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Apuntes de Geografía

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NO PIDÁIS MÁS PERAS


Buenas otra vez,

Sobre gustos no hay nada escrito, así que puede que mientras escribo esto haya muchos atentos a la final de ¡Mira quién baila!, pero yo prefiero estar de cara al ordenador, con una nueva entrega de la sección geográfica. La semana pasada aludía a las localidades con alguna pera en el nombre, ya fuera por el fruto o por alguna piedra deformada. Pues hay un dicho que explica no se le pueden pedir peras al olmo, como forma de referirse a quien pretende que se cumpla un imposible. Aunque hoy sí va a ser posible hablar de olmos. De las poblaciones de España que en su nombre hacen referencia a este árbol.

Una especie vegetal bastante malograda a causa de la enfermedad llamada grafiosis, que los ha esquilmado hasta el punto de que ver uno de ellos con vida resulte hoy en día un auténtico hallazgo. De modo que los topónimos que aluden al olmo rara vez hacen justicia y se refieren a auténticas olmedas, aunque, obviamente, el nombre deja bien claro que hubo un tiempo en el que sí abundó tal árbol en el lugar.

No son muchos los municipios cuyo nombre hace referencia al olmo, únicamente 24. Hay otros dos que podrían sumarse también a la lista, pero que en realidad no aluden directamente al árbol, sino a una importante localidad vecina. Estamos hablando de la población más grande de toda España que hace referencia a un olmo, y de cuya existencia confío que sepan todos los lectores habituales del blog. Estoy hablando de Olmedo, localidad vallisoletana de 3.628 vecinos, de donde el famoso caballero de Lope de Vega. A ella hacen referencia, como decía, Fuente Olmedo y Llano de Olmedo, minúsculos ayuntamientos habitados por menos de un centenar de personas.

Un olmedo es un lugar poblado de olmos, con lo cual no debería extrañar que hubiera algún otro pueblo llamado así. Y efectivamente lo hay, Olmedo de Camaces (Salamanca), además de otro que viene a decir que había pocos árboles, Olmedillo de Roa (Burgos)
. Ocurre, no obstante, que los lugares poblados de olmos suelen ser de género femenino, es decir, olmedas. Ése es el nombre que predomina al sur del Sistema Central. Así, tenemos Olmeda de las Fuentes (Madrid), pueblo de 212 habitantes que hasta mediados del siglo XX se llamaba La Olmeda de la Cebolla. Haciendo un chiste fácil (y muy malo, ya lo aviso), a ver si fue que de tanto llorar con la cebolla aquello parecía una fuente y decidieron cambiarle el nombre...

En Cuenca y Guadalajara encontramos otras cuantas olmedas y olmedillas, de tamaño aún menor que la que acabo de citar de Madrid. Así, en Cuenca, Olmeda del Rey tiene 209 vecinos, y Olmedilla de Alarcón se queda en 157. Pero las dos restantes, Olmeda de la Cuesta y Olmedilla de Éliz, sólo llegan a 39 y 27 empadronados, respectivamente. Y si nos vamos a Guadalajara, la cosa no mejora: Olmeda de Cobeta tiene 96 vecinos, y La Olmeda de Jadraque tan sólo 16. Puestos a hurgar algo más en el paupérrimo padrón de este municipio, resulta que la persona más joven que allí vive es un hombre de entre 25 y 29 años, mientras que 11 de los empadronados superan los 50 años. Un panorama muy poco prometedor. Aún así, conviene decir que en el censo de 1991 este ayuntamiento sólo tenía 5 habitantes, con lo cual se puede decir que su sola supervivencia ya es un gran mérito. Menos suerte tuvo un pueblo próximo a éste, Olmedillas, que hace ya más de 40 años que perdió su autonomía municipal para ser agregado a la localidad de Sigüenza.

Y tanto hablar de olmedos, olmedas y olmedillas, y tal vez alguien se pregunte... ¿pero dónde está el olmo, sin más? Pues no hay ningún ayuntamiento que se llame El Olmo, pero sí una aldea, perteneciente a Barbolla (Segovia). También está Olmo de la Guareña, en Vallesa de la Guareña (Zamora). Y en esta última provincia, el municipio más pequeño es Quintanilla del Olmo, con 45 habitantes. Luego, refiriéndonos ya otra vez de forma exclusiva a ayuntamientos, podemos citar a Villar del Olmo (Madrid), o a los municipios segovianos de Fuente el Olmo de Fuentidueña y Fuente el Olmo de Íscar. En plural, la cosa cambia: sí hay un municipio llamado Los Olmos, en Teruel, con 145 moradores. Y a apenas cuatro kiómetros está La Mata de los Olmos, donde el padrón es algo más elevado, aunque no mucho: 268 habitantes. Suficiente, no obstante, para que la corporación municipal tenga siete concejales en vez de cinco.

El arbolito abunda más en plural, como en Aras de los Olmos (Valencia, 399 habitantes), o en Olmos de Ojeda (Palencia, 280 habitantes), así como en dos municipios de Valladolid bastante menos conocidos que Olmedo. Me estoy refiriendo a Olmos de Peñafiel, que no hace falta decir de qué población importante queda cerca, y que sólo está habitado oficialmente por 74 personas; y a Olmos de Esgueva, que no hace falta decir qué río fluye por sus tierras, y donde los empadronados sólo son 209. Por si alguien duda de la existencia de este último, ahí va una muestra:





Después de este documento gráfico, creo que tan sólo nos resta referirnos al diminutivo. La aldea soriana de Olmillos fue independiente hasta la década de 1960, en que la anexionaron a San Esteban de Gormaz. Otro tanto pasó, en la misma provincia, con Pinilla del Olmo, incorporado a Baraona. De manera que Soria ya no tiene olmos ni olmillos con ayuntamiento propio, pero sí mantienen sus respectivas jurisdicciones Olmillos de Castro (Zamora) y Olmillos de Muñó (Burgos). Esta última localidad sólo tiene 38 vecinos, por cierto, y resulta que entre ellos hay siete hombres de entre 25 y 39 años, y ninguna mujer de esa misma franja de edad (la más joven de todo el pueblo pasa de los 45). Así que si hay alguna lectora (o lector) dispuesta/o a ir a comprobar si los mozos en edad de merecer están disponibles, que se acerque y lo cuente.





Ahí tiene unas breves indicaciones para poder llegar hasta esta diminuta villa burgalesa. Para más señas, hay que dejar la A-62 a la altura de Villaquirán de los Infantes y acceder a Pampliega. Lo dicho, si alguien que quiera comprobar si es cierto que existen siete hombres jóvenes desemparejados en un pueblo de tan sólo 38 habitantes, que vaya y nos lo cuente. Y ya puestos, si quiere, que plante un olmillo...

Me dejo en el tintero algunas aldeas, como Olmillos de Sasamón (Burgos, antiguo ayuntamiento, ahora perteneciente a Sasamón) u Olmillos de Valverde (Zamora, perteneciente a Burganes de Valverde). Pero quería terminar con dos ejemplos que indican que los olmos no conocen de lenguas: dos pequeños municipios leridanos también los llevan. Se trata de els Omells de na Gaia, que vendría a significar algo así como "los olmillos de doña Gaia", y els Omellons, que significaría más o menos "los olmillitos", es decir, el diminutivo del diminutivo. Bien pequeños son también: 159 y 252 habitantes, respectivamente.

Bueno, pues hasta aquí hemos llegado por hoy. Después de esto, espero que os haya quedado claro que, aunque nunca se le puedan pedir peras al olmo y la grafiosis siga haciendo estragos, hay otros olmos con los que sólo el despoblamiento podrá acabar.

Antes de marcharme, recordaros que el próximo lunes es 24 de diciembre, con lo cual es muy probable que no haya sección. Para el siguiente, el 31, en cambio, veré la posibilidad de hacer un resumen con lo más destacado del año. No me comprometo a nada, por si a última hora no pudiera realizarlo, pero manifiesto mi intención de llevarlo a cabo.

Mientras tanto, cordiales saludos... y a plantar olmos se ha dicho.

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