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La Tragedia de Hillsborough


Hace 20 años 96 hinchas del Liverpool CF perdieron la vida en la tragedia de Hillsborough, suceso que comocionó y cambió el fútbol inglés.

El 15 de abril de 1989 se disputaba en la localidad de Sheffield el partido correspondiente a la semifinal de la Copa de la Asociación de Fútbol de Inglaterra, partido que enfrentaba al Liverpool FC y al Nottingham Forest.

Las aficiones de ambos equipos acudieron en masa al viejo campo de Hillsborough, este estadio era como la mayoría de campos ingleses de la época, antiguo, sin medidas de seguridad, con el terreno de juego separado de la afición por una valla, con pasillos estrechos y accesos complicados, en los que los aficionados se agolpaban en graderíos frecuentemente superpoblados y sin asientos.

Desde varias horas antes de la hora de inicio del partido los aledaños del estadio se fueron llenando de hinchas deseosos de asistir al pasatiempo favorito de la clase obrera inglesa por aquella época, el fútbol. La afición de "Los Reds", que había llenado las calles de Sheffield, ocupó el graderío Leppings Lane que media hora antes del partido estaba ya atestado de gente.

El desastre se produjo por la concentración de aficionados en la zona baja del graderío, la más próxima al césped. La policía, inexperta en manejar a grandes masas y cuyo jefe había accedido al cargo un par de semanas antes, no fue capaz de ordenar y distribuir a tal cantidad de hinchas del Liverpool. Si la gente se hubiese colocadoa lo largo de todo la grada quizá la tragedia se hubiese evitado.

El partido comenzó con varios minutos de retraso y en el estadio ya se respiraba un ambiente extraño. Las cámaras de televisión comenzaron a enfocar al graderío de Leppinngs Lane, que parecía a estar a punto de reventar, la gente apiñada como un rebaño de ovejas no podía respirar y empezaron a agolparse contra el césped. Los seguidores del Liverpool no tuvieron más remedio que trepar por la valla, otros, sobre todo niños, fueron izados hacía el primer anfiteatro y algunos consiguieron salir gracias a que unos hinchas rompieron una de las puertas.

Varios aficionados llegaron hasta el terreno de juego haciendo gestos de desesperación para que se parase el partido y la gente pudiera salir de ese infierno. La policía no entendía que la única solución para evitar la masacre era abrir las puertas de acceso al terreno de juego, para que la gente pudiera salir y respirar.

Un seguidor de los que consiguieron salir de la grada abarrotada se dirigió al capitán del Liverpool, Alan Hansen, y le dijó: "ahí está muriendo nuestra gente". Entonces se paró el partido. La policía abrió todas las puertas de acceso al terreno de juego pero ya era demasiado tarde. El público comenzó a abandonar el graderío y a invadir el campo y cuando los servicios sanitarios acudieron a socorrer a las víctimas de aquella avalancha humana se encontraron con una escena espantosa. En la grada hallaron los cuerpos sin vida de 96 personas, entre los que se encontraban numerosos niños, que no habían podido salir de esa ratonera y habían muerto por asfixia o aplastamiento.

Dimensión de la tragedia

Toda la prensa mundial se hizo eco del suceso y desde algunos medios se culpó de la tragedia a los hooligans ya que solo cuatro años antes había sucedido otro suceso dramático en el mundo del fútbol, la tragedia en el Estadio de Heysel, en Bruselas, donde murieron 39 aficionados en los prolegómenos de la final de la Copa de Europa de Fútbol de 1985, en la que se enfrentaban la Juventus de Turín y el Liverpool CF.

Lo cierto es que la tragedia de Hillsborough se hubiese evitado con unas condiciones de seguridad más eficaces en el estadio y una correcta actuación de la policía. Las investigaciones posteriores revelaron que las causas de la tragedia no fueron la acción violenta por parte de los aficionados, sino el exceso de aforo y el mal estado del estadio.

No obstante este dramático suceso sirvió para que el gobierno presidido por Margaret Thatcher tomase conciencia de que algo había que cambiar en el modelo de fútbol inglés, por lo que emprendió acciones encaminadas a establecer unas medidas de seguridad apropiadas y una obligada reforma de los estadios. Se eliminaron las vallas, las localidades de pie fueron sustituidas por otras en las que el público se encontrase perfectamente sentado y se creó un protocolo de seguridad muy estricto que evitase las acciones de los hinchas violentos y redujese al máximo la inseguridad de los aficionados que acudiesen a los estadios.

De esta manera el fútbol inglés cambió radicalmente, nació otro modo de vivir este deporte, con la televisión de pago, estadios nuevos y sin hooligans. Todo esto se consiguió porque 96 personas murieron al asistir a su pasatiempo favorito, el fútbol.

Desde entonces el Liverpool CF no juega nunca el 15 de Abril y en este día los jugadores y los aficionados celebran numerosos homenajes a las víctimas, recordando lo que nunca debía haber sucedido. El capitán de los "Reds" Steven Gerrard, se vio afectado por el accidente y su primo de 10 años a quién Gerrard considera un héroe murió en el mismo.




1 comentarios:
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Miguel Ángel Rodríguez dijo...
domingo, abril 26, 2009 3:31:00 p. m.  

Es una de esas historias que más de una vez escuché a mi padre, amante del fútbol, cuando en los estadios se producían altercados o aglomeraciones. Suerte que ahora, al menos, la cosas esté un poco más controladas y la gente pueda respirar bien.
Gran post, señor Peribáñez.

Salud!

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