feedburner

Recibe las actualizaciones de DIARIO DE PERIODISMO

reflexiones a pilot rojo

Etiquetas:

Reflexiones a pilot rojo

Se sufre, se llora, se piensa, se resquebrajan las fotos frente a los ojos y se rompen cristales tras el fuerte portazo del adiós. Sentimientos, pasiones, emociones, las cosas pequeñas que siempre ayudan también me las apunto, las grandes, el éxito, pero también el fracaso y la risueña mirada del que te da la palmadita en la espalda y echa el capote a la vuelta de la esquina. La vida se compone de mucho más que eso: preguntádselo a dos conceptos cruciales, el de la vida y el de la muerte. Pero tampoco son suficientes, oiga.
Hace poco, leía un artículo de Pérez-Reverte, no recuerdo el título, en el que relataba las peripecias de un hombre octogenario más cerca del centro de la tierra que Philip Fogg. Mientras salía de la habitación en la que dormía con su esposa y sorteaba difíciles obstáculos probablemente mínimos para cualquiera de nosotros, iba recordando sus años en el Maquis, en los que luchaba desde las montañas contra el dictador y buscaba para sus hijos un futuro culto, libre y en igualdad. Con la camisa rota y los dedos fuera de las viejas botas de labriego, iría sorteando militares y osos con un fusil de corto alcance y cuatro balas que robaría al descuido del dormido y joven soldado. Al igual sorteaba las sillas, las puertas y las jodidamente empinadas escaleras para llegar a su destino 50 ó 60 años después: parecía que le iba la vida en ello. Finalmente, alcanzó el lugar que buscaba con ahínco y, mandando a la mierda a sus hijos, al médico y a la sobrina chapas, sacó el Ducados y se lo chiscó. Eso sí que era el cielo.
Esas líneas me hicieron reflexionar: noche y día aparecía por mi mente un pensamiento, ese del “todo llega”, de ahí estaremos toreando los minutos para vivir un día más. Y que no nos pille un coche o nos entre la malaria, o que algún desaprensivo decida cruzarse en nuestras vidas. ¡Qué trágico eres! No, solo es un aspecto de la vida real. Porque, tristemente, solo hay una manera de llegar a este mundo pero muchas formas de largarse, y eso es tan cierto como que ZP es un incapaz.
Por eso, aunque tarde ya que estoy fuera de día de publicación (tampoco creo que importe mucho), he decidido compartir estas líneas con los dos o tres que me leéis. Una pena no creer, la verdad, porque esa puta reflexión se convierte en una carga que con apenas 22 veranos suena a esquizofrenia severa. Sin embargo, y desde una posición radicalmente atea como no la he tenido nunca, he de reconocer que merece la pena luchar. Que ser un ‘viva la virgen’ es como estar envasado al vacío, y el estar pasado de rosca es respetable, pero al final no te enteras de nada. Eso del ‘vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadáver’ que cantaban los Sex Pistols, se lo pueden meter por el recto y que les duela. Una cosa es una cosa y otra imitar a los de las mil vírgenes esperando en el cielo.
Mañana será otro día y habrá que aprovecharlo, sí: pero desde la dignidad más pura y la entrega; no desde el egoísmo y la egolatría, sino pensando en la alegría que se llevarán tus hijos cuando descubran que ‘eso’ lo hicieron su madre o su padre; y, por supuesto, despegar el culo del sofá, que parece que Ana Rosa Quintana es ya de la familia, destapar las falsedades que has aprendido y aplicado y ser verdadero, amigo, digno. Ya no me sirven las miradas complacientes de los rufianes lameculos y meapilas, ni las sonrisas en las que lo que menos hay son sonrisas. No hombre, no, tu a mi no me engañas. Como dijo ese hombre empachado de sí mismo que dirige el Instituto de la Lengua de nuestra entrañable Comunidad, “no respeto tus ideas, las discuto y te respeto a ti”. Pues yo a los esquilagalgos que sonríen tontamente y pican las columnas vertebrales en la sombra, por más cordiales que sean, ni siquiera los respeto. Que de ser bueno a ser bobo hay una delgada línea, y se llama tener agallas.
Una manera de quedarse a gusto es compartir, y, a la vez, muchas veces compartimos por egoístas, como es el caso. La vida, a mi juicio, es ésta, nada más. Constrúyela dignamente. Te lo dice uno que no tiene ni puta idea de cómo hacerlo.

1 comentarios:
gravatar
Antonio dijo...
sábado, mayo 16, 2009 12:30:00 a. m.  

No sé cómo expresar que este artículo me ha encantado. Es un canto al inconformismo, un ánimo a no quedarse, como dices, vegetando en un sofá con la boca abierta para tragarte todo lo que te echen. Levántate y anda sin tener que llamarte Lázaro para ello; fórjate tu propia opinión sobre la realidad y, en la medida de las posibilidades, haz lo posible por asemejarla a lo que crees que sería deseable.

La rutina nos aburguesa a todos y nos resta actividad, pero aún así hay que evitar a toda costa convertirse en el vegetal al que me refería antes. No podemos ser productos industriales, fabricados en serie. Y me apena ver cómo ese aburguesamiento (¿desánimo, hastío, comodidad, conformismo?) cunde tanto en gente más joven que yo; la prueba es ver cómo ha decaído la variedad en las publicaciones de esta página desde el inicio de la temporada.

Dentro de apenas diez años estaréis probablemente atrapados en otra serie de rutinas, mucho más absorbentes que las que pueblan la cabeza del universitario que acaba de llegar a la venitena. Dentro de apenas diez años yo también estaré probablemente atrapado en rutinas mucho más absorbentes que las que me empantanan ahora. Pero trataré de que siempre haya una válvula de escape, una vía para reafirmarme a mí mismo. Espero que entonces, al igual que ahora, la tecnología permita formas de expresión tan magníficas como la red.

Karny, me alegra ver esa 'autorreafirmación' que haces. Que no decaiga ese espíritu.

Salud.

Publicar un comentario

Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos