feedburner

Recibe las actualizaciones de DIARIO DE PERIODISMO

Con la mochila a cuestas

Etiquetas:

He de deciros para comenzar la ruta turística de esta semana que me estoy planteando seriamente el cambiar el nombre de la sección, porque tanto ir al extranjero, la mochila puede acabar reventada. Aunque una maleta no sería lo mismo… Da igual. El caso es que espero que os gustase Marsella, porque esta semana la mochila no para, y nos vamos otra vez por ahí lejos. Nos vamos a

BERLÍN

La capital de Alemania, como todos sabéis. Porque el que no lo sepa va a cargar con las mochilas de todos, aviso del guía.

Situada en la parte oriental del país germano, y con un oso –pero sin madroño, para chulos, los madrileños- en la bandera y escudo de la ciudad, es capital de la nación alemana y del propio land –estado- de Berlín-.

Sus orígenes se remontan hacia los siglos XIII y XIV, cuando, en 1307, dos pueblos vecinos, Berlín y Cölln, se unieron para formar la primera entidad con el nombre actual de la ciudad, que contó con unos 7000 habitantes, lejos de los 3 millones y medio que hoy posee la ciudad. El primer hito histórico con cierta relevancia de la ciudad es el nombramiento, en 1415, como capital del land de Brandeburgo, para pasar en 1871 a ser, a causa de la capitalidad de su estado, capital de la recién nacida Alemania.

Desde entonces, la historia de la ciudad ha sido muy agitada, llegando a ser destruida prácticamente en su totalidad durante la Segunda guerra Mundial, y dividida tras la contienda en 4 zonas de administración entre los aliados vencedores de la contienda, con el sonrojante episodio de la construcción del muro para separar la zona soviética, mantenido en pie desde 1961 hasta 1989.

Con relación al muro, aún se conservan diversos tramos que se pueden visitar. Entre ellos, destaca el situado en Mühlen str., de más de un kilómetro de longitud. También es recomendable acercarse por el Checkpoint Charlie, uno de los puntos de control de acceso existentes entre las dos zonas de la ciudad en aquellos años, y que hoy es un museo dedicado a esta época y a los ciudadanos que trataron de escapar de la RDA, algunos de ellos a través del propio Checkpoint.

Tampoco podemos dejar de visitar, y dar una vuelta por los alrededores de la puerta de Brandemburgo, símbolo de la reunificación alemana. De gran altitud, la corona la mítica escultura de la Quadriga, que la corona en su parte central.

Los berlineses han procurado no olvidar su historia, y para ello, aparte de los tramos de muro aún conservados, nos encontramos con la Kaiser-Wilhelm-Gedächtniskirsche, una iglesia totalmente destruida en la guerra, y de la que podemos ver la torre tal y como quedó tras los bombardeos, como se ha querido hacer para no olvidar la violencia y la inutilidad del conflicto armado.

Otros dos lugares imprescindibles de Berlín son la Potsdamer Platz, centro del nuevo Berlín, con múltiples rascacielos a su alrededor, y la Alexanderplatz, centro de la antigua parte soviética de la ciudad, en la que se conserva la mayor torre de televisión del mundo, la Fernsehturm, de 368 metros de alto, y en la que podréis presumir de haber comido a más de 200 metros sobre el suelo. Eso sí, si se os cae la comida, yo no bajaría a por ella. No, no es necesario que riáis cuando leáis esto.

Tampoco debéis dejar de visitar el antiguo Reichstag, hoy Bundestag, que conserva su fachada histórica por la parte frontal. Otros dos puntos de interés son el Rotes Rathaus (Ayuntamiento), con una característica torre central que lo hace inconfundible, y la catedral de los protestantes, la llamada Berliner Dom, edificio de gran tamaño y con unas espectaculares cúpulas.

Y si lo que queréis es ver museos, Berlín tiene para dar y para tomar. Nada menos que 153 se agrupan en la ciudad, la mayoría de ellos en la zona conocida como Isla de los museos, declarada patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y que corresponde a la Isla Spree, a orillas del río del mismo nombre, que es el río de Berlín.

De entre los museos que alberga la capital germana, no debéis dejar de visitar el Altes (antiguo) y el Neues (nuevo) Museum, ambos con gran historia. El Museo de Historia Alemán (Deutsches Historisches Museum) debe ser otra de las paradas obligatorias de vuestra visita, el de Pérgamo, con una de las puertas de la antigua Babilonia y el museo de la Bauhaus, para los amantes de la arquitectura. Otros dos “esenciales” son el Museo Judío y el Museo Egipcio.

En cuanto a fiestas, obviamente está la Oktoberfest para aquellos que disfrutamos de la cerveza, aunque se dé más en Munich (¿será un próximo destino de esta sección?), la Berlinale, el mítico festival de cine de la ciudad, y la Love Parade, el mayor desfile para los que disfrutan con la música techno.

Por cierto, que dicen que las fiestas nocturnas de Berlín son de lo mejor, con lo que este vuestro guía se abstiene por esta semana de recomendaros nada. Además, los nombres alemanes son largos y difíciles de escribir.

Pasadlo bien por Alemania. Se admiten cervezas –alemanas, por supuesto- o cualquier otra cosa de recuerdo.

3 comentarios:
gravatar
Sara Parque dijo...
viernes, abril 20, 2007 2:56:00 p. m.  

Porque es tan dificil leer esos nombrecillos alemanes??? Me ha gustado el viaje, pero las palabras tipo "kunderkindestan" han acabado conmigo ;)
Gracias por el paseo!!
Un saludo

gravatar
KARNY dijo...
lunes, abril 23, 2007 12:17:00 a. m.  

Berlín...poco comentarte de este lugar, solo se que allí había un muro, que hay mucho rubio y que hay buena birra, pero es una ciudad para apuntarse en la lista esa en la que tengo como primera visita El Campo Grande jaja q no hombre q no, enga Patino

Salud!

gravatar
Sarita dijo...
miércoles, abril 25, 2007 12:05:00 a. m.  

Wilkommen nach Berlin!!! Esa Alemania que no falte!! soy un bollito, que dijo uno, queriendo decir un berlinés.

Yo te propongo un viaje organizado a la Oktoberfest, que tiene que ser la caña de Alemania (nunca mejor dicho). Lo dicho, que te dejes de bobadas y te pagues una ronda de deutsches Bier. Danke shön!!

Publicar un comentario

Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos