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LA MÁQUINA DEL TIEMPO

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POR UNA IDEA

Cerca de las vísperas de la invasión del aquel loco francés llamado Napoleón y en plena infancia del Siglo XIX en el que la crisis de la monarquía de Carlos IV se iba acentuando cada vez más, allá por el año 1804 de la era cristiana, la luz alumbró por primera vez a la niña que cambiaría muchos puntos de vista en la historia de la política española e internacional.


Si de repente suelto el rollo de Mariana, Rafaela, Gila, Judas Tadea, Francisca de Paula, Benita, Bernarda, Cecilia de Pineda Muñoz, quizás me podéis mandar a algún sitio lejos, o quizás, entre nombre y nombre, os deis cuenta de que todo eso se puede resumir, como decía Jesulín, en dos palabras: Mariana Pineda. Desde su Granada natal se convirtió en uno de los mayores activistas de la época, ya que evidentemente de mujeres era la mayor. Su compromiso con el ideario liberal y con el antiabsolutismo fue total, una entrega en cuerpo y alma a la lucha por la libertad que la costó ese cuerpo, pero que su alma, tras casi dos siglos, continua dando tumbos por los rincones del mundo.

A partir de 1822, viuda y con dos hijos a su cargo la Pineda se fue introduciendo cada vez más en el bando de los que luchaban por la causa constitucional, defendiendo a ultranza las ideas que por aquella época tenían más éxito y cuyo principal valedor era Rafael de Riego.
Granda por aquellas fechas era una ciudad divida entre liberales y seguidores de la línea más dura de Fernando VII. Mariana Pineda vivía por entonces en la residencia de los Condes de Teba, los cuales acogían a todos aquellos de ideario liberal. Por esas fechas la granadina tuvo una relación con el famoso Marqués José de Salamanca y Mayol, pero este amor no llegó a nada, pues Mariana prefería la aventura a la riqueza y se juntó con un militar liberal con el que no pudo casarse al ser expulsado del ejército por sus ideas.

Ya en plena Década Ominosa, allá por el año 1828, Mariana Pineda se convirtió en la cómplice de la fuga de presos liberales de una cárcel granadina, los cuales habían sido encarcelados tras una gran conspiración fomentada por la rama dura del absolutismo. Entre los fugados estaba el primo de la protagonista, el capitán Fernando Álvarez de Sotomayor, una de las principales cabezas del pronunciamiento de Riego en 1820. María Pineda consigue introducir en la celda un hábito de cura y unas barbas en la celda de su primo para conseguir la fuga, la cual tiene éxito. Era la principal sospechosa de la ayuda, pero los absolutistas no reúnen las pruebas necesarias para culparla.

Esos años difíciles de represión para los liberales los pasó Mariana ayudando a presos o siendo el punto de conexión de los exiliados en Gibraltar, además de ser su casa el refugio de muchos huidos, pese a estar la misma con vigilancia policial.

En 1831 una especie de policía política de la época encontró en la casa de la Pineda una bandera muy sospechosa recién bordada: de fondo morado, contenía un triángulo verde y los dos colores del oriente masónico en el que había bordado con hilo rojo el lema liberal “Igualdad, Libertad y Ley”. El automatismo de las detenciones por cuestiones políticas de la época hizo que fuera encarcelada y acusada de conspiración e insurrección.


La historieta de la bandera tiene su aquel. Mariana Pineda fue encargada de bordar esa bandera en una reunión liberal clandestina en Gibraltar, pero como no sabía bordar ésta se la encargó a dos de sus criadas. Una de ellas, emparejada con un clérigo liberal, le desveló el secreto y éste, emocionado, anunció a su padre, de ideas absolutistas, que la Revolución estaba a punto de llegar. Seguidamente el padre realista lo denunció a Pedrosa, jefe de esa policía política, que ordenó un arresto domiciliario de María Pineda junto a su bandera para que la policía encontrase la prueba del delito. Mariana intenta escapar disfrazada de anciana, pero es detenida y encerrada en el convento de Santa María Egipcíaca de Granada, ex centro de rehabilitación de prostitutas y ahora cárcel de mujeres. Pedrosa, durante el juicio, la invita a delatar a sus compañeros para así salvarse ella, pero ésta responde: “Nunca una palabra indiscreta escapa de mis labios para comprometer a nadie. Me sobra firmeza de ánimo para arrostrar el trance final. Prefiero sin vacilar una muerte gloriosa a cubrirme de oprobio delatando a persona viviente”. Así el Rey Fernando VII firma su pena de muerte por el Garrote Vil. Mariana tras conocer la sentencia afirma que “El recuerdo de mi suplicio hará más por nuestra causa que todas las banderas del mundo”.


Además de que el coraje de esta granadina no quedaría en el olvido para mucha gente, el asesinado poeta Federico García Lorca lo dejó más vivo que nunca en su obra María Pineda, Romance Popular en Tres Estampas.


Desde 2004, fecha en el que se conmemoró el II aniversario del nacimiento de Mariana Pineda, se puede leer en su casa de la calle Águila una frase en una placa conmemorativa: “En recuerdo de Mariana Pineda, que murió en defensa de la libertad, el cabildo de Granada le dedica este homenaje en su casa familiar con motivo del bicentenario de su nacimiento, que tuvo lugar en 1 de septiembre de 1804”.

5 comentarios:
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Diego dijo...
martes, abril 17, 2007 10:12:00 p. m.  

Muy buen artículo, muy buen blog.

Saludos!

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Tamara dijo...
miércoles, abril 18, 2007 12:06:00 a. m.  

Jajajaja... vaya nombre que tiene la jodía... menos más que no había dni por aquella época... pq el de la policía se muere si tiene que escribirlo!
Y depués de leer esto... a ver quien se atreve a decir que las mujeres no tienen huevos... u ovarios...o que se yo...tendría que haber más mujeres con esta valentía y las ideas tan claras.
A partir de hoy gracias a ti, Miguel, María Pineda será un ejemplo a seguir por mucha gente que como yo desconocía su historia!

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Sara Parque dijo...
miércoles, abril 18, 2007 10:02:00 p. m.  

Menuda tía!!!! (como se diría más coloquialmente) Un ejemplo de valentía y lucha por la libertad y la justicía. Me ha gustado mucho el post de esta semana. Felicidades y gracias por acercarnos la historia de esta manera!
un saludo

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María Núñez de Pablo dijo...
jueves, abril 19, 2007 12:45:00 a. m.  

Bueno nene, ya sabes que no tengo mucho tiempo para comentar, pero no me podía ir a la cama sin dejarte aquí un par de frasecillas sin sentido...aunque se me cierren los ojos...y me pesen tanto los párpados...aaaaaahhhhhhh :0
A lo que vamos: ya era hora de que una mujer de las valientes visitase la máquina del tiempo esta, porque es bueno saber el papel de muchas "campeonas" a lo largo de la historia (y otras tantas que lo tuvieran que hacer incluso con seudónimos para ocultar su sexo...)
Un olé por esta mujer y por su valentía y fuerza hasta el último momento, momento por cierto de típica frase lapidaria para la posterioridad, eh?
Aunque hoy en día no haya Marianas Pinedas como tales por las calles, estoy segura de que millones de mujeres al día viven por luchar por una causa justa que haga que el mundo vaya cambiando poco a poco. Y no sólo me refiero a mujeres metidas en el mundo del politiqueo y esos saraos, sino todas esas que incluso en sus propias casas hacen de heroínas y se intentan revelar contra el "poder establecido".
En fin, que ese no es el tema y parace que cada vez tiene menos que ver...

Que muy buena la sección, miguel!jejeje! en serio, otra semana acercándonos tiempos pasados, que no siempre parecen mejor ("cualquier tiempo pasado nos parece mejor...buscando en el baúl de los recuerdos...uh uh uh!)Karina, joder! karina! otra gran mujer para recordar de aqui a unos siglos...jajaj!
Un saludo majo! (sí, majo...jeje)y muschos beeessssooossss xD

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Sarita dijo...
viernes, abril 20, 2007 2:47:00 p. m.  

"La disfraces" la llamaban...xD

¿Cómo que no hay marianas pinedas hoy en día mery? Y qué me dices de Waris Dirie, modelo somalí actual embajadora de la ONU en la campaña contra la mutilación genital femenina, que sufrió en sus propias carnes? Las "Marianas pinedas" existirán siempre, hasta que no haya más por lo que luchar (vamos que siempre x desgracia).

Me encanta que hayas optado por una mujer, xq hay tantas y tan valientes y tan olvidadas gracias a las cuales hoy tenemos tanto...Genial Miguel, de verdad!!! Un beso gordote!!!!!!

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