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Reflexiones a Pilot Rojo

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NO OLVIDAMOS

Hoy no voy a hablar del PP. Ni de De Juana, ni de El Mundo, ni de la COPE, ni de la AVT, ni de los fascistas, ni de la extrema derecha mediática, ni de la extrema derecha organizada, ni de franquistas, ni de hipócritas, ni de progres, ni de etarras, ni de independentismo, ni de nacionalismo, ni de Acebes, ni de Zaplana, ni de Zapatero... Porque hoy, no hay motivo para hablar de ello. Porque hoy no tengo ganas. Porque hoy no me da la gana. Hoy es 11 de marzo, y por eso, no me da la gana.

Hace tres años tal día como hoy, unos seres decidieron asesinar a casi 200 personas, decidieron que miles vivieran asustados el resto de sus días, no volver a coger un tren, no salir a la calle sin fijarse en objetos sospechosos, y consiguieron además romper un pedazo de nuestros corazones. Una hora punta, unos trenes muy utilizados por gente absolutamente normal para ir a trabajar o estudiar, unos...unos, trece mochilas cargadas de dinamita, unos teléfonos móviles y una llamada. Tan sencillo como eso. Españoles, extranjeros, jóvenes, adultos, ancianos, hombres, mujeres, obreros, estudiantes... todos a la mierda porque a unos malditos fundamentalistas les dio la gana. Así, de repente. En la calle nadie lo esperaba, en la carnicería solo se hablaba de quién ganaría las elecciones, en el bar de lo mal que estaba el Madrid o de la futura Eurocopa, en el instituto de las ganas de que llegase el sábado...pero no de que alguien quisiera perpetrar una gran matanza en Madrid. A nadie se le pasaba por la cabeza que iba a morir sin culpa, que no volvería a ver a su novia, que no iba a poder volver echar la bronca a su hijo por fumar porros o que, simplemente, se iba a ir de este mundo de repente.

Por eso, hoy no voy a hablar del PP. Voy a hablar de las víctimas, anónimas víctimas, inocentes víctimas. No había juego político, no eran activistas ni estaban señalados individualmente por nadie, no existían motivos de venganza por nada, pero a alguien no le importó. Su acometido era sembrar el pánico y lo consiguió. Vaya si lo consiguió.

Hoy, después de tres años, nadie lo olvida. Unos porque perdieron un trozo de sus vidas, otros porque les interesa. Después de tanto tiempo, el bosque de los ausentes sigue siendo visitado a diario, el monumento inaugurado hoy lo será, y las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia se siguen llenado de flores, velas, fotos, recordatorios...y de lágrimas, de muchas lágrimas que no cesan, que entre la pena y el odio se abren camino para mostrarnos a nosotros mismos que el día más triste de la democracia fue el más triste para gran parte de esta sociedad.
Después de tres años, la vida ha de seguir, aunque sin una pieza del puzzle. Por eso, hoy no me apetece hablar del PP ni tan siquiera que esto sea una reflexión.

5 comentarios:
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Merayo dijo...
lunes, marzo 12, 2007 1:43:00 a. m.  

Excelente artículo Karny. Recuerdo ese día como uno de los más duros e impactantes.

Me sumo a este recordatorio, dejando de lado la politica y a los politicos.

Solo deseo que todo esto acabe y que muy pronto podamos ir libres y sin miedo por la calle.

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patry dijo...
lunes, marzo 12, 2007 1:49:00 p. m.  

ya han pasado tres años, madre mia, y es imposible borrar esas imágenes tan horribles de la cabeza. lo que no entiendo es como hay gente que aun este utilizando el 11-M y la teoria de la conspiracion, yo creo que las victimas y sus familiares y amigos se merecen un respeto.

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Anónimo dijo...
lunes, marzo 12, 2007 9:09:00 p. m.  

Toda la razón, Miguel. Hay que acordarse de lo que le ha pasado a este país hace 3 años y lo que ello supuso, y no provocar a la población con manifestaciones partidistas.
Sigue así Miguel!!

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Sarita dijo...
martes, marzo 13, 2007 10:43:00 a. m.  

Te voy a contar mi recuerdo del 11-M: una de mis mejores amigas vive en Madrid y coge el tren todas las mañanas para ir a la uni. Cuando alguien entró en clase para darnos la noticia, todos cogimos inmediatamente nuestros móviles. Yo me metí en un armario, en el que pasé la siguiente clase intentando llamar. Las líneas estaban colapsadas. Cuando al fin conseguí hablar con ella, me contó que uno de esos trenes tenía que llvarla a ella, pero que ese día había habido un apagón, y el despertador no había sonado. Ufffff!!!! Su mejor amiga sí había cogido el tren. Por suerte su vagón no se vió afectado por la explosión, pero nunca olvidará ese día. Cada vez que lo cuenta no puede evitar llorar, es desolador.

Esa es mi experiencia con el 11-M, tuve suerte, otros no tivieron tanta... Muy acertado este recuerdo Miguel, es un día para recordar a las víctimas, no a los verdugos.

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María Núñez de Pablo dijo...
martes, marzo 13, 2007 11:21:00 a. m.  

Coincido contigo y con mis compañeros y prefiero dedicar el 11-M (aunque ya haya pasado) a recordar a las víctimas y no a intentar echar la culpa a unos u otros. Los que se fueron no volverán y eso es lo único que nos debe un importar un día como el 11-M.
Excelente reflexión, porque sí lo es. Pone los pelos de punta...todos tenemos un recuerdo de ese día que nunca olvidaremos pero al menos ,algunos de nosotros, tenemos la suerte de no vivir atormentados por esos sucesos.
La vida pasa para nosotros y nos acordamos de vez en cuando: cuando sale en la tele, cuando es el aniversario, cuando vamos a Madrid, cuando se habla de ello en el bar...pero hay que recordar que hay gente que lo tiene en mente: cuando se levanta, cuando hay un hueco libre en su cama, cuando no tiene que llevar a su hijo al colegio, cuando no puede llamar a su mejor amigo...
En fin, día para el silencio político y la trankilidad.
Hace tres años se hizo mucho ruido, vamos a empezar a dejar que algunos descansen.
Un beso Miguel y un especial "chapeau" para tí esta semana!

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