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Perdon por mi tardanza, pero hubo problemas técnicos.

NACIONALIZACIÓN, ¿SUENA TAN MAL?

Una gran noticia abría hoy los periódicos de uno de los países más pobres del mundo, Bolivia, con titulares en portada que explicaban el éxito de Evo Morales en la firma de los acuerdos con las empresas petroleras que hasta hace poco hacían de su cometido y conseguido la siembra de injusticia de la cual se recogía pobreza y más pobreza.
No son todos los objetivos en ese tema de la política de Evo Morales ni de ningún partido marxista, pero bien es verdad que este acuerdo de nacionalización de los hidrocarburos palia un poco el déficit de aquel país andino y olvidado.

Cuando el 1 de mayo de este año Evo anunció la futura ley todo el mundo (quien dice todo dice el mundo capitalista) se echó las manos a la cabeza, iniciando proyecciones cerebrales en los que se veían fuera del país mendigando sustancias de puerta en puerta. Y es que la vida de una multinacional multimillonaria y multiexplotadora es muy dura. La historia es que llevan allí plantadas demasiado tiempo, con contratos neoliberales y capitalistas en el más amplio sentido de la palabra, y han tomado Bolivia como su tierra y los hidrocarburos como sus hidrocarburos, sin saber que, en grandes días como en los que se lleva a cabo la victoria del pueblo, todo puede cambiar. Es una política distinta a la que estamos acostumbrados, es una forma distinta de ver la vida y es la manera de repartir la riqueza entre la población para intentar erradicar alguna parte de la pobreza y extender los derechos de los ciudadanos, que, como habitantes de una tierra y componentes fundamentales de un pueblo, tienen que asumir y serán muy bien venidos.

Pero la hipocresía sigue existiendo en cada rincón del planeta. Criticamos lo que no es democracia liberal, las dictaduras a las cuales se las ataca matando gente inocente, tiramos por tierra sistemas distintos por no llegar al poder democráticamente y cuando una persona anuncia su programa, lleva sus ideas hasta los callejones más oscuros del país y encima consigue la victoria, intentamos buscar razones para matarlo desde el mundo de la oratoria (eso por supuesto) deslegitimando sus acciones porque van en contra de los intereses del rico. Luego nos miramos apenados unos a otros cuando observamos la extrema pobreza en la que viven la mayoría de los habitantes del planeta, sin reconocer que, y a las pruebas me remito, el gran Sistema Capitalista y su hija Globalización no funcionan del todo o del nada bien. Como decían los Estopa, “Qué mal repartido está el mundo desde el primer mes de enero”, o desde que Adam Smith expuso sus teorías y se hicieron caso al igual que las de David Ricardo y otros muchos, o desde que la Industrialización se utilizó y se sigue utilizando como elemento destructor del planeta y exterminador de la raza humana. La desigualdad económica tiene su punto culminante en la muerte por pobreza, pero también da pie a que las mafias trafiquen incluso con seres humanos para darlos un trabajo digno y bien pagado en la Casa de Campo mostrando sus habilidades a cincuentones barrigudos, la delincuencia, la mendicidad, muchas enfermedades y, como estamos viendo últimamente, la inmigración. Veni Vidi Vici parecía que era también frase de los imperialistas europeos en su llegada, hurto y huída en África, pero ahora estamos recogiendo lo sembrado, y no nos tendría que extrañar. Si entran por Andalucía o Canarias es por situación geográfica, no por que nos quieran invadir ni esas historias que algún neonazi acomplejado escupe por la boca, tan solo quieren recuperar lo que les han robado, una vida normal.Por eso, señor Morales, sigua usted cogiendo al toro por los cuernos, pero por favor, no suelte ninguna mano o la cornada es segura.