feedburner

Recibe las actualizaciones de DIARIO DE PERIODISMO

Sala 0

Etiquetas:

Mongol

Parte de la mitología que rodea al guerrero, gobernante y conquistador mongol Gengis Khan lo describe como un tirano, un hombre cruel dispuesto a las mayores atrocidades con tal de culminar su vasto imperio. Mongol, película que representó a Kazajstan en la categoría de mejor película de habla no inglesa en la pasada edición de los Oscar, es la versión desmitificadora de la historia. En ella el celebre conquistador es un hombre implacable e inflexible, pero no por ello dejaba de ser alguien integro dispuesto a llevar la paz y la unidad a una Mongolia dividida por los clanes y el pillaje. Aunque quizá ya haya tiempo de ver algunas de esas atrocidades, porque Mongol, que tan solo es el relato del origen (una infancia durísima en la que es constantemente perseguido por el hombre que traicionó a su padre, en la que entabla amistad, e incluso fraternidad, con el que después será su más acerrimo enemigo en la lucha por el control de Mongolia y en la que conocerá a su esposa que le dará dos hijos de otros hombres, que sin embargo son aceptados por el futuro conquistador con admirable resignación) y el ascenso al poder de Gengis Khan, es la primera de una trilogía en la que no se muestra ninguna de las proezas o infamias invasoras por las que ha pasado a los anales de la historia como el hombre que reunió el mayor imperio jamás conocido.

Mongol es una película que se ve con agrado en sus algo más de dos horas de metraje, las cuales se quedan cortas para narrar tan intensa vida. Los que esperen grandes batallas, que las hay, pero pocas, saldrán decepcionados, pues éstas ocupan una parte mínima de la película, aunque eso sí, son espectaculares, sangrientes y excelentemente coreografiadas. Más que un relato épico sobre las aventuras de Gengis Khan, ésta es la radiografía intimista del hombre, llamado Temujin, que hay detrás del guerrero, de su amor por una mujer en un país y en una época en las que éstas no tenían ningún valor ("Para un mongol su caballo es más importante que su mujer" dice uno de los personajes) y de los acontecimientos dramáticos que marcaron su vida y definieron sus ideales (fue traicionado, perseguido, esclavizado). El proverbio mongol con el que comienza la película reza: "No menosprecies al cachorro débil porque se puede convertir en un tigre feroz". Mongol es también una película costumbrista que muestra las terribles y penosas condiciones de vida de las poblaciones nomadas mongolas, no muy diferentes a las de hoy en día (recomiendo el visionado de la excelente La boda de Tuya para conocer la vida en la actual estepa mongola, impropia del siglo XXI), así como las tradiciones y supersticiones que marcan cada una de sus decisiones.

Mongol se las ingenia para ser una película ágil y reflexiva a la vez. No hay tiempo para aburrirse con esta historia que no da tregua al espectador, aunque quizá sus abundantes saltos temporales resulten en ocasionaes excesivos y forzados. Muchas de estas elipsis dejan a la historia algo coja, como si hubiera una buena parte del metraje rodado que se ha abandonado en la mesa de montaje (como logra sobrevivir siendo niño al frío de la estepa mongola estando completamente solo, como reúne Temujin a su ejercito...). En definitiva, una película recomendable que entretiene sin apasionar y que en nada tiene que envidiar a producciones similares hechas por Hollywood.


Lo mejor: las interpretaciones, las batallas, pocas, pero contundentes, la apuesta por un relato más humano que épico.
Lo peor:
alguna elipsis y cierta falta de ambición que la haga destacar.




Y ahora la película recomendada de la semana. Se trata de una de las comedias (de esas crueles que hace que te preguntes constantemente de que te estás riendo. Una comedia no de carcajada distendida, sino de sonrisa culpable) más irreverentes, provocadoras, escandalosas, pueriles y geniales que se han hecho nunca. A los que American Beauty (por otra parte extraordinaria película) les parezca una fantástica sátira inmisericorde sobre la familia de clase media norteamericana, les aconsejo encarecidamente que vean la película de esta semana para saber lo que es no tener piedad ni con la familia (tema que trata) ni con el espectador.

Happiness (1998)

Nueva Yersey. Un matrimonio de jubilados está a punto de separarse. Él quiere estar solo. Ella seguramente no le soporte (al igual que él a ella), pero llora desconsolada, aunque dice que sólo lamenta que no la huebiera abandonado veinte años antes porque ahora tendrá que hacerse otro maldito lifting. Una de sus tres hijas (la mediana) es una exitosa escritora sumida en un mundo deprimente, banal y superficial. Sólo encuentra hombres guapos y triunfadores que besan por donde ella pisa. Necesita un hombre sincero, algo de autenticidad. Quizá ese hombre es su vecino, un hombre feo y gordo que nunca sale de casa y que pasa el tiempo, armado con las páginas amarillas y su teléfono, haciendo llamadas obscenas a desconocidas a las que usa para masturbarse. Lo único que respeta es a su hermosa vecina (la escritora) a la que ama en secreto (si ella pudiera saberlo, puede que fuera correspondido. Pero no se atreve a decirle nada). Él único que conoce ese amor secreto es su psicólogo, un hombre con una vida perfecta. Tiene una mujer que le ama (la hija mayor del matrimonio de jubilados que quiere separarse), tres hijos, un buen trabajo. Sólo tiene un problema. Compra revistas infantiles (con fotos de niños) y se masturba en su coche con ellas, y puede que esté dispuesto a llegar más lejos...

Todd Solondz, sin duda el cineasta mas polémico que existe, hizo lo imposible con Happiness (su mejor película): escandalizar en unos tiempos en los que el arte de la provocación estaba praticamente al alcance de nadie, en unos tiempos en los que todos asumimos que el cine puede valerse de cualquier recurso (sexo explicito, violencia extrema...) para lograr sus fines, y además lo hizo sin usar ninguna de esas dos técnicas antes citadas, tan solo usando el diálogo más mordaz que nadie pueda imaginar. Happiness es una película insoportable para muchos. Grotesca, perversa, obra de un psicópata sexal, también es un análisis inclemente de la soledad y como esta puede trastornar a cualquiera. No os la perdáis.

El video que os dejo corresponde al inicio de la película, la escena menos escandalosa, pero no por ello menos cruel.


2 comentarios:
gravatar
Marta dijo...
miércoles, diciembre 10, 2008 1:33:00 a. m.  
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
gravatar
Marta dijo...
miércoles, diciembre 10, 2008 1:34:00 a. m.  

Esta película que recomiendas esta semana es cuanto menos desconcertante. Sólo he visto la primera escena y me ha dejado KO. Me resulta interesante el argumento y creo que sabe enganchar bien desde el principio, digo esto porque todavia estoy sockeada de las palabras del hombre. Que fuerte!

Publicar un comentario

Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos