feedburner

Recibe las actualizaciones de DIARIO DE PERIODISMO

reflexiones a pilot rojo

Etiquetas:

Un ejemplo de por qué no se avanza

A veces da la sensación de que este país es de norte a sur una ciénaga y el barro no es precisamente el suelo que pisamos, sino las almas de los que yo llamo entorpecedores. Ya no se puede decir eso de “soy un hombre en todos los sentidos bueno” que expresaba Antonio Machado, y yo creo que él lo era. Pero ahora no. Nada es lo que parece. La Biblia, que podría venderse mejor como ‘Las aventuras de Jesucristo’, nombre más comercial, de vez en cuando dice muchas verdades. Aquél capítulo 4 del Génesis en el que se desarrolla la fatal convivencia entre Caín y Abel, aun tratándose de una redacción un tanto parcial del autor –supuestamente Dios-, lleva a reflejar grandes rasgos de la vida en España. Ni Abel es completamente bueno ni Caín todo lo que hace va con malas intenciones, eso desde luego. Pero lo cainita es probablemente lo que predomine en esta camisa blanca de la desesperanza. “Si la envida fuera tiña, ¡cuántos tiñosos habría!”, no me ha parado de repetir el gran Miguel de la Fuente, es decir, mi abuelo, a lo largo de mi corta vida. Ya no es el BMW del vecino ni el tipazo de la novia del primo de mi amiga lo que me preocupa, ya que lo material y lo superficial es un pequeño lastre que se suma al gran yunque que tenemos que arrastrar, el de la envidia. La envidia al trabajo bien hecho, la envidia de la bajeza a la que se enfrentan algunos nobles rurales o la envidia ruín del quemapajas franquista de mi pueblo. Y mira que siempre mantengo aquella actitud cuasi hitleriana de que Fresno es mi patria y lo demás tierras por explorar. Reconozco que a veces me paso.
He de reconocer que aquellas misas de derechas de “Santiago y cierra España” que pretende imponer esa nobleza rural y que hasta el momento habían proliferado se han dado de bruces con la mayoría del ‘populacho’, que por segunda vez en lo que yo conozco de la historia reciente en tierras de la tranca y la leche frita ha vuelto a vencer a algunos mequetrefes de café, coñac masculino y que no se pase el obrero. Aquellos que esperan que una Iglesia se convierta en la defensa a ultranza de la Guardia Civil de Franco –felizmente nada que ver con la de ahora- y desdeñe el sentimiento de una familia protestante que hasta el momento adoraba una tumba con forma pero sin fondo. Y ahí entra en juego una envidia capaz de pararlo todo: envida a gran parte de un pueblo emocionado, envidia a una corporación casualmente socialista y envidia al hijo del carnicero que simplemente cumplía con su obligación. Llegó el día y resurgieron las dos Españas. No me da miedo decir que una, con gentes de izquierdas y de derechas, supo estar en su sitio y abrazar a Steinar y a Liv tanto en el salón de plenos del Ayuntamiento como en el cementerio de Fresno. Tuvieron, además de amor y respeto, gran educación. Pero la otra, reducida a unos cuantos de los del yugo y las flechas, decidieron que estaba mal que dos hermanos se reencontraran tras 50 años de no saber nada. Esta vez Franco no salvó a España de la ruina, sino un pueblo hermoso de corazón.
Acudieron a la misa de tarde con ganas de guerra y se encontraron de frente con la entrega a la familia protestante; invadieron el cuartel de la Guardia Civil buscando un Perote o un Tejero, y se dieron de bruces con una Constitución. Más tarde, torcieron el morro y no respiraron más. Sufrían molestias: parecía que tenían algo que ocultar o que, tratándose de un muerto de aquella época, aun no teniendo nada que ver con la política, tenían que esconderlo. Es lo que tiene la derecha facciosa: un muerto del 75 para abajo les hace temblar. “Algo habremos hecho”, dijo un cura de la II República mientras ardía su iglesia. Y que conste que este ejemplo no lo pongo por nada en especial.
Con gentuza como esa no avanzamos. Esta vez le tocó de lleno al que firma esto, pero puede pasarle a cualquiera. Sobre todo, al que sea de un pueblo. No hay cosa más hermosa que una calle sin tránsito, que una vecina tendiendo la ropa o que tomarte un chisme y hablar de la remolacha. No hay gente más agradable que la de mi pueblo. Aunque el cainismo de algunos hace joder la marrana del progreso. Hágase extensible a todos los rincones de España.

Para ti, en pocas líneas: III República


¿Con qué coño te entretienes? ¡Te llevamos esperando muchas décadas! No me puedo creer que aún estés saliendo de casa. ¿De qué vas? ¡Ah! Perdón. No sabía que los poderes políticos y fácticos te habían pinchado una rueda. Pero eso es de fácil solución: hay muchos amigos aquí que iremos a buscarte y en menos de nada estarás con nosotros. Quiero que nos enseñes algo nuevo: que tú, amiga III República, no vienes con intenciones de echar al Borbón y sentarte en tu trono. Que esta vez vienes a pedirnos ayuda para que tú, a la vez, nos cuides como a tus hijos. Ya sabes que aquí entre multinacionales, desahucios, marginaciones, paro y desigualdad no jugamos bien la partida: siempre hacen trampas. Pero tú, compañera República, eres de fiar. Sé que eres frágil y que debemos cuidarte como oro en paño. La democracia real no les viene bien a los que mandan y la igualdad me temo que tampoco. Tengo amigos que, si la gente quiere, estarían encantados de dirigirte. Pero ya sabes que el Borbones’ Club, hoy por hoy, es un grupo restringido. Vamos a comprarte un neumático. ¡Ya verás lo bien que lo vamos a pasar trabajando juntos!

1 comentarios:
gravatar
Angel Muñoz dijo...
lunes, abril 27, 2009 6:59:00 p. m.  

Ke pasa compañero cuanto tiempo.

Me ha gustado la personificación que has hecho de la República, yo me apunto como mecánico si hace falta.

Por cierto: Viva Fresno el Viejo, uno grande y libre!! JeJe

Publicar un comentario

Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos