hacer negocios a la India. Aunque no es justificable una acción terrorista así, ¿no se puede caer en la cuenta de que los países occidentales, junto con la complicidad del gobierno de Nueva Delhi, están volviendo al colonialismo y esa supuesta emergencia de la India no es más que la subida económica de unos pocos? ¿Nadie se ha preguntado por las desigualdades que provocan esas políticas neoliberales? ¿Y los que mueren de hambre? ¿No son, en gran parte, musulmanes? ¿Cómo actúan el gobierno indio y los militares en regiones como Cachemira o lugares como Gujarat? ¿Dónde están los miles de asesinados, de origen musulmán, que fueron sacados de sus casas para aplicarles esa ley antiterrorista –casualmente cuyas siglas son POTA- y que finalmente se descubrió que ‘simplemente’ era una acción del gobierno contra los musulmanes por el hecho de serlo? ¿Eso no importa?

La India se ha convertido en gran aliado de occidente y todo, todo lo que haga su gobierno, está dándose como bueno. India comenzó un programa nuclear junto a EEUU, sin embargo es más fácil cargar contra Irán porque lo hace por su cuenta. Es más sencillo criminalizar a todos los musulmanes y matarlos, utilizar el genocidio y silenciarlo. Luego cuando un grupo de desalmados matan indiscriminadamente a 200 personas, las que han quedado para hacer negocios con su gobierno, nos echamos las manos a la cabeza.

Existen muchas causas que se podrían recordar en las tertulias ‘plurales’ y ‘democráticas’. Hay bastantes cosas que contar que siguen siendo silenciadas. Los atentados de Bombay son deplorables y repugnantes, como todo tipo de violencia. Pero, ¿solo es la maldad de un grupo de hombres lo que provoca esto? ¿No hay nada peor detrás? Es triste que ciertas opiniones solo puedan ser reflejadas en un blog. No todo en la vida es un juego de azar.

A ti, estimado lector

Hoy nace este pequeño espacio para contestar –de manera respetuosa y cordial- a todas aquellas quejas que lleguen a Diario de Periodismo respecto a mi sección. Me consta que han llegado. Un asiduo lector, al cual le agradezco que se queje, porque eso quiere decir que me ha leído, decía en un correo que era “muy desafortunado” meterse con Miguel Ángel Blanco. Es decir, que en mi anterior artículo, yo me “metí” con el asesinado por ETA. Quiero invitar a este lector a que vuelva a leer el artículo. Jamás podría hacer eso, por cuestión de principios y porque sería algo malvado. Dejo bien claro que “el asesinato de Miguel Ángel Blanco nos conmovió a todos, pero eso no le convierte en un héroe”. Me reafirmo en mi posición. Pensar que desde Valladolid alguien apoya el terrorismo de ETA cuando en Euskadi está en malos tiempos (y que duren) es, cuanto menos, curioso. El lector me invitó a rectificar, en su convencimiento de que yo, karny, había atacado a Blanco. Bien, me alegra subsanar malentendidos, ya que en un caso tan grave como este, no estaba tranquilo solo de pensar que alguien creía que yo apoyaba ciertas maneras. Es triste salir con esto, pero el lector pidió una rectificación y qué menos que las cosas se dejen claras. Un saludo.