INStintaNEA
Publicado por
María Núñez de Pablo
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A todos nos han puesto algún mote en el colegio del que era complicado despegarse, hasta que a la mayoría le daba por centrar la atención en otro compañero y las burlas cambiaban de dirección.
Las risas en los recreos del patio de la escuela, en los cambios de clase o las miradas cómplices entre lección y lección. La maldad de los niños, se decía. Esa que era afrontada más o menos por la mayoría de los padres y asumida por los que la sufrían, los mismo que, curiosamente, la empleaban en otras ocasiones.
¿Qué pasa ahora entonces? ¿esa peculiar crueldad infantil se multiplica o se le presta mayor atención? La convivencia en los centros escolares de Castilla y León es relativamente buena, pero los casos de acoso en las aulas, de lo que ahora se denomina bullying, se han triplicado en el curso pasado.
Ahora, además de las clásicas zancadillas, se ultiliza Internet para humillar. Las tecnologías cada vez están más presentes en distintos ámbitos de nuestra vida; por lo que se ve, en casi todos. Es el ciber-bullying. Los alumnos se dedican a entrar en foros de Internet en los que ,algunos de ellos, hablan mal de compañeros suyos identificándolos con detalles y con el centro en el que estudian.
Aumentan también los casos de chavales reincidentes, de esos que hacen tropezar dos veces con la misma piedra al compañero de al lado, normalmente al que más cerca le pille.
Pega si te pegan, hijito. Insulta si te insultan. Denuncia si te hacen bullying.
Las risas en los recreos del patio de la escuela, en los cambios de clase o las miradas cómplices entre lección y lección. La maldad de los niños, se decía. Esa que era afrontada más o menos por la mayoría de los padres y asumida por los que la sufrían, los mismo que, curiosamente, la empleaban en otras ocasiones.
¿Qué pasa ahora entonces? ¿esa peculiar crueldad infantil se multiplica o se le presta mayor atención? La convivencia en los centros escolares de Castilla y León es relativamente buena, pero los casos de acoso en las aulas, de lo que ahora se denomina bullying, se han triplicado en el curso pasado.
Ahora, además de las clásicas zancadillas, se ultiliza Internet para humillar. Las tecnologías cada vez están más presentes en distintos ámbitos de nuestra vida; por lo que se ve, en casi todos. Es el ciber-bullying. Los alumnos se dedican a entrar en foros de Internet en los que ,algunos de ellos, hablan mal de compañeros suyos identificándolos con detalles y con el centro en el que estudian.
Aumentan también los casos de chavales reincidentes, de esos que hacen tropezar dos veces con la misma piedra al compañero de al lado, normalmente al que más cerca le pille.
Pega si te pegan, hijito. Insulta si te insultan. Denuncia si te hacen bullying.
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miércoles, diciembre 10, 2008 8:56:00 p. m.
No sé como hemos podido llegar a esa falta de respeto en las aulas. En nuestra época había gente que tenía motes y también se originaban peleas en los recreos, pero no adquirían unas dimensiones tan desproporcionadas como ocurre ahora. Como bien dices Internet es un arma de doble filo pero no creo que ése sea el problema. Lo que sucede es que padres y profesores están perdiendo autoridad y la sociedad está sobreprotegiendo a los menores.
un besote, Maria
miércoles, diciembre 10, 2008 11:29:00 p. m.
Discrepo de este parecer, Marta. Siempre ha habido 'bullying', aunque esa palabra se desconociera. Siempre ha habido personas marginadas en un aula, bien porque estaban gordas, bien porque llevaban gafas, bien porque estaban amaneradas, bien porque eran patosas para los deportes, bien porque tenían alguna discapacidad física o mental, bien porque eran tímidas...
Ahora sigue pasando igual (desgraciadamente), lo que ocurre es que las nuevas tecnologías, igual que tantos beneficios nos dan, contribuyen a magnificar la marginación, hasta convertirla en escarnio público. En 1990 los 'margis' de la clase también recibían zurras más de una vez, pero entonces no había móviles con los que grabarlas, ni un lugar donde poner las imágenes a disposición de todo el mundo.
En lo que sí estoy de acuerdo contigo, no obstante, es en que la autoridad de los profesores ha ido a menos con el paso del tiempo y, lo que es más grave, también la de los padres. Coincido en afirmar que ése es el principal problema, y que sólo contribuye a agravar la situación. E insisto, las nuevas tecnologías también juegan su papel malévolo en todo esto.
Buena idea la de plantear este tema, Mery. Saludos.
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