Con la mochila a cuestas
Después de unas pocas semanas –el deber en forma de exámenes nos llamaba, junto con otra clase diversa de líos- en las que hemos dejado aparcadas las mochilas, retomamos en esta ocasión nuestro pateo y desgaste de suelas por algunos de los lugares por donde merece la pena, al menos a juicio de este guía vuestro, dejarse caer y disfrutar, con un estilo un tanto sui generis, pero que creo que puede ser ameno e interesante. Y esta semana retomamos, previa limpieza del polvo depositado en ella, la mochila, con los bártulos preparados no para irnos, sino para acabar de visitar…
Madrid (segunda parte)
Acabábamos nuestra primera parte de la visita en el que, con casi total seguridad, es el único templo egipcio trasladado piedra por piedra a España, y con un plan muy claro una vez hayamos terminado de ver ocultarse al Sol. Por cierto, que a modo de curiosidad, aunque al Palacio Real, que se encuentra a poca distancia de allí, se le llame de Oriente, está precisamente en Poniente. Por tanto, veréis esconderse a esa estrella que tan rico calor da por ese lado.
Como os decía, la dirección mejor que se puede tomar una vez abandonemos Debod es hacia Huertas. Por allí hay a mano numerosos lugares donde cenar, de muy diversas formas, a muy diversos precios, y como a cada uno más le guste en definitiva. Pero si Huertas es conocida por algo en Madrid es por ser uno de los centros de la noche, sin necesidad de acudir a grandes discotecas como pudieran ser Kapital, Joy y demás. Bares tranquilos, donde tomarte un mojito que poco envidia a los de
Y, como a la capital no se va todos los días, pese al AVE, si al día siguiente hay que madrugar, pues se madruga un poco. Sin irnos demasiado lejos de donde hemos pasado la noche de fiesta, un buen lugar para encaminar nuestros pasos podría ser Atocha. La estación, pese a que pueda parecer que tan sólo es eso, un lugar de llegada y salida de trenes, es mucho más en realidad. Tanto por fuera, donde el que os habla considera que muestra una gran belleza, como con puntos de interés dentro, como el memorial a las víctimas del atentado terrorista del 11 de marzo de 2004. Imprescindible visita, sin duda.
El siguiente punto por donde debemos pasar para dejar bien visitada
Para acabar con el Prado, una visita a
Con música, o sin ella, la siguiente parada de nuestro recorrido debería ser
Desde allí, la plaza de Colón puede ser un buen nuevo destino. Una bandera nacional ‘pequeñita’ presidiendo la plaza, y
A partir de ahí, este vuestro guía, ya os deja a vuestro libre albedrío. Allá vosotros qué queráis hacer en Madrid. Desde luego, sugerencias no van a faltar. Por ejemplo, las del vídeo de esta semana. Que lo disfrutéis. La próxima semana, ¿dónde iremos? Ya sabéis, que, como siempre, sorpresa. Pero dejad las mochilas preparadas.
¡Dentro vídeo!
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