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Reflexiones a Pilot Rojo

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DEMOCRACIA UTÓPICA (II)

Llega un momento en el que empiezas a sufrir un fuerte dolor de cabeza. Comienza siendo un dolorcillo leve pero a medida que pasa el tiempo se agrava y acudes al médico. “No veas Telemadrid durante una semana y procura no escuchar la COPE en unos días. ¡Ah! Y nada de ‘Mundos’ ¿Eh?” Pero tu te quedas igual. Empiezas a sospechar que lo que tienes no es un simple dolor de cabeza sino que sufres ¡El Síndrome de la Manipulación Informativa! “No puede ser –te dices sin parar- si yo leo El País y El Mundo y escucho la SER y la COPE” y es donde ya te das cuenta un poco de todo. Te preguntas por qué hay personajes y países vetados, criminalizados, auténticos demonios. Hasta el momento te resultó normal ver dictaduras en democracias, campos de castigo en constituciones aprobadas por parlamentos… Había un baremo en tu cabeza que en cuanto cruzase la línea rosa oscura sería ya objeto de tu ira porque lo había dicho Francino por la mañana.

Hace no mucho Venezuela fue objeto de cientos de miles de manipulaciones informativas y descalificaciones hacia un Gobierno que tan solo propuso a los ciudadanos una nueva Constitución. Pronto comenzaron los abucheos y pataletas mediáticas porque Hugo Chávez proponía la transición al Socialismo, así las multinacionales que explotan suelo venezolano y a ciudadanos venezolanos serían vigiladas de cerca con riesgo de nacionalización. Es decir, dar al pueblo lo que es del pueblo y no seguir dejándose robar. Esto convirtió a Hugo Chávez en un dictador, un déspota, un nuevo Hitler. Propuso la reelección indefinida en la Jefatura de Estado y los medios y partidos occidentales respondieron que Chávez quería perpetuarse en el poder, casi como Juan Carlos de Borbón, con la salvedad de que a este solo le eligió Franco o como Felipe González, que duró 14 años y nadie dijo nada de eso pese al GAL.

Las crónicas de los periódicos sugerían que el Presidente de Venezuela se atribuiría con la nueva Constitución una gran cantidad de poderes, que ya se quitaría la careta del todo. Así parecido a como lo hizo de Gaulle en Francia o como lo hace ahora Nicolas Sarkozy, con más poderes presidencialistas que los que establece la Constitución Bolivariana. Pero claro, Francia es Francia y Venezuela un nido de rojos.

Te surge la duda, está claro, tras tanto bombardeo de información como sucedió durante la campaña por la aprobación de la nueva Constitución de Venezuela. Los consejos ‘asamblearios’ de obreros y estudiantes quedaron fuera de las explicaciones de los medios occidentales, porque todos sabemos que el decidir las políticas laborales de Estado es muy poco democrático. O el sugerir nuevos sistemas para el funcionamiento de la empresa no es de gente de bien.

Los mercados solidarios en las barriadas pobres son una pantomima del gran tirano populista: intentar ser más cercano al pueblo en América Latina, en España se denomina populismo. El prometer siete mil cosas antes de las elecciones o hacerse la foto besando al crío es simplemente política. Juro que no lo entiendo. Como tampoco lo hago con la respuesta de revocación del Presidente de la República, algo que no existe en prácticamente ningún país del mundo (tampoco ninguna democracia) y que permite no aguantar al Presidente durante todo su mandato si las cosas van mal. Hay artículos de las constituciones que aquí, con el cambio de clima, no se ven.

La transición al Socialismo está siendo dura. La búsqueda de la democracia perfecta hasta ahora inexistente se convierte en una escalera donde caben los pies de puntillas, donde no se puede hacer ruido para que el engranaje capitalista no despierte y te señale con el dedo; para que no pase por dictadura lo que es una democracia que puede ser utópica.

Porque de Berlín a París, de Nueva York a Madrid con escala en Londres el mercado diseñó su propia dictadura. La dictadura que deja hablar pero que asfixia, que controla, que manipula y que es peor que muchas dictaduras porque es más triste: todo por dinero.

Mientras los paraísos fiscales no se cuenten con los dedos de las manos, mientras las multinacionales se apropien del suelo y de la gente, mientras exista especulación que hunde a grandes cantidades de población, mientras existan genocidios permitidos, mientras se contaminen los ríos y se tale la Amazonia, mientras perdure nuestra intachable democracia, siempre habrá un dictador como Hugo Chávez recibiendo palos por intentar construir la democracia, el poder del pueblo, no del dinero.

1 comentarios:
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Anónimo dijo...
lunes, abril 07, 2008 6:32:00 a. m.  
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