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Reflexiones a Pilot Rojo

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UNA VACA, CUATRO VIDAS

Una pamema engañabobos fue el tipo de reunión que querían imponer ayer en Lisboa los europeizados presidentes de la UE; y una región africana cada vez más empobrecida rechazó gustosamente el modelo que la Unión quiere imponer en el continente de los tiralíneas.

En este tipo de cumbres de cara a la galería apenas se muestran datos, se contrastan hechos y se comparan desarrollos. Se omiten realidades y fotografías dramáticas, se censuran tragedias y lo más duro, se miente a los más pobres. Los presidentes europeos, zafias marionetas del capital trasnacional, únicamente viajan para retratarse pero no para retractarse, acuden con el collar de pinchos para evitar movimientos en falso o cualquier sentimiento de culpa.

Zapatero, “el señor de los grandes pactos”, continua sumido en su fijación psicótica de progresía a la desesperada, de mostrar una fachada socialmente “intachable” a la vez que sigue alentando el libre comercio en el continente africano. Después de una ronda de palmaditas en la espalda, ZP propuso un gran pacto sobre inmigración y reprochó a la UE su actitud respecto a este tema. Fue el momento progre. A este se le sumó la crítica demoledora al dictador Mugabe, que también está bien (supercool) para demostrar al público que sigue siendo un “rojo feminista”.

Pero después de todo, tras la pronunciación de los discursos, los dirigentes filántropos de la UE una vez más obviaban la autocrítica y acentuaban su discurso neoliberal, según ellos la única política viable para sacar a África del atolladero. La UE ha aprendido la táctica de la presión una vez más copiando las actitudes del gigante al que todos y cada uno nos queremos parecer: surgen las presiones para la imposición del modelo ultraliberal en el África de ojos hundidos y cara chupada, empiezan los empujones de los matones de la fila para robarles (más bien seguir robándoles) el bocadillo a los niños más débiles. La propuesta de eliminar los aranceles en siete años es lo más indecente y criminal que he escuchado últimamente en este tipo de cumbres. La inteligencia brilla por su ausencia cuando se pronuncian los “porquenotecallas” y la mezquindad se hace eco cuando los presidentes europeos proponen hundir más a África en el fango. Los productos de las trasnacionales invadirían los supermercados africanos y la alimentaria autóctona sería un residuo más que se pudriría y condenaría a la población a una esclavización más acentuada aún. Se extendería la religión de las multinacionales, a las que, según dicta el sistema capitalista, hemos de venerar sobre todas las cosas.

Ahí fue donde el presidente de la Comisión Africana, Alpha Oumar Konaré, paró los pies al nuevo colonialismo y recordó a los Merkel, ZP y demás familia que “África ya no es un coto privado ni un terreno a conquistar”, una frase desmarcada de la sutileza tan oportuna como cierta. “Los acuerdos sólo tienen sentido si conducen al desarrollo”, afirmó el presidente, al que le acompañó el presidente senegalés para afirmar a Europa que “hoy, prácticamente ha perdido la batalla de África a favor de China”. Todo esto me agrada. Por fin los dirigentes africanos han dejado de ser vasallos del imperialismo, han decidido dar un golpe de efecto para impulsar un desarrollo sostenible y no un subdesarrollo esclavizador.

Así más, que se puede destacar, que se les olvidó la tabla de fracasos, decidieron obviar los casi 50 mil niños que mueren de hambre al día, el reparto “equitativo” de la riqueza, ese 80% que hace engordar a un 20 % de la población mientras el resto vive con menos de 1 dólar al día. Los ciudadanos son los criados de su gobierno y de las empresas y dirigentes exteriores, trabajan su tierra para que más de la mitad se dedique a pagar la deuda externa que ellos nunca han disfrutado. Los países del norte siguen ejerciendo su lugartenencia y hacen oídos sordos a la petición de perdón de esa deuda que impide el desarrollo africano. Con ella, todo proyecto es en vano. Los países endeudados pagan bastante más deuda que la cantidad de ayudas que reciben por parte de los países ricos. Yodo y algodón, una aspirina de placebo y calmamos un poco el dolor; hacemos la vista gorda en la tele y hacemos ver que son cuatro vagos negros.

Resulta que en Europa, cada vaca recibe cuatro euros al día de subvención. En África, sin ayudas, gran parte de la población vive con menos de un dólar al día. Como dijo Ignacio Ramonet, “hemos llegado al punto de sobreponer el interés de una vaca a la vida de un hombre”.

4 comentarios:
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María Núñez de Pablo dijo...
lunes, diciembre 10, 2007 12:04:00 p. m.  

Realmente me gustaría saber cuáles son los resultados de estas reuniones de explotadores y representantes de explotados.
Queda electoralmente precioso que los políticos muestren como tú dices una fachada socialmente "intachable", porque eso no se puede negar. Lo que sí se puede, sin embargo, es poner en solfa (te suena esto de algo??) lo intachablemente "socialistas" que son personajes como Zapatero y demás homólogos europeos.

Pero no “preocuparse” porque además de las promesas de nuestros políticos, los africanitos contarán en estas fechas tan señaladas con la ayudas de los “desarrollados de bien” que quieren poner su granito de arena en el desierto.
Campañas contra el hambre, botecitos para echar monedas a la salida de las tiendas más concurridas y más iluminadas, parroquias que recogen “operaciones kilo” de lentejas y demás y galas televisivas en las que se suman los euros en directo. Todas estas y muchas más ayudas llegarán al continente africano porque es “súper injusto” , o sea, que los niños negritos no tengan juguetes el 6 de enero.

Cumbres que no se cumplen y campañas que se hacen para quedar bien y quedarse bien.
Lo que se dice por mi tierra “por cumplir”, y a mí las cosas por cumplir, sólo por eso, nunca me gustaron.

Un besote karny Fiesno! XD

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Antonio dijo...
martes, diciembre 11, 2007 12:27:00 a. m.  

Somos unos privilegiados por haber nacido en el mundo desarrollado y tener a nuestro alcance cotidianeidades que para millones de personas en el planeta son un lujo inasequible. Por eso admiro a quienes se marchan a lugares desfavorecidos a ofrecer su ayuda de forma desinteresada. Admito que yo soy incapaz de hacerlo.

Por cierto, joven hijo de Fresno el Viejo, creo que nadie, ni siquiera usted mismo, reparó en que su entrada era la número 500 de 'Diario de Periodismo'. Enhorabuena.

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Anónimo dijo...
jueves, diciembre 13, 2007 12:49:00 p. m.  

Dime, Karny: ¿De verdad creías que la cumbre servía para algo más que para la foto? Todo iba a transcurrir sobre el guión, estaba visto desde un principio. En esas reuniones hay menos lugar a la improvisación que en ninguna parte.

Sobre la situación -tan cacareada, analizada y re-analizada- del Tercer Mundo, no sé qué decir. Que ambos estamos en una asignatura que se llama Geografía Política, en la que el hombrecillo que la imparte se empeña en hacernos ver las injusticias y desigualdades, pero voy a añadir algo de mi cosecha, en forma de pregunta: ¿Se han dejado ayudar siempre?

Como siempre, buen trabajo. Esta semana -Dios mediante- las gaviotas volverán a acompañar a los pilots rojos.

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KARNY dijo...
viernes, diciembre 14, 2007 12:21:00 a. m.  

Respecto a tu pregunta de que si se han dejado ayudar siempre, creo que no hace falta más que mirar a los ojos a un campesino sin tierra o a unos padres que mienten a sus hijos echando piedras en la cazuela y alargan mucho el tiempo de cocción hasta que sus hijos se duermen, es decir, una noche más sin cenar.

La pregunta no es esa, es, les hemos ayudado bien?es más, les hemos ayudado?Yo creo que no.

Salud!

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