Ahora Diariodeperiodismo.blogspot.com

Por primera vez en la historia, la humanidad posee los medios para mejorar la condición humana, adelantar la felicidad y la libertad, y mejorar la vida para toda la gente que habita el planeta(llamarme soñadora si no lo pensáis). Mucha gente tiene miedo de lo que le espera al hombre. Muchas personas hacen pronósticos apocalípticos sobre inminentes calamidades y nos advierten que nuevas formas de terrorismo, disturbios, desastres naturales, enfermedades y daños ecológicos pueden tragarse a la humanidad en la próxima centuria.

A pesar de los problemas políticos, militares y sociales, el siglo XX ha sido testigo de un gran número de beneficios. Por ello, la prosperidad, una mejor salud, y estándares de vida en alza, son una realidad. Se han alcanzado logros científicos, tecnológicos y sociales. Aunque se han aplicado en gran parte al mundo desarrollado, sus beneficios ahora se aprecian en casi todas partes.

Estos beneficios son fruto del crecimiento de sociedades democráticas abiertas y de la comprensión de los derechos humanos. Aunque se necesita hacer hincapié en la sabiduría de culturas pasadas, no podemos esperar que las sociedades antiguas o medievales nos proporcionen todas las respuestas que necesitaremos en las futuras sociedades urbanas, industriales, informáticas, globales y de la era espacial.

Si la humanidad va a resolver sus problemas y va a continuar perfeccionándose y prosperando, entonces debemos reconocer que necesita desarrollar un Nuevo Iluminismo.

No pretendo contaros la historia de la ciencia pero me parece interesante describir a grandes rasgos el término Iluminismo. Tampoco quiero que perdáis la atención al leer cosas que hasta a mí pueden llegar a aburrirme, simplemente realizaré un análisis de ADN a este pensamiento para que sepáis, al igual que conocéis quienes son vuestros padres, los “progenitores” del conjunto de ideas e ideales que vieron la luz en Europa en los siglos XVII y XVIII. Comenzó con Bacon, Descartes, Locke, y otros filósofos que pensaban en la ciencia como el modelo para el conocimiento y debatían si era más importante la razón o la experiencia (de hecho, ambas lo son). Sin duda, tomaron ímpetu de los destacados descubrimientos de Newton y Galileo en matemática, física y astronomía. El Iluminismo terminó con los philosophes franceses —Voltaire, Diderot, Condorcet, y d’Holbac.

Está claro que el Iluminismo del siglo XVIII no se puede aplicar del todo al siglo XXI, debido a que hoy enfrentamos problemas nuevos. Una de las mayores barreras contra la investigación científica y tecnológica, como señalé en el anterior artículo de mi sección, es el control ejercido por poderosos complejos militares-industriales o de corporaciones tecnológicas nacionales y globales, cuyo objetivo generalmente se centra en conseguir sus propios beneficios y un mayor poder, a raíz de sus intereses económicos y políticos.

Si llegado a este punto continuáis preguntándoos: ¿Qué es el Iluminismo? Os proporciono su definición a través de las palabras de Emanuel Kant, figura clave de este pensamiento, para que podáis captar su significado esencial:
“El Iluminismo es la emancipación del hombre de un estado de tutelaje auto-impuesto. Este estado se debe a su incapacidad de usar su propia inteligencia sin guía externa(...) ¡Atrévete a usar tu propia inteligencia! Éste es el lema del Iluminismo.”

“Atrévete a ser libre’, agregó Kant, “y respeta la libertad y autonomía de los otros(...)” Para Kant, la dignidad de los seres humanos descansa en la libertad y en el respeto por las creencias autónomas y responsables de los demás. Sin embargo, una persona sólo se liberará “de la esclavitud, de los ídolos y errores evitables” a través del crecimiento del conocimiento.

La búsqueda del conocimiento por parte del Iluminismo inspiró a numerosos científicos, filósofos y poetas, incluyendo a Goethe, Bentham, Mill, Darwin, Freud, Dewey, Marx, Einstein, Hubble, Crick y Watson. Ha continuado inspirando la investigación, como el desarrollo de la química y la biología en el siglo XIX y la emergencia de las ciencias sociales y del comportamiento en el siglo XX. La aplicación de la ciencia y la tecnología contribuyó a la revolución industrial , logró impresionantes beneficios en medicina(la cirugía, anestesia o antibióticos) que extendieron los promedios de vida, consiguió la reducción del trabajo pesado y general, acortando la semana y proporcionando a la gente mayor tiempo libre.

Las ventajas y facilidades, consecuencia directa de la extensión global de la ciencia y la tecnología, no finalizan aquí. Cada vez que utilizáis un medio de transporte, un ordenador, un teléfono, una televisión, una radio, un tostador, un microondas, una cámara fotográfica…., en general, cualquier tecnología, se hace evidente la simbiosis que se produce entre la sociedad y los recursos científico-tecnológicos. Más aún, si pensáis en la rápida y reciente presencia de nuestras secciones en Internet.


El conocimiento científico nos ha hecho comprender parte del universo, nos ha despertado asombro y sobrecogimiento cuando se habla del tamaño del mismo, nos ha hecho saber qué lugar ocupamos en la naturaleza, nos ha hecho entender campos relacionados con la conciencia, el cerebro y como no, nos ha facilitado la vida. Tenemos la opción de usar nuestros propios recursos, la ciencia y la razón, para realizar lo mejor de lo cual somos capaces y alcanzar nuevos y apasionantes objetivos, a pesar de los obstáculos.

La ciencia no descubre cosas tan desconocidas para nosotros, sino que muchas veces complementa y da sentido a nuestras propias sensaciones. Un ejemplo de ello es lo bien que te sientes después de dormir una siesta de 20 minutos y de enterarte, a través de un estudio realizado por científicos griegos, que este hábito si lo realizas tres veces a la semana ayuda a combatir el riesgo de enfermedades cardiacas . Puesto que pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo os recomiendo elegir un buen colchón y practicar esta tradición tan arraigada en nuestro país todo lo que podáis.


Creo que es esencial que los científicos y filósofos cooperen en el intento de explicar la ciencia al público general, como intento hacer yo misma. E. O. Wilson ha sugerido que procuremos la consiliencia (en un libro del mismo nombre); esto es, que intentemos unificar nuestro conocimiento siempre que sea posible.

Podría decir que la vida de una persona (la mía o la tuya), es como una obra de arte, donde se mezclan los colores, tonos, líneas y formas. Lo que hacemos, lo que soñamos, nuestras aspiraciones, planes y proyectos, fines y objetivos, tragedias y éxitos es lo que define quién y qué es una persona, pero estamos condicionados por las sociedades en que vivimos.

Vivimos la vida en un universo de orden y desorden, causalidad y contingencia, regularidad y azar. Pero podemos aprender de la experiencia y modificar nuestras elecciones conociendo las consecuencias de antemano, gracias al desarrollo y las innovaciones.

No somos tan distintos de un africano, de un chino, de un japonés, de un inglés…, nuestro código genético, el cual nos define distintivamente como humanos, está oculto en nuestro ADN y lleva el registro histórico que indica que somos genéticamente idénticos, todos somos seres humanos. A pesar de nuestra diversidad, compartimos una naturaleza y un ancestro humano común.

Gracias a la era moderna es posible juntar todas las piezas de la humanidad en una comunidad planetaria con necesidades y valores comunes.