Con la mochila a cuestas
Espero que no hayáis consumido demasiadas botellas de ese oro rojo criado en La Rioja, y, aunque no me habéis traído nada de esas bodegas, aun así (mala gente), os propongo que nos marchemos a…
Valencia
La ciudad de Levante por excelencia, donde cometerás un grave pecado si no comes paella, o no bebes horchata fresquita en verano. Monumental, tradicional, y abierta al futuro son tres adjetivos perfectamente aplicables a la capital del Turia.
No es que Valencia, por eso de ser costera, sólo se pueda disfrutar en verano. El que vaya pensando eso, está equivocado, porque Valencia se puede disfrutar en cualquier época del año. De hecho, el verano no es, a mi juicio, el mejor momento para visitarla, siéndolo el comienzo de la primavera, abril preferentemente.
Se necesitan unos cuantos días de patear la ciudad a fondo para conocerla, como ya supondréis, pero yo os voy a recomendar unos cuantos sitios imprescindibles:
Empezando con la zona histórica del centro de la ciudad, y sus bares de tapas y cañas (también podéis comer por aquí), debéis visitar la Catedral. Y subir (andando, por supuesto. Aunque hubiera ascensor, que no lo hay) al la torre del Miquelet, o Miguelete, como queráis llamarla. Las vistas que hay desde allí merecen la pena, aunque paséis algo de vértigo.
Por cierto, deciros que, ya que os he puesto lo de los dos idiomas, no vais a tener ningún problema si habláis en español, lo habla todo el mundo, y os entienden sin problemas.
Una vez bajéis del Miquelet, daos una vuelta por el centro histórico. No os voy a recomendar nada en especial, porque sería injusto deciros algo, y otras cosas no. Pero no debéis dejar la zona de la Lonja, que es tambié digna de ser visitada, tanto de noche como de día.
Por cierto, si estáis en Valencia un jueves al mediodía, no dejéis de acercaros a la Puerta de los Apóstoles de la Catedral, para ver la reunión del Tribunal de las Aguas, que lleva celebrándose del mismo modo más de 1000 años.
Y, como no podía ser menos, aunque seáis de letras como nosotros, visitad el Museo de las Artes y las Ciencias. Sólo lo puedo definir como espectacular, porque no le valen más adjetivos que ese. Perdeos al menos un día entero allí, no os arrepentiréis.
Bueno, y vuestro guía se va ya por esta semana. Espero botellas de legítima horchata valenciana, ya que la paella se pasa si me la traéis, y no es plan.
Un saludo, mochileros, y ¡hasta la semana que viene!.
jueves, noviembre 16, 2006 9:46:00 p. m.
Bueno bueno Patino, haber si nos vamos un dia a enseñar los abdominales a la playa de la Malvarrosa y nos ponemos ciegos a paella me cago en la puta que esta cojonuda!!Gran ciudad Valencia, aunque con un equipo que da asco, mola mola
Enga heredero de Labordeta, Salud y hasta la próxima!!
viernes, noviembre 17, 2006 1:59:00 p. m.
MMMMMMMHHHHHHH!!!! Paellaaaa..... Cuando me vas a invitar a una paellita, carlitos? Veeeenga, me conformo con una horchata.... Pero en Valencia!!!! jajajaja!!
Ale, mochilero, un buen artículo, esperamos el siguiente! Besin!
viernes, noviembre 17, 2006 6:34:00 p. m.
Y digo yo una cosa...¿no sería mejor que ya que eres tú el que te recorres el país de punta a punta, fueras tú también el que trae los obsequios? joer, q una horchata tampoco es tan cara, Patino...respecto a la ciudad, pasé por allí hace años y casi no lo recuedo, pero lo que sí que puedo decir es q comimos una paella bastante...mala!! en serio, me decepcionó mucho en ese sentido, pero seguro que fui yo, que fui a dar a la peor tasca del lugar! Prometo que si alguna vez mis pies pasan por esas tierras de nuevo, lo intentaré a ver si sale mejor! besitos y sigue así Patinete! jajaja (me ha salido sin pensarlo, eh? lo juro! jajaja)
viernes, noviembre 17, 2006 6:38:00 p. m.
Y digo yo una cosa...ya que eres tú el que recorres de punta a punta el país gracias al presupuesto del blog, ¿no podrías ser tú el que trajera los obsequios y dejaras de pedir, coño? Jeje. Respecto a la ciudad, he de decir que estuve allí hace años de pasada y apenas lo recuerdo, pero lo que sí puedo recordar desafortunadamente es que comimos una paella que...dejaba bastante que desear, la verdad; me decepcionó en ese sentido. Pero prometo que si mis pies vuelven a pisar esas tierras, volveré a intentarlo con otra paella, esta vez intentando no ir a la tasca más cutre de la ciudad, q fue probablemente lo que pasó la otra vez (no sé, porque no me acuerdo...)
Un besote y a seguir así Patinete! Jajaja! Se me acaba de ocurrir, eh? No estaba pensado...patinete...jajaja!
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