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Imagino que los turineses os habrán tratado de maravilla. Más que nada, por eso de que ibais recomendados por un guía de primera. Aunque, autocomplacencias aparte, os diré que el destino que tengo preparado para esta semana no os va a defraudar, en absoluto. Bastante cerca de casa, pero una verdadera maravilla. Os hablo de una ciudad que os resultará conocida, por varios motivos. Os hablo de…

OPORTO

Conocida como Porto en portugués. Ciudad atravesada por el Duero –Douro-, y que se vuelca hacia el Atlántico. Patrimonio de la Humanidad, el centro histórico de Oporto es una verdadera maravilla. Pasear por las calles, intrincadas en más de una ocasión, y ascendiendo hacia la colina sin dar la espalda al Duero en ningún momento, es una cosa que nadie debería dejar de hacer.

Aunque pueda parecer, dado lo conocida que es fuera y dentro de Portugal, Oporto no es una ciudad excesivamente grande. Su número de habitantes es muy cercano, y, sin los datos en la mano, me atrevería a decir que inferior al de Valladolid, sobrepasando por poco los 300000.

Quizá se vea eclipsada por otros destinos dentro del propio Portugal, como Lisboa –donde empezó el recorrido de nuestras mochilas, recordad- el Algarve, pero no por ello pierde su encanto.

La leyenda dice que Oporto es la ciudad que dio origen a Portugal. Más aún, la leyenda dice que Oporto fue fundada por uno de los legendarios argonautas griegos, Cale. Invadida después por los bárbaros, los suevos crearon la actual ciudad a la orilla del Duero, atacados más tarde por los alanos. De estos ataques salió la construcción de las dos fortalezas que figuran en el escudo de la ciudad, una de ellas en la colina de Pena Ventosa, a cuyos pies se construyó el puerto, Portus Cale, que muchos dicen que dio nombre al país.

No podéis dejar de visitar ciertos rincones de Oporto, con encanto y maravillosos. Entre ellos, el puerto. Esencia de Portugal, con esas casas de arquitectura tan estrecha que parece milagroso que se sostengan en pie. No demasiado lejos de allí, el Cais de la Ribeira, el barrio de Oporto que más mira al río, con los restos de la antigua muralla de la ciudad solapando locales comerciales entre las arcadas de ésta.

Oporto no sería la misma, como ya hemos dicho, sin el Duero. Los puentes de la ciudad, que cruzan el río, son también de una bella factura. Entre ellos, el puente metálico de Luis I, construido por Eiffel, y actualmente en desuso, dada la fragilidad de la estructura para los trenes de hoy. Este puente, además, os adentrará en Vilanova de Gaia. Me diréis ¿qué tiene que ver esta ciudad con Oporto? Pues mucho. Aparte de ser vecinas, si no se supiese que son dos ciudades diferentes, perfectamente se podrían tomar como la misma.

Las vistas de Oporto desde Vilanova son espectaculares, sobre todo al atardecer. Para añadirle encanto, deciros que en esta ciudad tienen sede 16 bodegas del famoso vino de Oporto, que podréis visitar gratuitamente, aunque el vino no es gratis y habrá que comprarlo. Pero no seáis tacaños, y coged un par de botellitas. Con hielo y una rajita de naranja… un vermut de gran categoría, sin duda.

Pero no sólo de vino vive el hombre, y paseando, por ejemplo, por la plaza del infante Don Enrique, o visitando lugares emblemáticos como la Torre de los Clérigos, o la Sé –Catedral-, o contemplando los azulejos que hacen a Oporto diferente de cualquier otro lugar, podréis oler a café. Y digo bien, porque los tostaderos de café de Oporto datan de mucho tiempo atrás, y hacen que la ciudad portuguesa sea de las pocas que pueden asociarse a un olor característico.

El entretenimiento en Oporto, os lo dejo a vuestra elección. Admirar el atardecer puede ser una buena forma de pasar el tiempo ya, pero tampoco debéis dejar de disfrutar del Duero de otros modos, como puede ser el remontar el río en barco. Eso sí, convenced vosotros a los barqueros. También lo puede ser el degustar un buen plato de pescado en alguno de sus restaurantes.

Lástima que no sea un fado la banda sonora… pero el vídeo de hoy os dejará la sensación de que Oporto es una gran ciudad. Disfrutadla.