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AMAZIGH, HOMBRES LIBRES

Un pueblo guerrero, comerciante y muy consciente de lo que envuelve su terreno. Piedras, tierra seca, montes áridos y fuertes vientos a los que han resistido siempre con bravura. Bereberes de Bárbaros, insultos y descalificaciones impuestos por el más fuerte, sin embargo ellos son los Amazigh, los Hombres Libres.

Su ascendencia se sitúa entre los primeros pobladores de África del Norte, los que desde el paleolítico y neolítico salían de África a conquistar mundo. Ellos eligieron quedarse en el Sahara. En realidad los Bereberes son un conjunto de pueblos, de culturas diferentes con dialectos propios, desde los Tuaregs pasando por los Rif o los Kabil. Todo el norte de África era suyo y, por supuesto, el occidente saharaui.
Eran sobre un millón los Amazigh que se extendían sobre la mencionada geografía africana, sin embargo, haciendo aras de su poderío guerrero y fortaleza psíquica, contrarrestaron las ofensivas de sus enemigos invasores fenicios y romanos. Las batallas eran victorias para los Hombres Libres.

Durante muchos siglos fueron el puente comercial entre el África negra y el mar Mediterráneo, controlando el mercado del oro y las piedras preciosas, que transportaban en sus enormes caravanas de camellos. Además eran los únicos administradores del Magreb y de sus puertos, de las costas y de la tierra seca.

La prosperidad del pueblo bereber se truncó durante los siglos VII y VIII, pues la Historia ya no hablaría sólo de ellos como auténticos jefes del Magreb, sino que el territorio sería totalmente compartido. Los árabes entraron en estas tierras arrasando con todo lo que podían, sin embargo los Bereberes les plantaron cara. Las batallas se hacían interminables, duras, sangrientas, espadas duras en cuerpos blandos que finalmente acabó como siempre. Los más fuertes, los más numerosos, se impusieron ante los más débiles adoctrinándoles con sus pensamientos y dogmas. El Islam fue la religión del Magreb a partir de entonces y el árabe su idioma.

El pensamiento árabe, muy avanzado para la época, se extendió rápidamente por toda la zona, pero sin desaprovechar lo que había. Y como nunca tienes que imponer lo tuyo de cabo a rabo, sino que debes aprender de los demás, los árabes hicieron lo propio y se echaron al monte con Bereberes como buque insignia en la pelea. Su próxima parada: la Península Ibérica. Objetivo: Adiós, don Rodrigo, adiós. Desde entonces asomó el hocico Al-Andalus y los árabe-bereberes se hicieron sobretodo con el sur de la Península. Los Amazigh habían perdido todo su sentido. El pueblo independiente del Magreb era ahora un pueblo supeditado al Imperio Islámico.

Hablan siempre de los Tuaregs como nómadas, de los Bereberes como hombres a caballo (o a camello) que recorren las dunas del desierto con un aspecto extraño. Sin embargo ese estilo de vida fue adquirido una vez los árabes entraron en el Magreb. Desde entonces, el nomadismo fue el aliado para la supervivencia del pueblo, que recorría el Sáhara Occidental, Marruecos e incluso Nigeria para encontrar una tierra donde les dejase enseñar su arte del comercio.

Mientras, los árabes junto a los bereberes reclutados para la lucha se hacían en el 1030 con parte del África negra llegando hasta el Río Senegal, creando así un imperio que llegaba hasta el río Ebro.

En el siglo XIX llegaron las colonizaciones y el norte de África se vio ocupado por España y Francia. La parte española de ámbito árabe-bereber se establecía en parte de Marruecos y el Sáhara Occidental, tierra poblada por Tuaregs. Desde entonces y una vez concedida la independencia a Marruecos, se acrecentaron las diferencias siempre existentes entre el pueblo árabe y la comunidad bereber, tanto que actualmente el Sahara Occidental está ocupada por Marruecos política y militarmente. Los saharauis luchan desde hace décadas por la independencia, llegando a crear su propio Frente, el POLISARIO, que durante 20 años combatió a los ejércitos marroquí y mauritano, que también ocupó parte del Sahara durante años. Este conflicto, citado aquí brevemente, quizás sea más propio de análisis en otra sección.

El pueblo Bereber, etnia que aún conserva su lengua y su propio pensamiento, lucha hoy por el reconocimiento de todo ello y, por supuesto, de su Estado, el Sahara Occidental.

1 comentarios:
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Patino dijo...
lunes, noviembre 05, 2007 11:50:00 a. m.  

Me gusta el artículo Karny, sí señor. Unos grandes desconocidos los saharauis, a los que debíamos estar echando una mano en vez de dejarles en manos de Marruecos. Una idea de cómo trabaja este pueblo nos la puede dar el hecho de que aún usan buena parte de la maquinaria que allí dejamos los españoles para la extracción de fosfatos, cuidándola y aprovechándola. Y eso que viven encerrados entre alambres...

Desde hace mucho tiempo atrás nos han presentado al Polisario como una especie de traga niños, malvados y asesinos, pero no nos han dicho que es el vecino del Norte, los súbditos del amigo Mohamé, los que se las gastan del estilo de echar a Alí Lmrabet por pensar diferente, u ocupar un territorio que no es suyo aprovechando que los españoles nos fuimos.

En fin, que me enrollo y no es plan. Que a ver si podemos hacer que los saharauis recobren su libertad. Que la merecen.

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