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Iván el Terrible.



Iván IV Vasílievich, llamado Iván el Terrible, es considerado uno de los personajes más sanguinarios y despiadados de la historia de Rusia y de la humanidad.

Se trata de un personaje que despierta interés y fascinación por su vida agitada, convulsa y llena de un profundo odio y dolor.

Fue un hombre con una infancia muy complicada. Fue coronado Gran Príncipe de Moscú a los tres años, tras la muerte de su padre. Sin embargo, el reino fue administrado por su madre, quién fue envenenada cinco años después de la coronación por clanes boyardos, (nobleza rusa) que se disputaban el poder. Fue sometido a las humillaciones de la nobleza boyarda, lo que ensombreció su carácter, y recluido en el palacio del Kremlin con miedo de ser asesinado. Este hecho generó en Iván un gran odio hacia los boyardos...

En estos primeros años, Iván el terrible padeció desequilibrios mentales, ya irreversibles, lo que le llevaba a dar rienda suelta a su ira torturando y arrojando a perros desde las torres.

Con 13 años empezó a ganarse el respeto y empezó a hacerse cargo del poder, para ello ordenó a un grupo de leales suyos que capturaran a Andrey Shussk un miembro de la nobleza que le disputaba el poder. Éste fue asesinado de un modo atroz, fue arrojado a una jauría de perros de caza, que lo descuartizaron y lo devoraron vivo.

La perturbada mente del Terrible se alimentaba del horror y del dolor ajenos. Posteriormente Iván IV limpió la corte, aniquilando a sus opositores con sus crueles métodos y se apropió de los bienes y riquezas de éstos.

Una vez consolidado su poder pudo empezar a organizar lo que sería el Estado ruso.

En 1547 fue coronado rey de Moscovia (no era Rusia todavía), y fue el primero llamado 'Zar' (variante del César latino que significa “hombre que no rinde tributo a nadie”).

Una vez que acabó con la nobleza boyarda, empezó a sentar las bases del nuevo Estado, con una administración estatal unificada y centralizada. Creó instituciones con participación popular y reunió y codificó las ordenanzas del reino en un código (el «Sudiébnik», 1550). En 1549 convocó por primera vez los «Zemski-Sobor», especie de estados generales rusos, y dos años después, un concilio para organizar una Iglesia afín a sus propósitos.

Formó su propio cuerpo armado, el de los «streltsí», cuyos miembros eran recompensados con parcelas de tierra, con la finalidad de fortalecer el poder del monarca frente al de la gran aristocracia, además de reorganizar y modernizar el ejército.

Cumplidos los objetivos de esta primera etapa de su reinado, dedicada fundamentalmente a la organización interior, Iván IV el Terrible emprendió una política expansiva que lo condujo a las conquistas de Kazán, en 1552, y Astrakán, dos años más tarde. Ocupó también el valle del Volga y se dispuso a extender el imperio hasta la región de los Urales y Siberia.

Tras este expansionismo salvaje se produjo una interminable guerra de casi 25 años contra Polonia, Lituania, Suecia y Livonia (Estonia y Letonia actuales). La guerra arruinó a Rusia, aumentó el descrédito del zar y le creó más enemigos. En esta contienda no hubo ningún tipo de piedad para los derrotados. Durante un cuarto de siglo las víctimas se contaron por decenas de miles.

Temerosas del auge del nacionalismo ruso, las potencias occidentales bloquearon el principado de Moscovia para así frenar su expansión.

Sin encontrar solución para el conflicto de Livonia, éste se prolongó hasta 1583, debido s sus agotadas tropas y acosado por la crisis económica y los problemas sociales tuvo que renunciar a su pretensión de disponer de un puerto en el Mar Báltico.

La muerte de su esposa en 1560 acentuó el autoritarismo de Iván IV, quien mostró los primeros síntomas psicopáticos que lo llevaron a cometer todo tipo de atrocidades, a las cuales debió el apelativo de el Terrible.

Pero si alguien sufrió a Iván fue el propio pueblo ruso, en buena parte por la creación de la Oprichnina, la policía política creada y controlada por el monarca. Sus miembros, los oprichniki, vestían trajes negros y cabalgaban sobre corceles igualmente negros, sumieron a Rusia en el pánico.

Los crímenes de la Oprichnina no tuvieron límite, y la crueldad de sus miembros es difícilmente comparable en la historia. Miles de personas fueron empaladas, ahogadas, estranguladas, azotadas hasta la muerte, quemadas vivas o incluso asadas (quemadas a fuego lento). Especialmente la nobleza fue casi aniquilada.

En 1555 ordenó la construcción de la iglesia de San Basilio en Moscú. Quedó tan complacido con la obra que mandó dejar ciegos a los arquitectos para que no pudieran volver a proyectar algo tan hermoso.

Pero sin duda el suceso más cruento en el reinado de Iván IV, fue el capítulo de Novgorod. Viendo Iván que las gentes de esta ciudad estaban descontentas con él, la declaró 'ciudad traidora'. La Oprichnina la arrasó hasta los cimientos. En la masacre de Novgorod murieron 60.000 personas cruelmente asesinadas. Además, se dice que arrojaron una decena de niños a las aguas heladas de un río. Sin duda una buena muestra de la ira del zar contra su propio pueblo.

Otra prueba del horror que sufrieron los que estuvieron a su lado es como acabaron algunas de las mujeres que compartieron su vida.

-Anastasía Románova-Zаjárina, con la que tuvo tres hijos: Demetrio, accidentalmente ahogado en un río al poco de nacer; Iván, asesinado por él; y Teodoro, su sucesor.

-María Temriúkovna , con la que tuvo otro hijo, Vasili, en 1563, que sobrevivió sólo cinco semanas. Ella murió posiblemente envenenada poco después.

-Marfa Vasílyevna Sobákina, encontrada muerta 16 días después del casamiento en 1571, también posiblemente envenenada.

-Ana Ivánovna Koltóvskaya, mujer plebeya, con la que se casó en 1572, fue encerrada en un convento dos años después.

-Ana Grigórievna Vasílchikova, fue encerrada también en un convento.

-Vasilisa Meléntieva, su sexta esposa con la que contrajo matrimonio en 1579, tuvo un amante, el cual fue bestialmente empalado tras el adulterio, y ella fue encerrada en un convento.

-María Dolgorúkaya , su séptima novia, no era virgen por lo que Iván la ahogó tras la noche de bodas.

Sin embargo, el mayor símbolo de su locura llegó en 1581, cuando mató a su propio hijo. Éste le recriminó los constantes maltratos a su mujer embarazada, y el monarca, ciego de ira, le golpeó en la cabeza con su bastón de hierro causándole la muerte.

Tras asesinar a su heredero su demencia llegó al límite. Desesperado, ansioso, enfermizo... pasaba las noches gritando, arañando y golpeando las paredes de su cuarto, tirándose de los pelos y de la barba. Enloqueció por completo y falleció tres años más tarde, en 1584.

Los ataques de locura sufridos por el zar podrían, según los expertos, corresponder al resultado del tratamiento de la sífilis con mercurio; este tratamiento era común en la época, y provocaba daños cerebrales que derivaban en cambios constantes de humor y ataques eufóricos y coléricos.

Una vez muerto, su hijo Fiodor fue el siguiente zar de Rusia. Fue un títere en manos de los boyardos debido a su falta de carácter y a su escasa inteligencia.

2 comentarios:
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Angel Muñoz dijo...
jueves, noviembre 20, 2008 1:19:00 a. m.  

Tengo ke pedir disculpas por los cambios en la letra y el color verde eseke todavía no domino esto y no se lo que pasa, además no me dejaba ver la vista previa y no lo he podido ver antes.
Perdonen las molestias, prometo ke en le futuro intentaré remediarlo.

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Miguel Ángel Rodríguez dijo...
jueves, noviembre 20, 2008 10:59:00 p. m.  

Estás totalmente disculpado calabaza.
Un par de apuntes:
-este tipo, como todos ahora, era todo un sufridor de la crisis económica, que parece que se ha inventado ahora y ahí lo tienes,interviniendo en la economía para que esto no se hunda.

-Este tipo era un don juan. Vale que mataba a las mujeres, todo un hijo de puta, pero las enamoraba a todas. Y es que en esa época se llevaban los tipos duros...

La verdad, sin palabras. Con tanto detalle me he recreado al tipo en la cabeza y solo se me ocurre que era una especie Margaret Tatchert pero quinientos años antes, salvando las distancias claro(pobre iván jaja).

A parte de su mala hostia, seguro que era tatatatatarabuelo de Stalin, me parece curioso esa "participación popular" en el Siglo XVI. No sé hasta que punto llegaría, pero parece un asunto curiso.

De todos modos, estos rusos siempre fueron muy rectos. Ahora, el pavo tenía un desequilibrio mental de aupa. Ni su hijo le podía decir "no me ralles..."

Gran trabajo Peri!

Salud!

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