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Con la mochila a cuestas

Tras acabar de visitar la pasada semana el ‘rompeolas de las Españas’, como muchos conocen a la capital, esta semana cogemos la mochila para desplazarnos cómodamente unos kilómetros al norte, cogemos las zapatillas cómodas, y nos preparamos para visitar

 

Ávila

 

Una de las más desconocidas joyas que tenemos en España, y de las pocas ciudades que conservan su muralla. Y qué muralla. Inevitable comenzar la visita por ella, ya que a una arquitectura imponente se une una ciudad pensada para estar dentro de ella. Creo, sinceramente, que podríamos afirmar sin temor a equivocación, que Ávila sin muralla no sería, en absoluto, la misma. Por supuesto, imprescindible pasear por ella, que ya que se puede, habrá que aprovecharlo. Y, junto a este imprescindible paseo, os recomiendo entrar por la siempre espectacular Puerta del Alcázar. No puedo darle otro calificativo distinto al de impresionante, porque lo es en toda regla.

 

Ávila tiene muchos otros atractivos. A la distinción de Ciudad Patrimonio de la Humanidad –es decir, que a visitar cosas se ha dicho- se unen otras muchas características que la hacen muy atractiva para el visitante. Es, por ejemplo, una de las ciudades españolas, junto a Córdoba, Toledo y tantas otras que albergaron en su seno a las tres culturas, lo que se refleja aún en ella. No en vano, pertenece desde 2005 a la Red de Juderías de España.

 

Pero si algo hace especial a Ávila es la mística. Dos de los mayores –y mejores- escritores místicos que España ha dado, como San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús –si os decidís a acompañar a vuestro guía, la llamaremos ‘la santa’, como se la conoce por allí, a la vez que pedimos unas yemas- tuvieron especial relevancia en la historia de la ciudad. Concretamente, aún podemos visitar el primer convento fundado por Teresa de Jesús en la capital abulense.

 

Y siguiendo su vida podemos hacer también un recorrido por la historia. Desde su siglo, el XVI, podemos pasar de los últimos ejemplos del gótico a las primeras manifestaciones del renacimiento, así como del manierismo de la época tardía gótica al barroco. Sin siquiera salir de la ciudad, lo que en pocos lugares se puede hacer de este modo.

 

Un punto obligado en la visita, para empaparse de la historia de la ciudad desde tiempos inmemoriales es la Casa de los Deanes, que alberga el Museo de Ávila. Su nombre viene de que los fundadores de la misma –de la casa- eran ambos deanes de la Catedral. Junto con sus contenidos, el palacio del siglo XVI merece una visita para ser disfrutado.

Otra parada inevitable y fundamental es la propia Catedral. Adosada por uno de sus lados a la Muralla, os garantizo que si el arte es una cosa que os gusta, y la arquitectura es otra, la seo abulense colmará con creces vuestras expectativas. Junto a ella, otro templo, como es la iglesia del monasterio de Santo Tomás, donde al espectacular entorno hay que añadir el sepulcro de D. Juan, hijo de los Reyes Católicos, una auténtica maravilla en mármol obra de Domenico Fancelli.

 

Para quedaros con una estampa inolvidable de la ciudad del Adaja, el lugar idóneo es un pequeño monumento situado extramuros, en un pequeño alto al otro lado del río, conocido como ‘los Cuatro Postes’. Garantizo que las fotos desde allí, especialmente de noche, son espectaculares.

 

Realmente, no puedo llevaros por todos los sitios que hay que visitar en Ávila, porque llegaríamos a correr el riesgo de quedarnos sin blog de la enorme extensión que esta entrada alcanzaría. Sólo puedo añadir que disfrutéis de la ciudad que tenéis ante vosotros, que lo merece.

 

Y. como no hay ruta que se precie que no deba contentar también a los sentidos, no podía quedarme sin recomendar, yemas aparte, un magnífico chuletón de ternera de la tierra. Como digo, magnífico. Pese a que poco recomendable para los que se preocupen en exceso por la dieta. Aunque algo tan bueno como esa carne no puede ser malo para nadie, creo yo.

 

Una imagen dicen que vale más que mil palabras. Lo comprobaremos no con una, sino con unas cuantas en movimiento. Preparad las mochilas, que la semana que viene, cualquiera sabe dónde iremos. Eso sí, prometo que la visita trataremos de que sea amena. Un saludo hasta entonces a todos los mochileros.

 

¡Dentro vídeo abulense!

http://www.youtube.com/watch?v=pQL6XhAT47s

2 comentarios:
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Angel Muñoz dijo...
viernes, marzo 13, 2009 2:39:00 a. m.  

Si señor una bonita ciudad con un encanto sin igual. Preciosa sobre todo de noche. Te recomiendo que la visites en julio cuando celebran un mercado medieval por toda la muralla.

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Anónimo dijo...
viernes, marzo 13, 2009 9:15:00 a. m.  

La verdad es que Ávila es una ciudad "especial". Te envuelve de una manera impresionante. Yo la visité para ver las edades del hombre y me fuí muy contento.

Buen repor Carlos!

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