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Reflexiones a Pilot Rojo

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¿Qué tipo de crisis?

El paro aumenta, las pequeñas empresas continúan sin recibir dinero y el Gobierno, como viene siendo habitual en estos tiempos pésimos presuntamente coyunturales, sigue pagándole a la banca aquellos famosos activos tóxicos a precio de oro. ¿Crisis económica? Sí, vale, bien. Quizás habría que ir más allá.

No me he vuelto loco pero, en este segundo párrafo, voy a cambiar radicalmente de tema. O no. La gente ‘guapa’, que suele ser aquélla que implanta las últimas tendencias sociales, vuelve a reaparecer con otra pelotudez más, como dicen nuestros hermanos argentinos, dentro de su política de convertir a las futuras generaciones en imberbes de por vida, en protegidos e inútiles carentes de cualquier atisbo cultural o educativo (cuando digo esto me gustaría que se me entendiese: no hablo de mate, lengua… es algo más importante). Vamos, que siguen pijoteando más el asunto en este llamado primer mundo, que sufre una grave enfermedad denominada ‘ombliguismo’.

Una tarde de primavera, sol entre nubes y un viento que dejó de ser incómodo hace tiempo, es el escenario meteorológico de, por ejemplo, Valladolid. Los aparcamientos se llenan, y de ese bemeuve bajan dos personas, bien vestidas, acné y patas de gallo se quedaron en el quirófano y la talla pequeña de wonderbrá en el contenedor, y un niño, o niña, pide a papá las llaves del coche para enseñárselas a los otros chavalines que también acaban de apearse en el lugar. Bolsas de establecimientos no precisamente proletarios, felicidad en el ambiente y, en la puerta, una persona de uniforme que invita a los niños a que atraviesen una puerta. -¡No corras mi vida, que te vas a romper el chalequito!-, gritó una madre que llevaba más anillos que M. A. Enfrente del mencionado aparcamiento, se levanta un ingente edificio ‘maqueado’ con cristales translúcidos solamente interrumpidos por tres mástiles que portan las banderas española, castellano-leonesa y europea. Algún globo se escapó por la gran puerta metálica escoltada por dos enormes pinos. No es mentira, no: dentro de un hotel de cuatro estrellas se iba a celebrar aquello conocido como fiesta de cumpleaños, un ‘lunch’ con ‘children’ entre gusanitos ‘cool’ y papás que beben Chivas como si de agua se tratase. Se estaba produciendo, a mi juicio, una fase más del atontonamiento al que los papás subidos en una montaña de euros someten a sus retoños. Y me podrá decir el que me lea: “Cada uno puede hacer lo que quiera con su dinero”. Para esas respuestas vengo siempre precavido.

Se fomenta la política ya no de “lo hacemos porque podemos”, sino de la des-educación de lo poco que aprenden los niños en la escuela. Se educa a los pequeños en el consumismo más radical, una simple fiesta de cumpleaños se convierte en poco más que unas bodas de oro, y se enseña, por supuesto, que el dinero es lo más importante del mundo. Que no hace falta comprender la sociedad, no hace falta tener valores ni preguntarse por qué, para qué leer si tengo doscientos mil euros en una de mis cuentas. Ni siquiera se enseña a valorar el dinero, lo que cuesta ganarlo –si es que esos padres se desloman para conseguirlo-, y los niños aprenden a vivir en un algodón continuo que de vez en cuando echa a volar. No hay caídas, ni partidos de fútbol, ni un “joder” que se escapa, ni vasos de plástico o gusanitos a puñados, ni pifias, ni nada. Si hay alguna pelea, será porque el carro de mi papá es mejor que el del tuyo. Éstos son los artistas que pasado mañana manejarán el cotarro. Estos son los que, desde la incultura más evidente, desharán aún más un mundo que se pierde. Habrá menos escrúpulos, desaparecerán las limosnas para aquellos que tienen menos y estos se cagarán en las putas fiestas de cumpleaños en las que servía mamá cuando trabajaba de camarera en el hotel Lasa y que él miraba con trabajo a través de aquellos cristales translúcidos. Se preguntará por qué esos imbéciles estarán siempre ‘más arriba’ que él, que se fue de trabajo en trabajo porque no había pelas para estudiar. ¡Con qué ganas lo hubiese cogido él!

Lo más triste es que esos cumpleaños se extenderán. Muchos padres acudirán a la llamada de sus niños de por qué ellos no, y harán lo mismo. Y dibujarán una realidad en que, teniendo un dinero supuestamente fácil, se es feliz. Y volverá a suceder eso de que lo material continuará siendo la razón de ser, caeremos en lo más bajo, en el peor comportamiento que exista, en los gustos más banales y la satisfacción cara, y volverán, como existen, las clases sociales y nunca, nunca saldremos de esta. Vivimos una crisis económica, sí. Pero me parece más importante la profunda crisis de civilización de la que no salimos. Y que viviremos siempre. “Me preocupa más que me gobierne un imbécil que un personaje malévolo, porque el primero nunca sabes por donde te va a salir”. Eso lo dijo Pérez-Reverte y yo lo uso como me da la gana, en este caso para ser el más pesimista del mundo. Parece que el propio sistema lleva añadida una cláusula de creación de seres, no de personas; monstruos, no humanos. Sin sentimientos, sin preocupaciones, sin preguntas y mucho menos respuestas. Me preocupa mi futuro, sí; pero mucho más el de mis futuros hijos.

Para ti, en pocas líneas: G-20

Vosotros, vosotros sois los que, con vuestra ‘estabilidad’, ‘libertad’ regida por lo que uno pueda pagarse y ‘democracia’ del vota y calla, hacéis que las expectativas que creáis en el mundo se conviertan en pura demagogia barata sin principios ni soluciones. No hay líderes políticos, tan solo uno mediático que preside la Casa Blanca. El resto, puro humo que cuando llegue el viento fuerte se desvanecerá. Y todos iremos a la mierda porque, como el mundo está mal hecho, nosotros dependemos de lo que ustedes decidan. Yo no me moriré de hambre: antes de que eso ocurra seguramente haya estallado una guerra. Pero hay mil millones de personas que no pueden gritar porque no tienen voz ni fuerza para hacerlo y tampoco proteínas para poder levantarse. Hay otros cuantos miles de millones de personas que empiezan a hartarse y otros cientos de millones que empiezan a miraros con sospecha. Pero callan, porque así se lo enseñasteis. No sé que me da que todo lo que decidís es malo. Que solo os vais a acordar de vosotros mismos y de los banqueros, claro. Ombliguismo.

3 comentarios:
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ritxard dijo...
martes, abril 07, 2009 11:00:00 a. m.  

Pues si , ¿pero no se si me jode más los que despilfarran el dinero, o los que tienen mogollón y no lo gastan...? Saludos....

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Angel Muñoz dijo...
martes, abril 07, 2009 5:11:00 p. m.  

Yo también creo ser pesimista al respecto, desde el principio de los tiempos han existido personas con poder que ejercen su voluntad por encima de sus semejantes, sin que ni siquiera estos reflexionen sobre porqué tienen que obedecer. Al final todo es un círculo vicioso por lo que mientras los poderosos tengan quién de la cara por ellos, es decir personas que se vendan por un puñado de euros, siempre podrán dominar a los que por cuna nunca podrán ostentar el poder. Evidentemente la educación y el pensamiento crítico son importantes en el desarrollo de personas con algún tipo de perspectiva social. Pero este pensamiento crítico no puede desarrollarse en las conciencias de los jóvenes si sus débiles mentes son bombardeadas por las ideas de la simplicidad de un sistema vació, cuyo único principio es el dinero y el consumo. En tiempos de bonanza nadie se acuerda de las personas en paro y ahora que muchos se sienten intranquilos en sus frágiles puestos de trabajo, miran hacia los gobernantes para exigirles que cambien lo que todos hemos permitido con nuestra pasividad. Por cierto, los periodistas son responsables de la manipulación mediática, pero hay que recordar que no son más que presos encadenados en la penitenciaría del medio que sufren los azotes del látigo de la línea editorial.

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Angel Muñoz dijo...
martes, abril 07, 2009 6:15:00 p. m.  

Por cierto en respuesta a tus comentarios acerca del tema de Cuba, decirte, en primer lugar que es difícil tratar un tema en el espacio requerido, que intenté centrarme únicamente en el embargo, en su desarrollo a lo largo de los años y no en otro tipo de aspectos como la educación y la sanidad en Cuba, la situación de países vecinos etc. Un análisis de todo lo que tu propones me hubiese llevado varias páginas del blog. Además las fuentes no son fáciles de encontrar y sin viajar a Cuba todas pueden ser igual de tendenciosas. Por otro lado lo que se aportan son datos históricos que aparecen en cualquier enciclopedia y mi intención no es hacer una crítica exacerbada de los temas que trato puesto que el fin de mi sección no esta encaminado a esto sino a acercar a los lectores algunos rasgos de la historia, más o menos aceptada.
Por cierto me parece positivo que resaltes los logros del régimen cubano ya que evidentemente muchas cosas son ciertas pero estarás de acuerdo en qué sin estar sustentados en un régimen democrático no tienen una validez formal a la misma altura que si así fuera. El autoritarismo quita la razón a cualquiera, aunque la tenga.
Como ves me sumado a los comentarios largos Saludos!!

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