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Apuntes de Geografía

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LA MEMORIA ANEGADA

La primera entrega de esta sección tras su presentación viene al hilo de una efeméride conmemorada hace escasos días. El 7 de julio de 1987, el pueblo leonés de Riaño fue portada en medios de comunicación de toda España y del extranjero por la lucha que mantenían sus vecinos por impedir que el casco urbano fuera demolido, como paso previo a la construcción de un polémico embalse proyectado durante el régimen franquista y rescatado por el Gobierno socialista. Las imágenes del enorme despliegue de fuerzas de seguridad –y la dureza empleada para disolver las protestas– dieron la vuelta al mundo e incluso hoy llegan a producir escalofríos. Finalmente, Riaño cayó y, junto a él, desapareció también para siempre el pueblo de Pedrosa del Rey y varias aldeas de ambos municipios, y también Burón quedó al borde del pantano, teniendo que ser demolida la parte más baja de su casco urbano.

Con motivo de este triste aniversario, considero oportuno recordar los nombres de otras localidades que duermen bajo las aguas de embalses. En algunos casos, como Riaño, se construyeron pueblos nuevos en cotas más altas, o la inundación fue sólo parcial, como en Burón; otros, como Pedrosa del Rey (no confundir con un pueblo llamado exactamente igual en la provincia de Valladolid), desaparecieron para siempre. Durante todo el siglo XX, la construcción de pantanos anegó pueblos en prácticamente todas las comunidades autónomas. No hace falta salir de la misma provincia de León para evocar el recuerdo de Vegamián, pueblo natal del escritor Julio Llamazares, inundado por el embalse del Porma poco después de 1960. Por esas mismas fechas, los habitantes de Argusino (Zamora) tuvieron que abandonarlo antes de que el pantano de Almendra anegara el pueblo. Lo mismo sucedió en 1963 con Cenera de Zalima (Palencia) debido a la construcción del embalse de Aguilar de Campoo, y unos cuantos años antes había pasado lo mismo con Linares del Arroyo (Segovia), sepultado bajo un pantano que lleva el nombre del desaparecido pueblo. Para entonces, La Muedra (Soria) era ya sólo un recuerdo en la memoria de sus antiguos vecinos y de los habitantes de las inmediaciones del pantano de la Cuerda del Pozo.

En Extremadura encontramos sólo dos desapariciones totales de pueblos por la construcción de pantanos, pero ambas muy significativas. Granadilla era un bello pueblo amurallado forzosamente desalojado en 1961. Las aguas del embalse de Gabriel y Galán no lo anegarían, pero sí lo dejarían semiaislado. Probablemente hoy no hubiera sido abandonado, pero entonces se optó por ello. Sin embargo, en 1984 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico y comenzó a rehabilitarse; hoy es lugar de celebración de campamentos juveniles de verano, que participan en las tareas de restauración. Pero peor fue el caso de Talavera la Vieja, un pueblo bastante grande (1.800 habitantes en 1960) situado en un meandro del río Tajo. Antigua ciudad romana, su casco antiguo estaba salpicado de singulares ruinas, en su mayoría perdidas para siempre. Sus habitantes se marcharon en su mayoría a Rosalejo, un pueblo de nueva construcción que hoy en día es también municipio independiente, y en el que se conserva algún que otro recuerdo de Talavera la Vieja. Vale la pena visitar una página web que rememora la historia y las gentes de esta desaparecida población.

Valencia es una provincia especialmente prolífica en la inundación de pueblos por pantanos, aunque todos ellos siguen existiendo, con cascos urbanos nuevos situados en otros emplazamientos. Benagéber, Loriguilla, Domeño y Tous son los municipios en cuestión, además de Guadasequies, un caso idéntico al de Burón, con el pueblo demolido sólo en parte y reconstruido en una cota más alta. También el actual municipio de San Antonio de Benagéber acogió a habitantes del antiguo Benagéber, lo mismo que el poblado de San Isidro de Benagéber, en el término municipal de Moncada. Sin salir de la provincia de Valencia, los pueblos de Marines, Beneixida y Gavarda fueron también cambiados de emplazamiento, pero por unas inundaciones; el primero tras una riada en 1957, y los otros dos por las fuertes lluvias de 1982. Por otra parte, sólo internet y la memoria de quienes lo conocieron se acuerdan ya de la existencia de Campos de Arenoso, un pueblo anegado en la provincia de Castellón, que, como Riaño, también fue demolido antes de ser inundado.

Lo mismo ocurrió en los pueblos zaragozanos de Mequinenza y Fayón, ambos sustituidos por localidades de nueva planta. Su triste final de derribos y desesperanzas puede seguirse en la excelente novela Camí de sirga (original en catalán, traducida al castellano como Camino de sirga), del fallecido escritor de Mequinenza Jesús Moncada. Y en Cataluña, al antiguo pueblo leridano de Tragó se lo tragó (ironías de la vida) el agua del embalse de Santa Anna. Mucho más recientemente, en febrero de 1995, tuvieron que abandonar su pueblo los habitantes de Tiurana, también en Lleida. En principio, el desalojo estaba previsto para finales de 1987, pero quién sabe si la revuelta de Riaño invitó a los gobernantes a esperar que se apaciguaran los ánimos. Los vecinos de Tiurana resistieron hasta que no se realojó a todos, e impidieron el cierre de la presa (llevada a cabo ya en el año 2000) hasta el traslado del cementerio a un lugar más elevado. Una ermita a la que se llevaron también los soportales que jalonaban su calle Mayor, y en la que hoy se ubica el Ayuntamiento. Pese al ahogamiento del pueblo, Tiurana sigue siendo un municipio independiente con 46 supervivientes empadronados.

Se podría hablar de muchos más casos: Castellar de la Frontera (Cádiz), caso idéntico al de Granadilla; Peñarrubia (Málaga), desaparecido para siempre; Mansilla de la Sierra (La Rioja) y Portomarín (Lugo), reemplazados a cotas más altas; Santolea (Teruel), Gascas (Cuenca), Poyos (Guadalajara), Gamboa (Álava), Castrelo de Miño (Ourense), Susqueda (Girona), Escó, Ruesta y Tiermas, los tres en Zaragoza... La lista sería muy larga. Algunos nombres se mantienen en la denominación de los pantanos; otros, ni eso. Por suerte, internet ha permitido que la memoria de muchos ellos no quede para siempre anegada.

Saludos y hasta la próxima entrega.

2 comentarios:
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Marta dijo...
martes, julio 10, 2007 5:58:00 p. m.  

Buenas Antonio! Yo no te habia dado la bienvenida porque tampoco estaba muy al tanto del blog, pero ya te he leido y me parece una sección muy pero que muy interesante y al igual que mis compañeros te felicito por la originalidad y el enfoque que has sabido darle al tema. Espero que sigas colaborando con nosotros mucho tiempo.

Un besote

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Antonio dijo...
sábado, julio 14, 2007 1:14:00 a. m.  

¡Hola, Marta! Muchas gracias por la bienvenida a ti también. Espero que vayas leyendo la sección y que el contenido te siga atrapando; se intentará que resulte ameno en todo momento. Y lo dicho, un placer colaborar en lo que llevo meses diciendo que me parece una gran iniciativa como es este blog. ¡Salud!

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