Apuntes de Geografía
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Antonio
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Apuntes de geografía
AZAÑA
Muy buenas,
En el día de hoy, 14 de abril, la sección va a ser algo diferente, dado que me voy a centrar en un único municipio. Como es de sobra sabido (y bien recordado que ha quedado ya en la entrada anterior), hoy es el aniversario de la proclamación de la II República Española, por lo que quiero hacer mención a un pueblo que sufrió las consecuencias de los convulsos años 30 del siglo XX sin comerlo ni beberlo. Su único delito (hago hincapié en la cursiva) fue el de llamarse Azaña, coincidiendo así con el apellido del presidente de la República.
Si a alguien se le ocurre hoy en día buscar Azaña en un mapa, difícilmente lo encontrará. Desde el Censo de Población de 1940, este municipio de la provincia de Toledo figura en todos los documentos oficiales con la denominación de Numancia de la Sagra. Ahondando un poco más en las circunstancias concretas del forzoso cambio toponímico, he encontrado una explicación con detalle de lo ocurrido en la página web http://www.numanciadelasagra.net/. La fecha exacta del cambio de nombre fue el 19 de octubre de 1936, cuando entraron en el pueblo las tropas franquistas. Parece ser que era demasiado subversivo el que hubiera una localidad que diera apellido al presidente de la República. Manuel Azaña no tenía nada que ver con la villa de Azaña, de la misma forma que dudo que el cantante de Celtas Cortos guarde más relación que la casual con una localidad de Guadalajara llamada Cifuentes. Prefiero no hacer comentario alguno acerca del cambio en la denominación, porque me indigno sólo de pensarlo. Me pregunto qué ocurrirá si, en un futuro, yo llegara a ser una persona non grata para el Estado... Tendrían que cambiar de nombre a una provincia entera... Suena a cosa de locos, ¿no?
La villa de Azaña, situada en la comarca de La Sagra (aludida en el nombre impuesto en 1936), a apenas 40 kilómetros de Madrid, tenía 685 habitantes en 1930. En las décadas siguientes creció de forma paulatina, hasta llegar a la cifra de 1.043 vecinos en 1991. Desde entonces su población se ha multiplicado, gracias a ese factor de cercanía con Madrid. Según el último padrón, el municipio mal llamado Numancia de la Sagra tiene 4.107 empadronados. Veo en la misma web a la que aludía antes que desde la muerte de Franco está abierto el debate sobre la conveniencia o no de recuperar el topónimo histórico. Es más, parece ser, según se dice de forma explícita, que próximamente se convocará un referéndum al respecto.
El nombre de Azaña quería decir aceña, es decir, noria, rueda de molino. Un topónimo bonito, a mi juicio, que merece ser restituido por las circunstancias en las que se produjo el cambio de nombre de 1936. ¿Y por qué se le rebautizó como Numancia de la Sagra? Sencillo: la Sagra, por la comarca; y Numancia, por el nombre del regimiento militar que tomó el pueblo. Si al menos hubiera sido por las habituales referencias a Numancia que hacía Manuel Azaña en público...
Si yo fuera vecino de este municipio y se celebrara el citado referéndum tendría muy claro mi voto. La eliminación del nombre de Azaña fue algo arbitrario y caprichoso, sin fundamento alguno. Menos mal que no les dio lo mismo con el apellido de Niceto Alcalá-Zamora, porque si no... ¿Cómo podría llamarse hoy la provincia a la que pertenecen Benavente y Toro? ¿"Villasacrosanta de Duero"? Y que no me digan que durante la Guerra Civil, en la zona republicana también eliminaron todos los nombres que hicieran referencia a algún santo o a la monarquía. Es cierto y no lo negaré, pero me parece igualmente lamentable y, además, los topónimos originales fueron restituidos inmediatamente. Los nombres históricos de los lugares merecen ser respetados, salvo si los cambios en la denominación se producen por el consenso de la mayoría de sus vecinos, como todos los que se han hecho desde la llegada de la democracia a España.
Por supuesto, que si se celebrara ese referéndum y los habitantes del municipio se decantaran por la forma de Numancia de la Sagra, me parecería bien, aunque no compartiera esa postura, porque sería una decisión del pueblo soberano. Pero por ahora, no puedo más que rechazar la imposición perpetrada contra un pueblo que, por pura coincidencia, daba apellido al presidente de la República Española. Por cierto, que muy cerca de Azaña hay otro pueblo llamado Pantoja... Sería como si los detractores de la tonadillera pidieran también que cambiaran el nombre de esa localidad...
Como diría Forges, "¡País!"
Hoy no me puedo despedir con otra cosa que
SALUD Y REPÚBLICA,
Aunque no comparta los planteamientos tan catastrofistas de Karny y me conforme con que el Jefe del Estado, de izquierdas, derechas o de donde quiera, sea elegido por sufragio universal y su cargo sea tan finito como el tiempo que ha de pasar hasta las siguientes elecciones.
Hasta la próxima.
Muy buenas,
En el día de hoy, 14 de abril, la sección va a ser algo diferente, dado que me voy a centrar en un único municipio. Como es de sobra sabido (y bien recordado que ha quedado ya en la entrada anterior), hoy es el aniversario de la proclamación de la II República Española, por lo que quiero hacer mención a un pueblo que sufrió las consecuencias de los convulsos años 30 del siglo XX sin comerlo ni beberlo. Su único delito (hago hincapié en la cursiva) fue el de llamarse Azaña, coincidiendo así con el apellido del presidente de la República.
Si a alguien se le ocurre hoy en día buscar Azaña en un mapa, difícilmente lo encontrará. Desde el Censo de Población de 1940, este municipio de la provincia de Toledo figura en todos los documentos oficiales con la denominación de Numancia de la Sagra. Ahondando un poco más en las circunstancias concretas del forzoso cambio toponímico, he encontrado una explicación con detalle de lo ocurrido en la página web http://www.numanciadelasagra.net/. La fecha exacta del cambio de nombre fue el 19 de octubre de 1936, cuando entraron en el pueblo las tropas franquistas. Parece ser que era demasiado subversivo el que hubiera una localidad que diera apellido al presidente de la República. Manuel Azaña no tenía nada que ver con la villa de Azaña, de la misma forma que dudo que el cantante de Celtas Cortos guarde más relación que la casual con una localidad de Guadalajara llamada Cifuentes. Prefiero no hacer comentario alguno acerca del cambio en la denominación, porque me indigno sólo de pensarlo. Me pregunto qué ocurrirá si, en un futuro, yo llegara a ser una persona non grata para el Estado... Tendrían que cambiar de nombre a una provincia entera... Suena a cosa de locos, ¿no?
La villa de Azaña, situada en la comarca de La Sagra (aludida en el nombre impuesto en 1936), a apenas 40 kilómetros de Madrid, tenía 685 habitantes en 1930. En las décadas siguientes creció de forma paulatina, hasta llegar a la cifra de 1.043 vecinos en 1991. Desde entonces su población se ha multiplicado, gracias a ese factor de cercanía con Madrid. Según el último padrón, el municipio mal llamado Numancia de la Sagra tiene 4.107 empadronados. Veo en la misma web a la que aludía antes que desde la muerte de Franco está abierto el debate sobre la conveniencia o no de recuperar el topónimo histórico. Es más, parece ser, según se dice de forma explícita, que próximamente se convocará un referéndum al respecto.
El nombre de Azaña quería decir aceña, es decir, noria, rueda de molino. Un topónimo bonito, a mi juicio, que merece ser restituido por las circunstancias en las que se produjo el cambio de nombre de 1936. ¿Y por qué se le rebautizó como Numancia de la Sagra? Sencillo: la Sagra, por la comarca; y Numancia, por el nombre del regimiento militar que tomó el pueblo. Si al menos hubiera sido por las habituales referencias a Numancia que hacía Manuel Azaña en público...
Si yo fuera vecino de este municipio y se celebrara el citado referéndum tendría muy claro mi voto. La eliminación del nombre de Azaña fue algo arbitrario y caprichoso, sin fundamento alguno. Menos mal que no les dio lo mismo con el apellido de Niceto Alcalá-Zamora, porque si no... ¿Cómo podría llamarse hoy la provincia a la que pertenecen Benavente y Toro? ¿"Villasacrosanta de Duero"? Y que no me digan que durante la Guerra Civil, en la zona republicana también eliminaron todos los nombres que hicieran referencia a algún santo o a la monarquía. Es cierto y no lo negaré, pero me parece igualmente lamentable y, además, los topónimos originales fueron restituidos inmediatamente. Los nombres históricos de los lugares merecen ser respetados, salvo si los cambios en la denominación se producen por el consenso de la mayoría de sus vecinos, como todos los que se han hecho desde la llegada de la democracia a España.
Por supuesto, que si se celebrara ese referéndum y los habitantes del municipio se decantaran por la forma de Numancia de la Sagra, me parecería bien, aunque no compartiera esa postura, porque sería una decisión del pueblo soberano. Pero por ahora, no puedo más que rechazar la imposición perpetrada contra un pueblo que, por pura coincidencia, daba apellido al presidente de la República Española. Por cierto, que muy cerca de Azaña hay otro pueblo llamado Pantoja... Sería como si los detractores de la tonadillera pidieran también que cambiaran el nombre de esa localidad...
Como diría Forges, "¡País!"
Hoy no me puedo despedir con otra cosa que
SALUD Y REPÚBLICA,
Aunque no comparta los planteamientos tan catastrofistas de Karny y me conforme con que el Jefe del Estado, de izquierdas, derechas o de donde quiera, sea elegido por sufragio universal y su cargo sea tan finito como el tiempo que ha de pasar hasta las siguientes elecciones.
Hasta la próxima.
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viernes, abril 18, 2008 11:47:00 a. m.
Ciertamente, tu artículo de esta semana está en lo cierto, Antonio. Las cosas son como son, y no se deben cambiar. Para mal o para bien, son parte de nuestra Historia, y ahí se deben quedar. O para mostrarnos orgullosos de ello, o para enseñarnos que algunos errores que se cometieron en tiempos pasados no se deben volver a cometer. Y eso sigue perfectamente vigente hoy en día, ya que en los últimos años parece que hay una fiebre inusitada por cambiar nombres de calles, quitar estatuas, o manchar medallones de la Plaza Mayor de Salamanca con pintura roja.
Acerca de lo poco conocido que cita Antonio en su artículo acerca de los cambios de nombre en la zona republicana, en el libro Una historia de la guerra civil que no va a gustar a nadie, de Juan Eslava Galán, y que yo estoy leyendo ahora mismo, se especifican unos cuantos en la página 64:
Ciudad Real---> Ciudad Libre de La Mancha
Talavera de la Reina---> Talavera del Tajo
Olías del Rey--->Olías del Teniente Castillo
San Lorenzo de El Escorial--->El Escorial de la Sierra
San Fulgencio del Segura---> Ucrania del Segura
Avda. del Conde de Peñalver (Madrid)---> Avda. de Rusia
Rambla de Sta.Mónica (Bcn)---> Rambla de la Revolución de Julio
Vía Layetana (Bcn)---> Vía de Durruti
Simplemente por ilustrar.
Buen trabajo, como siempre.
Saludos.
lunes, abril 21, 2008 8:10:00 a. m.
Agradecimiento.
Gracias por la alusión a la web de numancia, de la cual soy propietario.
Referencias como la suya del pasado 14 de abril, me animan a continuar con el objetivo marcado, dar servicio e información sobre nuestro pueblo.
Agradecido
martes, abril 22, 2008 2:30:00 p. m.
Muchas gracias por tu comentario, Patino. Siempre es una satisfacción no ya que te lean, sino que lo que escribas genere una opinión. No obstante, quería matizarte algo: si la historia se debe respetar, deberían entonces reponerse todos los nombres tradicionales que se 'borraron' de las vías públicas después de 1939 para ser reemplazados por otros que hacían referencia al régimen dictatorial vigente en la práctica hasta junio de 1977 (o diciembre de 1978, si me apuras). Me explico: prefiero una "calle Mayor" o cualquier otra denominación tradicional o histórica (anterior a 1936), a una dedicada a Franco o cualquiera de sus generales secuaces.
Por la misma razón, creo que el pueblo vallisoletano llamado Quintanilla de Abajo hasta 1940 debería volver a denominarse así (ése era el nombre histórico), aunque si en los 29 años de democracia en los ayuntamientos no se ha cambiado, entiendo que es porque sus gobernantes no lo han creído necesario. Por eso, por mucho que me pueda doler, creo que debería prevalecer la voluntad municipal. Me pregunto si la Ley de Memoria Histórica obligará a reponer el topónimo antiguo, y a eliminar los predicativos que hoy llevan los municipios de San Leonardo (Soria) y Alcocero (Burgos), que yo me niego a poner (para saber cuáles son, véase el INE).
Aunque la historia sea la que es, para bien o para mal, creo que cualquier referencia a la dictadura franquista no hace más que sembrar discordia, porque trae recuerdos de vencedores y vencidos, con el daño que eso puede hacer a estos últimos. De ahí que no me parezca mal, sino todo lo contrario, que se quiten estatuas o que se repruebe el matenimiento de medallones. Eso sí, insisto en que debe prevalecer la voluntad de los gobernantes, que son elegidos democráticamente con todas las consecuencias. No creo que determinadas cosas deban ser impuestas por ley; sí la reposición de la dignidad de los represaliados de cualquier forma y en cualquier lugar y bando, pero no imponer cambios de denominación que quizá puedan generar un rechazo. Si en Quintanilla de Abajo prefieren que su pueblo se siga denominando de otra forma, creo que hay que respetarlo; en caso de voluntad de cambio, sus propios vecinos ya lo harían saber. Una cosa es cómo yo desearía que fuera la realidad, y otra bien distinta cómo es.
En cuanto al libro que citas, suena interesante, porque por el título parece que carga ríos de tinta contra uno y otro lado, y eso nunca está de más. Desconocía que el pueblo de San Fulgencio, que está al sur de mi provincia, había sido rebautizado como 'Ucrania del Segura'. Curiosidades de la vida, ése es el municipio español que actualmente tiene el mayor porcentaje de población extranjera: un 80% (ha pasado de 1.500 habitantes a casi 11.000 en 15 años). Llamarlo ahora 'Ucrania' con cierta ironía no sería tal vez muy desacertado, jejeje...
Lo dicho, muchas gracias por tu comentario y por tu aportación, son de verdad una muestra de interés por tu parte. Eso sí, no quieras confundirme ni a mí ni al resto de lectores, que la historia no empezó en 1936 ;-). De todos modos, celebro que haya puntos de acuerdo.
En cuanto al agradecimiento mostrado por la web www.numanciadelasagra.net, decir que soy yo quien agradece el gesto. La web ha sido una excelente fuente de documentación, enhorabuena por mantenerla así. Además, aquí somos periodistas en oficio o en ciernes, tenemos que citar las fuentes de las que nos nutrimos, a no ser que ellas nos pidan confidencialidad ;-)...
Por otra parte, esta semana he demorado la entrega de la sección. Tengo pensado el tema, pero mis obligaciones laborales me han restado tiempo. A ver si a lo largo de hoy puedo subir la nueva entrada.
Reiterar las gracias por los comentarios y cordiales saludos.
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