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PASIÓN DE PERIODISTAS
Segunda Temporada


En el capítulo anterior de Pasión de Periodistas… la caja que los chicos habían encontrado contenía un extraño número de teléfono. Era el de Patino, que tras hablar con Mery los citaría a todos en el “Zafiro”. Allí mismo les entregó un paquete que ni el mismo sabía lo que contenía, ni por qué había llegado a él. ¿Qué ocurrirá con el paquete?

Cuando Bea abrió el paquete, observó extrañada lo que allí había. Son unos billetes de avión, dijo. A lo que Miguel Melenas respondió, “por fin algo bueno, ¡nos pagan unas vacaciones!”. Las caras de los chicos mostraban una cierta incertidumbre, y sólo Mery se atrevió a decir “¿Y que destino tienen?”. Palencia observó detalladamente los billetes hasta que al final exclamó “¡Tenerife!”. Los billetes tenían una fecha y una hora: 11 de Septiembre, 15:00hs. Los más supersticiosos no se fiaban, pero Rober muy decidido dijo “Venga, vamos. Tenemos que ir todos”. Y así fue, el grupo de chicos decidió que mañana a esa hora, tomarían el avión que los embarcaría en su nueva aventura.
Cuando a la mañana siguiente se reunieron en la cafetería del colosal aeropuerto de Valladolid, todo eran caras de incertidumbre. Por la megafonía sonó: “Los pasajeros del vuelo TF-90210 por favor embarquen por puerta 12”. Sin decir nada, todos al mismo tiempo se levantaron decididos, con ese espíritu emprendedor que desde sus tiempos universitarios les caracterizaba (Jaja, tono irónico). Cuando se disponían a embarcar, uno de esos perros drogadictos que acompañan a los miembros de los cuerpos del estado, empezó a olisquear a Nico. El gallego con voz temblorosa preguntó “¿Qué le pasa al chucho conmigo?” hasta que finalmente dieron con el problema. Nico en su bolsillo llevaba una ristra de ajos, ya que desde su secuestro allá por los comienzos de esta extraña aventura se había convertido en un supersticioso empedernido. Finalmente todos accedieron al avión, y para su sorpresa, toda la primera clase del avión estaba reservada para ellos. “Esto es divino” exclamó Gala, que tras su idílico matrimonio con el hijo del archiduque Fernando de Solís Orlando Apis de la grandes Leguminosas, se había convertido en lo más “cool” de la alta sociedad española.
El comandante les dio la bienvenida y el vuelo comenzó. Pronto nuestros chicos comenzaron a inquietarse. Sarita le preguntaba a Merayo “¿A dónde nos llevará todo esto?” Pero esa era una pregunta que ni el intrépido productor de “Noche de Fiesta”, “1,2,3” o “La vida de Ana Obregón” entre otros programas de gran audiencia, podría responder. Pronto comenzaron a formarse pequeños grupos entre los amigos y la misma pregunta rondaba en todos: “¿Por qué?”. En ese momento Palencia, que tras matar a un cocodrilo en su paso por la 32 edición de “La selva de los famosos” estaba llena de valor, dijo: “¿Alguien ha pensado en que hacer?”. Todos se quedaron en silencio pensando, pero ese silencio se convertiría en asombro cuando el grupo se dio cuenta que no estaban dos de sus compañeros. “¡Faltan Miguel León y Stanich!” gritó Patry. Ninguno de los amigos sabía donde podrían estar, hasta que al cabo de los minutos, ante el asombro de sus compañeros, ambos salieron juntos y de la mano del baño del avión. Todos se quedaron atónitos hasta que Miguel comenzó a decir: “todo comenzó en la facultad. Uno de esos días de la tortilla que teníamos, no sé cómo Stanich y yo acabamos despertándonos en la misma cama. Juramos que no volvería a pasar y que no se lo contaríamos a nadie. Pero cinco años después nos encontramos en Toronto. Ambos estábamos con nuestros respectivos medios como enviados a los campeonatos mundiales de “curling”, y nuestro amor volvió a surgir. Desde aquella no nos hemos separado”. Alguna tímida lágrima de ternura se atrevió a salir de los ojos de los chicos, pero en el fondo todos se alegraron. “La verdad es que estáis hechos el uno para el otro” exclamó Patino.
Sin apenas darse cuenta, estaban a punto de aterrizar. El viaje llegaba a su fin y no sabían lo que les depararía la isla. En la sala de equipajes todos estaban esperando por sus maletas y observaron que al otro lado un escuálido y maquiavélico ser estaba observándolos. Los amigos comenzaron a ponerse nerviosos, pero Merayo decidió ir a ver quién era. A la vez que Merayo se acercaba el extraño ser comenzaba a escaparse hasta que ambos se echaron a correr. Alguna mala vibración emitía ese abominable ser al que nuestro joven productor no podía dar alcance. Justo ese día los pasillos del aeropuerto habían sido encerados, y ese extraño personajillo resbaló, se golpeó la cabeza y quedó inconsciente. Las asistencias sanitarias no tardaron en llegar y subirlo a la ambulancia.
Mientras tanto, el resto de amigos esperaban a los taxis que los llevarían al hotel, que Álex el millonario director de Vogue les había reservado. Estaban dispuestos a encaminarse hacia el hotel, cuando la ambulancia que transportaba al semihombre se disponía a partir hacia el hospital. En el momento de arrancar, sus puertas traseras se abrieron y la camilla en la que iba el humanoide se cayó a la carretera, por la que desafortunadamente pasaba un tractor que no podría evitar la mortal colisión. Mery se acercó con curiosidad y finalmente exclamó “¡Venga hasta luego, otra vez han matado a Jorge!”
Eran las seis de la tarde cuando llegaron al hotel, y todos se disponían a dejar sus pertenencias en sus respectivas habitaciones, pero en la recepción se encontraron con una extraña sorpresa… ¿Qué será? Pues ni idea, pero Gala os lo contará en el siguiente capítulo.