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LA MÁQUINA DEL TIEMPO

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DEL CONVENTO, ¿AL CIELO?

En este tiempo que corre sobre nuestros hombros y repta bajo nuestros pies vivimos en frente de unas civilizaciones que se chocan, de unos mundos que topan con otros acentuándose cada vez más la guerra de religiones. Vemos como la historia se repite de vez en cuando, como no podemos hablar muy alto e insultar a otros cuando en nuestra historia ha ocurrido lo mismo. Hay religiones que necesitan mucho tiempo para madurar y civilizarse, como es el caso de las grandes. Hoy por hoy nos aterroriza el radicalismo islámico, pero, ¿cómo vivía el mundo cuando la religión cristiana tenía más o menos la misma edad que hoy la musulmana? La Santa Inquisición es autora y testigo de sus obras criminales. En esta asociación privada tuvo la suerte de entrar un descendiente de judíos, de aquellos que mataban, para hacer “justicia” y condenar a los pecadores que no fuesen cristianos.

Tomás de Torquemada fue un vallisoletano nacido en 1420 que como quien dice se crió en el Convento de los Dominicos en la famosa Plaza de San Pablo, en los pucelas. Cuentan por ahí que el monje era descendiente judío, ya que algún ascendiente pudo haberse casado con una judía conversa.

Torquemada vivió y creció en Valladolid e imitando a Juan de Torquemada, su tío, ingresó en la orden de los dominicos. Debido a sus buenas artes, aun no llegando a la adultez, fue enviado al Monasterio de Santa Cruz, ubicado en Segovia y donde pudo convertirse en confesor de la heredera de Castilla, la princesa Isabel, además de ser prior del monasterio.

Debido a sus destacados trabajos como monje y también como erudito, fue nombrado en 1482 Inquisidor General de Castilla y Aragón por los reyes católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla, los grandes promotores de los ajusticiamientos inquisidores que por esas épocas comenzaban a surgir.

En un principio ejercía su “trabajo” con normalidad, pero tras el asesinato del inquisidor zaragozano Pedro de Arbués en 1485 atribuido a una panda de “herejes” y judíos provocó que su poder se extendiese por todo el reino y fuese realmente tiránico, realizando juicios con condenas a muerte masivas. Estas se acentuaron aún más con el asesinato del Santo Niño de La Guardia en 1491, un crimen ritual perpetrado por judíos y judíos conversos en el pueblo toledano de La Guardia.

Al año siguiente a Torquemada le llegó el éxito cuando, después de tanto trabajo junto a su confesante Isabel la Católica, consiguieron expulsar a los judíos de la península.

Se dice que bajo su mandato se llegaron a diez mil condenados a muerte consumados y veintisiete mil condenados a prisiones torturadoras. Es total y absolutamente normal que, por tanto, se recuerde a Torquemada como el ideólogo y juez de tanta tortura y sufrimiento, de esas condenas a la hoguera en los llamados autos de fe, y no nos olvidemos de la historia para condenar a este monstruo.

Sebastián de Olmedo, cronista de la época “torquemadista”, describe al protagonista como «el martillo de los herejes, la luz de España, el salvador de su país, el honor de su orden». Esto permite llegar ahora a la reflexión y condenar mentalidades que, por mucho que nos pese, son hijas de la Historia de la Humanidad. Así podemos hablar de un fundamentalismo cristiano y católico que, como ocurre ahora con la religión musulmana, atacaba a judíos, a los mismos musulmanes e incluso a ciudadanos y escritores que sencillamente no creían en las religiones. La leyenda negra de la Inquisición tiene en su historia el nombre de Torquemada.

En tiempos de la Santa Inquisición, todo el mundo era sospechoso. Los niños de doce a catorce años ya eran considerados responsables para esta institución, además de estar en el punto de mira los llamados “herejes”, aquellos que no comulgaran con el ideario católico. Todo aquel católico que se atreviera a hablar mal de la Inquisición, era sospechoso. Además, las medidas de Torquemada, imitadas también a lo largo de la historia, fueron muchas veces centradas en la quema de bibliotecas con literatura judía y árabe.

Y, como dije antes, la historia se repite. Quizás tengamos o tengan, es igual, que reflexionar un poco sobre el presente y las religiones, las cuales algunas están todavía en la adolescencia y todas las adultas han tenido que pasar por esa etapa. Siempre hubo y hay gente como Torquemada que ponen el punto negro en ellas.

3 comentarios:
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Quinto Tarde dijo...
miércoles, abril 11, 2007 1:11:00 a. m.  

Respeto las religiones y no comparto el ideario católico. De frente. Sólo querría hacer un apunte a tu revelador artículo: hasta las religiones "adultas" con varios siglos a sus espaldas siguen posicionadas en el extremismo. El papel de la mujer en la Iglesia católica, sus opiniones sobre los homosexuales (el último insulto que oí fue "falsificación matrimonial") o el mantenimiento del celibato son algunos ejemplos de cómo las raices más reaccionarias todavía son visibles. Afortunadamente, no toda la Iglesia católica es así.

Un saludete.

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Tamara dijo...
miércoles, abril 11, 2007 2:02:00 a. m.  

Muy bien Miguel, con esta sección estás empezando a hacer que me guste la historia, cosa que la pequeña caudilla no conseguirá en todo este curso.
Si en la próxima sección me haces un resumen de la segunda república y de la guerra civil... ya serías la leche!! (Creo que no vas a picar)
Fuera coñas, que está muy currado y muy bien documentado. Sigue así!

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María Núñez de Pablo dijo...
jueves, abril 12, 2007 11:07:00 a. m.  

Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes (odio esa canción...):
-O sea, que el Torquemada este era un descendiente de judíos y se mete en la maldita Inquisición para hacer "justicia"??? vamos, que este era como el negro ese de Alcalá era, no? de la camiseta con el escudo nazi y con la frase: "perdón por ser negro".INCREÍBLE!!
-Por un crimen efectuado como quien dice por parientes suyos...el hombre empieza a hacer la caza de brujas a lo bestia, no? cuanto cabronazo había por aquella época. Qué mentes más cerradas. Lo triste es que hoy en día tampoco se han abierto lo que debieran, pero ese es otro tema.
-La definición del "torquemadista" por antonomasia no tiene precio, desde luego. El martillo de los supuestos herejes se le metía yo por donde ya sabemos, que seguro que con ese agujero tapao´España tenía más luz con la que ver y mucho más honor con el desorden necesario!!

-Evidentemente algunas religiones con muchos años todavía no han superado la etapa de la adolescencia, incluso muchas de ellas siguen en pañales para adultos (Tena Lady de las de Conchita Velasco...jaja)
Es trsite comprobar cada poco como la Iglesia Católica mete la pata en asuntos en los que considero que ni si quiera debería pronunciarse.
Pero habrá que darles tiempo...unos 1000 añitos más quizá sean suficientes...

Buen post, Miwel, eso sí, con nuevo enfoque algo más "subjetivo" aunque es comprensible que en estos casos se nos vaya el dedo y tomemos partido.
Enhorabuena esta vez especialmente y sigue así niño! BESOTES Y HSTA LA SEMANA QUE VIENE!!

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