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LA MAGIA DEL CINE

Se apagan las luces y se hace el silencio. El olor a palomitas continúa, pero ya no se oye el rumor continuo de manos rebuscando en el cubo de cartón. Incluso los sorbos de las pajitas del refresco se hacen más leves para dejar que el sonido de los altavoces penetre y ponga a más de uno la carne de gallina.

Comienza el espectáculo. El NODO dejó paso en su día a unos cuantos anuncios y trailers, pero hay cosas que nunca cambian: el rugido del león, la musica de la Warner o la cancioncilla del Movie Record.

En las butacas, hay más historias que contar que las que narran las películas proyectadas. Ellas han sido las que han dado asiento a miles de caras sonrientes, niños espectantes ante la inmensidad de la pantalla, llantos de los más románticos o sensiblones, carcajadas de los que se meten en el papel, gritos ante los sustos de una de miedo, saltos en los asientos, alguna que otra siestecilla y, por qué no decirlo, las caricias a escondidas de los románticos noveles.

Y es que en ocasiones, el hechizo del cine como lugar en sí, esconde más encantos que los propios argumentos de las películas.

El pianista en las mudas, la sábana gigante en las proyecciones al aire libre, el acompañante-carabina de las parejitas y el sonido del proyector son ahora los efectos especiales, el Dolby-surround y el andarse con ojo de tener apagado el movil.

Los cambios no importan si el encanto permanece. El cine y su entorno siempre serán mágicos, porque si hay algo que caracterice al séptimo arte es eso: la magia.

6 comentarios:
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Patino dijo...
lunes, noviembre 03, 2008 10:49:00 p. m.  

Ciertamente, es mágico. Y, sinceramente, creo que el cine tiene dos versiones. Aquella en que vas a pasarlo bien con tus amigos, a gastar un rato de tu tiempo viendo una película que te gusta. Y otra en la que vas a eso mismo, pero a saborear a conciencia esa película, yendo solo, y a ser posible con una butaca en la zona media-trasera de la sala y centrada, para no perder detalles.

Lo que no puedo cambiar es mi aversión a las palomitas de maíz en las salas. Lo siento, pero son superiores a mis fuerzas.

Buen trabajo, Mery.

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Antonio dijo...
martes, noviembre 04, 2008 12:22:00 a. m.  

En los últimos dos o tres años, rara vez he ido al cine para ver una película que realmente me interesara. Casi siempre he ido 'arrastrado' por un grupo o para cumplir con las obligaciones que un 'tío-joven-y-enrollado' debe tener con sus sobrinos, con lo cual no he podido disfrutar de lo que veía. Hace tiempo que no siento esa experiencia de recostarte con calma sobre la butaca, con la mirada fija en la pantalla, para recibir una historia que te llega, que sientes cercana, que verdaderamente te dice algo, que quizá podrías protagonizar tú mismo. Una sensación que sólo el cine que se ve con agrado es capaz de transmitir.

Buena descripción, Mery. Saludos.

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Anónimo dijo...
martes, noviembre 04, 2008 11:43:00 p. m.  

Mola tu artículo jejejej¡¡¡
Pero mira, en mi caso me harté hace tiempo de dejarme la pasta en cine, pocas veces podía ir el "día del espectador" iba los fines de semana, uno si y otro casi que también.
Con el tiempo me compré una casa y me pase al videoclub, ahora y después de tragarme verdaderos tostones tanto en cine como en vídeo, ya paso de pagar por las pelis, me las bajo, las veo y casi siempre las borro, salvo excepciones que merecen una descarga de dvd completo, nunca una compra de original.
Si amigos, paso de pagar a los actores y su industria ya se lucran bastante con un canon indiscriminado, que cuando puedo evito comprando en el extranjero.
Y si les jode y dicen que se muere la cultura, pues que se muera y se vengan a dar el callo como los demás.
A mi se me jode la película solo con mirar su precio en taquilla, creo que deberías haber empezado por ahí, "la magia" empieza cuando por ver una peli, un bote de palomitas mas saladas que el copón para que te bebas una cocacola de diez litros, vas y te das cuenta de que te han vaciado los bolsillos, esa es la auténtica magia de nuestras salas de cine.
Suerte con la nueva temporada.

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KARNY dijo...
miércoles, noviembre 05, 2008 12:42:00 a. m.  

Me parece una descripción perfecta del mundillo del cine.

Pero lo que sí que es cierto es que cada vez menos películas salen rentables. Me parece una gran putada para el espectador, ya que en lo que a mi me afecta, voy mucho menos al cine porque solo de pensar lo de los 6 euros...Siempre nos quedarán los programas de descargas.

Bienvenida María y muchísima suerte con tu sección!!

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Marta dijo...
miércoles, noviembre 05, 2008 7:00:00 p. m.  

Buenas Maria!

A mi también me ha gustado mucho la descripción que has hecho del séptimo arte y coincido con alguno de los comentariastas en que disfrutar de una buena peli es indescriptible. Me encanta el cine y que haya ciudades como Valladolid que dediquen una semana a rescatar las mejores películas que se hacen en el mundo.

Un besote

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Anónimo dijo...
miércoles, noviembre 05, 2008 11:59:00 p. m.  

A un servidor el cine le encanta, y la descripción que has hecho se acerca bastante a esa idea que todos tenemos de las películas proyectadas. Y para un año que la SEMINCI adquiere cierto carácter nacional y es comentada por doquier, me vengo a Barcelona... y os construyen un plató de TV. Lo mío es mala suerte. ;D

Bienvenida a tu sección!! Espero que las cosas por clase sigan como siempre!

Un saludete.

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