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Con la mochila a cuestas

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Esta semana ya os toca coger las mochilas. Toca salir de Valladolid. Y de España, también. Preparaos, coged las bufandas si sois aficionados del equipo de la ciudad que visitamos, porque esta semana visitamos con la mochila a cuestas...

Múnich


Capital de Baviera, como todos sabéis. Eso sí, he de pediros disculpas por llevaros una vez finalizada la Oktoberfest, que tiene lugar entre septiembre y octubre. Pero vamos a ser buenos, y la juerga la dejamos para el final, como viene siendo costumbre.

Por habitantes, Múnich es la tercera ciudad más grande de Alemania. Decíamos antes que es la capital de Baviera, el estado más meridional del país teutón. Si os vais a preocupar en exceso por el clima, dado que nos vamos a la parte norte de Europa, no lo hagáis, que es muy similar al de Valladolid. La bufanda del Bayern puede servir. O la del otro equipo de la ciudad, el TSV 1860, que no vamos a menospreciar en Diario de Periodismo.

La capital bávara es un importantísimo centro de negocios, donde radican las sedes, entre otras, de grandes empresas como Siemens, Allianz o la Bayerische Motoren Werke (vamos, la BMW, la que hace esos coches tan bonitos y tan buenos, y que entre todos le vais a comprar uno de ellos a vuestro guía... Vale, cierro el apartado de sueños). Como es lógico, la actividad empresarial es una de las fundamentales en la ciudad muniquesa, sin que ello haga que dé la espalda a la cultura y a la historia.

Múnich data del siglo XII, aunque no es hasta el siguiente cuando obtuvo el título de ciudad y empezó a crecer, a partir del establecimiento allí de una parte de la nobleza y corte bávaras. En el XVII fue ocupada por el rey de Suecia, en el marco de la Guerra de los Treinta Años, pero fue con Luis I de Baviera cuando la ciudad ve levantarse sus edificios más importantes, a lo largo del XIX. Gracias a este rey también tenemos, entre otras cosas, la Oktoberfest, celebrada por primera vez en honor a su boda. Pero mejor no adelantamos contenidos.

En la II Guerra Mundial, al igual que otras muchas urbes alemanas, como Dresde o la propia Berlín, Múnich fue prácticamente destruida por los bombardeos y combates. La tenacidad alemana, tantas veces demostrada, hizo que la ciudad resurgiera de sus cenizas hasta convertirse en parte importantísima de Alemania y de Europa Central, tanto por su industria como por todo lo que alberga en su interior.

El recorrido turístico lo empezaremos en la Marienplatz, considerada como el centro neurálgico muniqués, donde encontramos el característico edificio del Ayuntamiento de la ciudad, de estilo neogótico, y desde donde parten las principales arterias comerciales de la ciudad. Imprescindible, en una palabra.

Los Wittelsbach fueron parte muy importante de la historia de la ciudad, ya que fue la primera familia de cortesanos que se estableció en la villa. El palacio de Nymphenburg, su antigua residencia, cuenta con unos espectaculares jardines para perder el tiempo tranquilamente en ellos, junto con el propio palacio, igualmente espectacular. En el pasado fue la residencia estival de los monarcas bávaros.

En cuanto al arte, cabe destacar con creces la Alte Pinakothek (Vieja Pinacoteca), que cuenta en sus fondos con obras de destacados artistas europeos de los siglos XIV a XVIII, como Leonardo Da Vinci, Durero, Rembrandt o Peters Paul Rubens. Junto a ella también están la Nueva Pinacoteca –con obras más recientes, del XIX- y la Pinacoteca de Arte Moderno, considerada una de las mejores de toda Europa en su especialidad.

Volviendo a las calles y a la arquitectura, no podéis dejar de visitar la Frauenkirche (Catedral), cuyas torres de 99 metros de altura son visibles desde varios kilómetros a la redonda. Terminada en 1488, cuenta entre sus principales atractivo con el interior en ladrillo, de estilo gótico tardío, y el llamado ‘golpe del Diablo’ (Teufelstritt) en la entrada.

Al salir de la catedral, podéis encaminaros hacia la Odeonsplatz, una de las calles más espectaculares de la ciudad, ya que está circundada por la barroca Iglesia Theatiner, el clásico Pórtico de los Mariscales (Feldherrnhalle), la monumental Ludwigstrasse y las obras de la Residenz (Residencia), un enorme conjunto de edificios construido a lo largo de cinco siglos.

Desde allí, os recomiendo una visita a la Königsplatz, creación también por encargo del rey Luis I –no en vano, su nombre viene significando ‘plaza real’-, terminada de edificar en 1862 y que alberga como principal atractivo la Gliptoteca, un impresionante conjunto artístico de orden jónico, que no debéis perderos.

Trasladándonos fuera de la ciudad, no podéis dejar de visitar uno de los castillos más espectaculares de toda Europa, el de Neuschwanstein. Simplemente impresionante. Y, para no olvidar el pasado reciente que no debe volver a ocurrir, os recomiendo pasar un rato en el campo de concentración de Dachau, uno de los mayores centros de exterminio del III Reich, y que hoy es un maravilloso monumento conmemorativo del Holocausto del pueblo judío.

Pero, como no todo ha de ser triste en la vida, y para algo estamos en Múnich, vamos a beber una cerveza. A bote pronto, seguro que todos conocéis la Franziskaner, la Paulaner o la Weihenstephan. Espectaculares cualquiera de ellas, podéis degustarlas en el Hofbräuhaus, un restaurante fundado en 1591, que cuenta con capacidad para unas 5.000 personas –no se me ha escapado ningún cero- y sirve al día más de 10.000 litros de cerveza. Simplemente espectácular.
Y, para no abandonar el zumo de cebada, la Oktoberfest. Como os decía antes, se celebró por primera vez en honor del matrimonio del rey Luis I, y que se celebra cada año entre septiembre y octubre en una zona cercana al centro de la ciudad llamada Theresienwiese. Para que os hagáis una idea, la visitan unos 6 millones de personas cada año, que consumen unos cuantos millones de litros de esa bendita bebida –calculad a cuánto, si las jarras son de a litro...- y, aproximadamente, 400.000 salchichas –pero salchichas, no salchichitas de las de por aquí- de cerdo. Ya sabéis, si visitáis la Oktoberfest antes que vuestro guía, una jarra a su salud, por favor.

Para finalizar con el recorrido por la capital de Baviera... ¡Dentro vídeo!



Preparad las mochilas para la próxima semana. ¿El destino? Quién sabe...

¡Hasta el próximo jueves!

Nota: Mapa de Múnich en http://www.munich-info.de/images/kartelzr.gif

1 comentarios:
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Marta dijo...
sábado, noviembre 15, 2008 3:47:00 p. m.  

PATINO, PATINO, como te has atrevido a llevarnos tan lejos esta semana?? Ahora con la crisis la gente busca destinos más asequibles en todos los sentidos. Este año tenemos que hacer más turismo rural, no crees??

Un besote

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