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El vuelo de la gaviota

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Sobre pozos y poceros

Cuando menos, como curiosas podemos calificar las imágenes ofrecidas en el informativo de mediodía de Antena 3 del pasado miércoles: Paco ‘el pocero’ amenazando con una pala a los periodistas que estaban tomando imágenes de la gigantesca urbanización –mole de hormigón, más bien- que el susodicho está construyendo en Seseña, Toledo.

Rico a partir de la nada, con avión privado, uno de los yates más grandes del mundo fortuna inmensa, negocios un tanto… sospechosos, digamos, y, de propina, analfabetismo. Sí, señores, Paco ‘el pocero’ es analfabeto. Que no es que me moleste, bastante desgracia tiene, pero sí será un agravio comparativo ciertamente molesto para aquellos que se dejan la vida estudiando y luego, o paro, o trabajos de pena.

¿Cómo definir a este espécimen? Uf, a bote pronto se le ocurren a uno numerosas definiciones, y una de ellas, aunque un poco larga quizá, es la de definirle como «producto típico de la España profunda». Vaya, resulta que no era tan larga. Aunque me reconocerán que es acertada… o no, porque en lo que se puede considerar España profunda hay gente con mucha más educación que este sujeto, sin duda.

Que este hombrecillo haya conseguido semejante fortuna sin saber leer ni escribir no es indignante, qué va. Es triste. Como lo son los engaños a los que está sometiendo a los incautos que se van a arriesgar a meterse en las colmenas –me da que una colmena es más confortable que un piso en medio del desierto manchego, pero bueno- que está construyendo el amigo. En número de 13000, nada más. Se me está ocurriendo dedicar este rincón dominical algún día a los constructores sin escrúpulos, ‘Pocero’ aparte, claro.

Por cierto, que me encantaría que, aunque esto sea breve, el ‘Pocero’ leyese este artículo. ¡Ah, no! ¡Vaya! ¡Que no sabe! Bueno, que pague a alguien por ello. Que lo hará.

Luego dicen que la tierra de los milagros es Estados Unidos. Incautos. No han mirado demasiado a España, no.

4 comentarios:
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Anónimo dijo...
lunes, mayo 21, 2007 10:13:00 p. m.  

Si patino, es triste, tienes toda la razón, a mi parecer.

Pero... ¿te has parado a pensar que peña como Ronaldo, y demás analfabetos del fútbol hacen prácticamente lo mismo y nadie les critíca?.

El pocero, pues si le pillaron en un chanchullo y salió a la palestra, pero si no pues sería igual de rico, a la par que analfabeto.

Julian y los malayos pues idem de idem, pero lo que más me preocupa o me sorprende, que esta peña que roba millones y millones se les de espacio y se les pague en las televisiones por ir a contar sus miserias, cuando en mi opinión tenía que estar "lapidados" mediaticamente.

Al final no se quien son mas analfabetos, si estos personajes o sus espectadores.

El pocero... pues eso uno más.
Buen post patino

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KARNY dijo...
lunes, mayo 21, 2007 10:57:00 p. m.  

Bueno pues Patino, parece que esta semana hemos decidido ponernos de acuerdo y que no paramos jaja.

Pues sí, un analfa total el Pocero este, injusto, por supuesto, tan injusto como todos aquellos constructores que se enriquecen día tras día en la especulación, aunque estos al menos saben mejor lo q se hacen.

Respecto a lo q dice ritxard, pues igual, tanto Ronaldo como Zidane, pero la culpa la tienen quien ha creado ese negocio a partir de un deporte, pues pco a poco es en lo q se va convirtiendo el deporte, en un negocio puro y duro.

Creo si acaso q es más delito esto de la operación Malaya o todos aquellos que salen en la prensa del corazón(en la q ya tienen sitio los deportistas de élite), pues además de incrementar la televisión basura como el Tomate y esas cosas son unos jetas. Pero tampoco tienen la culpa ellos de salir en la tele, sino los empresarios de comunicación que les sacan.

Digamos q el mundo de las últimas fechas lo podríamos definir así: NEGOCIO. Cuatros se enrikecen los demás se empobrecen, y ahí lo tienes, al pocero, tonto y rico.

Me ha gustado Patino

Salud!

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Antonio dijo...
lunes, mayo 21, 2007 11:21:00 p. m.  

Efectivamente, se trata de un verdadero negocio. Y para ello utilizan toda clase de estrategias. La más sencilla es la de 'vender la burra' a un político de pueblo, diciéndole que si se hacen 1.000 chalés en su término vendrán 3.000 extranjeros que hincharán el padrón, pagarán sus impuestos, generarán vida, darán trabajo... Y luego, ¿qué tenemos? Mil casas en lo que antes era un páramo, zona de cultivo o incluso plena montaña, elevando a la enésima potencia los consumos energéticos y de agua, con 3.000 personas residiendo pero quizá no empadronadas (muchos guiris son reacios a ello porque no quieren pagar impuestos), con lo que los prometidos ingresos no llegan; los nuevos residentes no tienen contacto alguno con los autóctonos, no van para nada a un pueblo que sigue igual de muerto que antes. Y de puestos de trabajo, nada; los jardineros y limpiadores ya van a través de subcontrata.

Viviendo en la Comunidad Valenciana tengo que asistir impotente a la manipulación de los agricultores, a los que se les arenga a movilizarse para un agua que no haría falta con una política urbanística más racional, y que, de llegar algún día, sólo servirá para alimentar aún más esta maldita especulación. También he tenido que aguantar que uno de estos promotores (de la ignominia) se atreva a decir públicamente (en rueda de prensa) que "los tiempos de la industria ya han pasado y ahora toca vivir del turismo". Claro, han pasado. Entonces, que mueran el textil, el calzado, el juguete y otras industrias tradicionales de estas comarcas (el interior norte de Alicante y sur de Valencia), y a hacernos todos camareros. Esa frase se dijo, además, en un pueblo de 3.000 habitantes con un polígono industrial más grande que el propio pueblo, y donde el cierre de la principal fábrica ha sembrado la mayor de las incertidumbres. Qué desfachatez.

Ya puedes vivir a 50 kilómetros de la costa y 800 metros de altitud, que si te quieren plantar el campo de golf te lo venderán como la mejor de las bondades. ¿Pero para qué narices se necesita? Antes trata de reactivar las economías tradicionales, o mejor, si de verdad quieres revitalizar las comarcas de interior, ¿por qué no fomentas las industrias agroalimentarias?

Y me pregunto también: ¿por qué son contadas las administraciones públicas que intervienen al respecto? Porque también viven del cortoplacismo: las generaciones venideras que no vean un espacio sin urbanizar en kilómetros y kilómetros, que se las apañen, que yo ya me habré muerto de viejo con los bolsillos llenos gracias al pelotazo que pegué vendiendo la burra a aquel alcalde ingenuo.

Claro que también hay ayuntamientos que no se dejan engañar, sino que participan del pastel... Otro capítulo de un cuento de nunca acabar. Mejor lo dejo, porque el tema me toca mucho la fibra sensible y ya me he enrollado bastante. Obviamente, totalmente de acuerdo con el autor del mensaje que genera mi comentario.

Salud... y moratoria urbanística en la Comunidad Valenciana.

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Sara Parque dijo...
miércoles, mayo 23, 2007 3:05:00 p. m.  

En una palabra: sinvergüenza. De gente con este calificativo están llenos los ayuntamientos, muchos constructores, empresarios y demás gente que hacen que facilmente se les llene los bolsillos de dinero sucio, dinero que no han ganado pero no tienen reparo en robar. Ojalá algún día dejen de suceder casos como los del Pocero, Malayos, etc. y digó ojalá porque es algo con lo que tendremos que vivir, siempre les hay dispuestos a meter la mano y sacar un provecho que no es suyo, pero se puede hacer algo para frenar toda esta corrupción. Analfabetos o no, todos son iguales: sinvergüenzas.
Un saludo

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