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reflexiones a pilot rojo

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Pucela contra el Estado terrorista de Israel

Las calles de Valladolid se llenaron de rojo, verde, negro y blanco. Multitud de personas, integrados en colectivos sociales y políticos o por iniciativa independiente, se dieron cita con la kafia en el cuello para exigir a Israel que deje de aplicar el terrorismo de Estado que lleva utilizando contra la población palestina durante 60 años. Entre gritos de “Estado sionista, Estado terrorista” o “Palestina libre”, los miles de personas que se reunieron en la Plaza de Zorrilla se preguntaban por la doble moral que la Comunidad Internacional muestra respecto a este conflicto. “Zapatero mójate, como hiciste la otra vez” se escuchaba con voz enérgica a través de los altavoces del coche de cabeza, en la cual iban representadas varias sensibilidades políticas desde en centro hasta la izquierda. La derecha no acudió, quizás porque no tiene las agallas de salir con la bandera de Israel, esa que utiliza para cubrir sus vergüenzas en cada bomba que mata a un niño.

Se echa de menos la actitud de la ‘lideresa’ Esperanza Aguirre, la que se erige en ejemplo mundial para echarse a la calle contra la República de Cuba. Quizás esté frustrada por esos 50 años de otra cosa y porque ese gobierno nunca ha invadido un país para aplicar el genocidio ni ha sido cómplice de matanzas generalizadas. La que quiere pasar a la historia política mundial como alguien parecido a un presidente norteamericano, no se acuerda que será cómplice de los crímenes contra la humanidad cometidos por ese país y de la masacre palestina, pues hace la vista gorda y su único objetivo es acabar con todo lo que tenga que ver con el socialismo. No sé si se debe a ese miedo ideológico de Mc Carthy, a esa inseguridad por defender un sistema que hace estragos o la envidia de que un pueblo haya conseguido lo que ha conseguido, con bloqueos criminales, precariedad y en ocasiones absurdas medidas políticas incluidas. Hay otro ejemplo de reorganizar la sociedad, pero la ‘lideresa’ dice que no, que no: esto es lo que hay, miles de muertos en el lote.

Fuera de cruzadas anti-izquierda, la cabecera de la manifestación concentró a los congregados en la Plaza de Portugalete, ya que Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, decidió cobrar 600 euros por la plataforma solicitada por los convocantes. Personajes del mundo de la cultura, como Fernando Urdiales, Gustavo Martín Garzo o Manuel Sierra y un representante de la Asociación Palestina de Valladolid, pidieron justicia a la Comunidad Internacional para acabar con la masacre en Gaza.

“Democracia ¿dónde?, Terrorismo ¿quién?”, “Israel fuera de Palestina” y varias comparaciones de los antes víctimas con sus anteriores verdugos no dejaron de salir de la boca de los manifestantes, que recordaron al Estado de Israel los 60 años que lleva hostigando a la población palestina. También se preguntaban por qué los resistentes eran terroristas y los ocupantes tan solo se defendían o por qué con las armas españolas están pereciendo mujeres y niños.

Una manifestación limpia, respetuosa y enamorada de la paz, ya que los gritos de ‘No a la Guerra’ también se escucharon durante todo el recorrido. Me acordaba pues de aquellos que, con la doble moral que les caracteriza, firman pactos con el pueblo saharaui y apoyan a Israel, hablan de gobiernos criminales y apoyan la masacre, se recrean en pintar dictaduras cuando se besuquean con jefes de gobierno como Ehud Olmert.

En definitiva, Valladolid se volcó: desde los niños con apenas un año hasta personas en torno a los 90. Para la paz, para la humildad y para luchar contra el genocidio, no existen las edades. Todos sabemos distinguir lo que está bien y lo que está mal y cuando hay matanzas de por medio, no pueden existir posiciones intermedias. A eso se le llama complicidad.


1 comentarios:
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Marta dijo...
domingo, enero 18, 2009 8:10:00 p. m.  

Enoharbuena por el repor y por las ilustraciones. Muy buena idea!

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