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Masturbación, homosexualidad, violaciones en masa, penes desproporcionados, prostitución, sudor, violencia, exhibicionismo...Y por supuesto zoofilia. ¿Qué rotundo, eh? Y tan pancha que me he quedado... Pero no os emocionéis, seguimos siendo aptos para todos los públicos. Bien, ahora que he captado vuestra atención.... ¡SORPRESA! Hoy dejamos Marte y Venus a un lado, y nos embarcamos en una emocionante aventura espacial, con rumbo a nuestros parientes más cercanos (de unos más que de otros, todo hay que decirlo): los animales. Si pensabais que los bichitos no aspiraban en la vida más que a hacer bebés, abrid vuestras mentes, porque de inocentes nada...

Para empezar, he de decir que al introducir en google (leed “gogle”, hacedme el favor XD) las palabras “sexo” y “animal”, cuesta encontrar entradas dedicadas a la cópula entre animales. Abundan las páginas del tipo: rubia con caballo... Pero entre ellas, una llama la atención, una noticia: Dinamarca no considera necesario prohibir el sexo con animales. A simple vista uno dice: hombre, necesario... A nada que se tengan dos dedos de frente... Pues el problema debe ser grave en aquel país, porque el PP de allí quiere llevarlo a referéndum...

A lo nuestro, y empezamos con polémica: se han documentado conductas homosexuales en más de 450 especies. No parece que sea tan contra-natura, ¿No? Los bonobos, los primates más parecidos al hombre, presentan conductas de este tipo. Como las hembras cuentan con un clítoris muy fuera de su cuerpo, hacen un abrazo en forma de canasta sujetándose con las manos y columpiándose a la vez, y así culminan sus relaciones. La vida en la selva es muy dura, y es común que en situaciones de peligro los bonobos tengan que llevar una cría lactante en los brazos y otra mayor a la espalda. A veces las crías se pierden o se quedan sin la madre. Entonces estas parejas de homosexuales las adoptan y las crían como si fueran propias. El caso del primer acuario que hubo con delfines, en Florida, es un claro ejemplo de homosexualidad animal: convivían perfectamente dos machos. Les buscaron a una hembra ¡y uno de ellos casi la mata! Y también es reseñable el comportamiento de los cisnes negros, fieles toda la vida: una pareja de cisnes negros se afana en construir su nido Tras poco más de un mes de incubación, el pollo sale del cascarón y el macho adopta una actitud agresiva hacia la hembra hasta el punto de que la acaba expulsando del nido. Inmediatamente, el lugar de la madre lo ocupa otro macho, la pareja de toda la vida del padre, con el que sacará adelante al cisne recién nacido. Comprobado: en el reino animal también se dan conductas homosexuales, y los que las asumen son capaces de sacar adelante a su descendencia con éxito.

Y es que los animales tienen orgasmos, por eso no utilizan el sexo únicamente como sistema de reproducción. La primera vez que se supo que un animal tenía orgasmo fue con una vaca, a la que un grupo de estudiantes aplicó electrodos medidores de los latidos cardiacos. Después de ese experimento se hizo en todas las especies y se comprobó que hasta los caracoles, que son hermafroditas, se lo pasan estupendamente. Por eso, muchas especies utilizan el sexo para conseguir cosas, es decir: se prostituyen. Para muchos monos, lo que más trabajo cuesta conseguir es la carne. Cuando un ejemplar tiene una presa, otro la puede conseguir a cambio de favores sexuales. Hubo un caso en un zoológico de Pekín, donde enseñaron a los primates a partir y comer cocos. Después les tiraron cinco cocos y el macho dominante los consiguió. Apareció una hembra y, tras la cópula, se los fue arrebatando uno a uno. Ya sabéis nenas, aprendamos de nuestros primos XD. También hay casos de cabras en las que es al revés, machos que consiguen de una hembra comida a cambio de una cópula. El colmo de esta situación es que hay machos insectos que ¡llegan a ceder la mitad de su masa proteínica a cambio de sexo! ¡Eso sí que es prostitución de lujo!

Otra forma de prostitución es el engaño, y es que hay animales travestidos. El dato original de los bonobos es que en su jerarquía hay machos que se comportan como hembras. Para que los dejen entrar deben cuidar a las crías y respetar al resto. Tienen varias ventajas: se ahorran la competitividad, los machos dominantes no los atacan porque les ven con crías, y tienen la comida asegurada, porque las hembras buscan comida para todos. Los más listos... Hay también grados de transformismo un tanto psicológicos que no dejan de despertar la curiosidad. En Sudamérica habita un roedor, el agutí menor, cuyos machos montan el paripé con tal de obtener el favor de la hembra: adoptan el papel de cría desvalida y falta de cariño y despiertan los sentimientos maternales de la hembra, que pasa del amor filial al conyugal. Eso también lo hacen muchos hombres....

Pero para todo esto, hace falta un pene. Los tamaños y formas de los órganos sexuales de los animales son muy variados. Hay penes que tienen como ojos, otros tienen plumas, otros se dividen en dos,... El pene más grande es el del piojo, ¡50 veces su tamaño! Pero, como dicen, lo importante no es el tamaño, sino qué hacemos con él. Y aquí llega la sufrida chinche doméstica, que muestra en su cuerpo las cicatrices dejadas por el aparato reproductor del macho, semejante a algo así como a una espada puntiaguda. El macho no busca con ella el orificio sexual de la hembra, que lo tiene, sino que la clava en cualquier punto del dorso e inyecta allí su esperma, que llega a los órganos de reproducción a través de la corriente sanguínea. ¡¡¡¡Au!!!! Un pene sobresaliente entre la fauna en cuanto a tamaño no es el del elefante (1,5 metros y 45 kilos) o el de la ballena azul (3,6 metros), sino el del diminuto percebe, que, como casi todo en la naturaleza, tiene su explicación. La imposibilidad de desplazarse de estos crustáceos, fijados a las rocas, ha desarrollado un pene 40 veces mayor que su cuerpo con el objeto de poder alcanzar con él a su pareja. A otros no les hace falta miembro: uno de los tentáculos del calamar nautilus es su órgano reproductor. Cuando tiene el saco espermiótico lleno lo suelta y lo manda al agua. Como si llevara un GPS, el saco sabe dónde está la hembra. Cuando ésta empieza a ovular el saco entra dentro y se abre. Mientras, el calamar macho no se ha enterado de nada. Triste vida la del calamar... ¡Pero qué ricas están las rabas!

¿Sabías que...?
- Hay machos que han intentado aparearse con hembras humanas. Algunos orangutanes se aproximan a las mujeres con intenciones sexuales, a juzgar por las erecciones que presentan en esos momentos. El mismo tipo de comportamiento se ha observado en delfines.
- Muchos reptiles tienen dos penes dependiendo de la postura de la hembra.
- Los caballitos del diablo son libélulas que lo hacen muy etéreo, en el aire y ambos deben levantar mucho sus colas forman un corazón con ellas en el aire. ¡¡Oooohh!!
- El jabalí, un animal rudo del que aparentemente se pueden esperar pocas sensiblerías amatorias, no va directo al grano cuando macho y hembra entran en celo. Ligeros mordiscos en los lomos, suaves golpes, frotamientos cara con cara y cariñosos hocicazos, que semejan besos, preceden al coito. Mucho más romántico que muchos de nosotros...eres más cursi que un jabalí....vale, nadie se ríe...
-Las orquídeas son zoofílicas. No se sabe cómo pero son capaces de reproducir con su cuerpo a la hembra del insecto, su olfato y su sonido. Engaña al insecto para conseguir su semen hasta agotarle. Ya ves...
-Las chimpanzés entran en celo una sola vez al año, y tienen que soportar violaciones en masa. Todos los machos esperan pacientemente su turno. Algunos "más evolucionados" lo seguirían haciendo...

¡Y hasta aquí hemos llegado! Hoy un poco menos elaborado, pero aún así espero que interesante. ¡Mil besos!