Reflexiones a Pilot Rojo
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KARNY
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Reflexiones a Pilot Rojo
VESTIDOS DE ÉPOCA
Hubo un tiempo en el cual los súbditos pasaban la vida trabajando para sacar adelante a sus churumbeles, arando sus tierras o sacando a pastar las cuatro cabras para vender sus patatas o leche y así tener algo para poder comer y llegar a fin de mes o incluso de día. Por encima de ellos, una cabeza visible la cual vivía en la riqueza recibía un pellizquito de las ganancias de esa pobre gente porque él era el jefe de todo aquello. Además todo aquel que osara levantar la voz contra ese Rey o simplemente no se manifestase a su favor sería juzgado y además mal visto por las altas sociedades y sus seguidores. Todo esto pasaba en la Edad Media o incluso en la Edad Moderna, cuando Velázquez retrataba a ese jefe y su protegida familia en su gran obra y El Bosco se dedicaba a dibujar la ostentación y la lujuria en El Jardín de las Delicias. Grandes pinturas. Pero nada de blasfemias y menos de insultos a la corona, si no ya sabías lo que te esperaba. Cuentos reflejados en millones de libros y páginas en los cuales el polvo rebosa y el tiempo hace invisibles las palabras en la mayoría de los casos.
Hubo un tiempo en el cual los súbditos pasaban la vida trabajando para sacar adelante a sus churumbeles, arando sus tierras o sacando a pastar las cuatro cabras para vender sus patatas o leche y así tener algo para poder comer y llegar a fin de mes o incluso de día. Por encima de ellos, una cabeza visible la cual vivía en la riqueza recibía un pellizquito de las ganancias de esa pobre gente porque él era el jefe de todo aquello. Además todo aquel que osara levantar la voz contra ese Rey o simplemente no se manifestase a su favor sería juzgado y además mal visto por las altas sociedades y sus seguidores. Todo esto pasaba en la Edad Media o incluso en la Edad Moderna, cuando Velázquez retrataba a ese jefe y su protegida familia en su gran obra y El Bosco se dedicaba a dibujar la ostentación y la lujuria en El Jardín de las Delicias. Grandes pinturas. Pero nada de blasfemias y menos de insultos a la corona, si no ya sabías lo que te esperaba. Cuentos reflejados en millones de libros y páginas en los cuales el polvo rebosa y el tiempo hace invisibles las palabras en la mayoría de los casos.
Existe un tiempo en el cual los “ciudadanos” se pasan la vida trabajando para sacar adelante sus hijos si es que los tienen y para pagar en cincuenta años la madre de todas las hipotecas. Un puesto en el almacén de El Corte Inglés o de dependiente del Zara para vivir en casa de tus padres y aun así no ahorrar, sino perder dinero de tu sueldo de 700 €. Por encima de ellos, una cabeza visible la cual vive en la riqueza recibe un pellizquito de las ganancias de estos pobres desgraciados porque él es el Jefe del Estado. Además todo aquel que ose levantar la voz contra ese Rey o simplemente ocupe un gran cargo y no se manifieste a su favor será juzgado y además mal visto por gran parte de la población. Todo esto pasa hoy y pasará mañana, cuando el Jueves publica una viñeta graciosa sobre la Corona y jóvenes independentistas y republicanos muestran su rechazo hacia la institución mediante la quema de fotografías Reales. Nada de comprensión. Todos son insultos y descalificaciones desde cualquier estamento público y semipúblico, desde los grandes partidos y por supuesto desde aquellos periodistas institucionales que venden la moto en cada una de las tertulias televisivas y que “por cojones” los dos partidos del turno son los que valen.
Años de cárcel pidieron a Otegi por llamar al Rey “jefe de los torturadores”, multas millonarias en un principio reclamaban al semanario “El Jueves” por hacer humor con lo que realmente no hace ni puta gracia y prisión pedía el fiscal para el independentista que quemó la foto de los Reyes. Una simple descalificación de Anasagasti a la familia Real a la cual definió como “una pandilla de vagos” ya puso alerta el engranaje judicial el cual no se puso en marcha porque según alguno “no quería mostrar a los españoles la feroz legislación que hay a favor de la Corona”. No sé si estos acontecimientos pueden hacer reflexionar a la “plebe” y tampoco sé si ésta se planteará la perpetua jefatura del Estado. Si con un”¡Franco Hijoputa!” ibas al calabozo y con un Real polvo dibujado vas al juzgado, ¿Qué diferencia hay?
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lunes, octubre 08, 2007 4:12:00 p. m.
La diferencia está en el grado de poder que tiene el que hace la crítica o el delito.
Ejemplos, para que se me entienda, si un mandatario del PP dice que Zapatero es un colaborador de ETA que está implicado en teorías conspiratorias, aunque se demuestre que es mentira, no pasa nada, borrón y cuenta nueva y como mucho donde dije digo, digo Diego... se aplica el derecho de la Libertad de Expresión.
Si alguien roba 1500 millones de euros... le pongo 50.000 euros de fianza, aquí no pasa nada.
Pero ojo, si eres un Don Nadie y robas el caset (de esos de mas de 300 euros) de un coche superlujoso de un megarico para dar de comer a tu familia, te caen tres años y haber de donde coño sacas la fianza, aquí tampoco pasa nada.
Si alguien te impone un canon indiscriminado, arbitrario y demás para defender el negócio de cuatro artistas vagos, te jodes y lo pagas, aquí no pasa nada, ¿podían poner un canon al trigo este año que no hay cosecha verdad? No... que los agricultores no tienen poder y además no hacen cultura.
Si tu jefe te llama vago y encima te paga un sueldo de mierda y lo denuncias, tienes todos los papeles para ir a la puta calle, y aquí no pasa nada.
Que te quedas sin cosechas por capricho de la Junta de criar cuatro aguiluchos, te jodes. Aquí no pasa nada.
Si quemas un cajero en euskadi, delito de terrorismo... unos cuantos años, si lo quemas en cuenca... vandalismo.
Si te manifiestas en Euskadi a favor de los presos aunque no sean de ETA... terrorismo, si lo haces en Caceres, no sales ni en el fancine local.
Si llamas hijo puta a tu vecino.... va, no pasa nada, si le haces "un calvo" a la foto del Rey te enchironan, si lo hace Anasagasti, se queda en una desagradable anécdota.
Joder tio, ya sabes... lo mismo de siempre, "todos los poderosos, entre nosotros, somos iguales ante la ley y todos los pobres, entre ellos, también son iguales ante la ley, yo hice la ley, yo hice la trampa.
Los poderosos son inocentes aunque se demuestre lo contrario y los pobres son culpables aunque no se demuestre.
La libertad de expresión es del que la puede comprar y los demás mortales tenemos la libertad de expresión que nos presta el que la compra.
Nada nuevo, toda la puta vida igual, que diría Evaristo.
Saludos Karni
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