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CRÍA OBISPOS…

Hacía mucho tiempo que no dedicaba unas líneas a los obispos. Tan siquiera durante la gran polémica suscitada contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo como estoy hasta las orejas de escuchar sagradas estupideces desde una bendecida imbecilidad no puedo por menos que hablar de ellos. La última, cuando el cura de mi pueblo, no sé si abonado al Opus Dei pero seguro que simpatizante, echaba la bronca a unos chavales por disfrazarse “ejercitando el sacerdocio” con túnica negra y alzacuellos (debe de ser que nunca ocurrió ésto...). Es ese mismo cura que en sus bondadosas homilías le dedica alguna palabra retrógrada para rellenar el morral de la argumentación a la ramplonería ultraconservadora –al final todos sabemos que la tienen siempre repe- y provocar otra hégira más hacia otras cruces más neutrales o hacia la barra del bar de la plaza. Ojo, yo hace varias temporadas que abandoné el escuchar las cartas de Jeremías a San Pablo, pero como todo periodista, lo importante es tener buenas fuentes (faltaría más en mi pueblo). Pero bueno, como en las dos españas, hay gente contenta y gente que no. A mí, particularmente, en parte me da igual –pero solo en parte-. Por un sacerdote de pueblo que utilice las palabras de la “Gloriosa Paz del Caudillo” no se va a resucitar al muerto; aunque sí indigna, porque sí que se puede rescatar el odio.

Al fin y al cabo el conflicto de las homilías que el cura joven-viejo oficia, es solo un ejemplo más de la nostalgia eclesial por rescatar sus sillones de procuradores en las Cortes Franquistas, por utilizar las dos manos en el ministerio más proclive a la manipulación, el de educación. Parece ser que con un solo brazo metido en la política de Estado no les es suficiente.

La Iglesia, como empresa privada, no debería ser tan directa a la hora de manejar hilos en la política nacional, sino que ha de ser más disimulada y esconderse un poco más; en ese caso debería tomar ejemplo de algún gran grupo de comunicación o de Gas Natural, que lo hacen pero se esconden, y así no se habla de ellos. Deberían estudiar otra manera de conseguir subvenciones, por ejemplo una cantidad de € por cada lote completo producido de novicios/as. Aunque todos sabemos que así la empresa iría a la quiebra. Y es que hasta el ejército cambió su cara y ahora no es tan visto de aquella manera fascista y represora, sino como un sitio donde ganar dinero fácil (donde acaban sus días infinidad de fascistas represores pero silencio, eso no se sabe…).

Zetapé ha dado el cante. Se le ha notado en muchas ocasiones pero ahora más que nunca. Esa pataleta de recreo de guardería es la muestra del dicho de Llamazares, “cría obispos y te sacarán los ojos”. Y es que Zapatero ha criado un gran nido de obispos alimentados con dinero y adiestrados con terapias de choque que no han dado resultado, pues la madre(Z) se achantó durante el proceso e interrumpió la terapia radicalmente. Es el enfado del niño al que el cordero pateó cuando se vio con fuerzas. Las cuentas obispales han crecido más que nunca en época zapateril (mis principios me impiden denominarla socialista) y el Concordato con la Santa Sede ha continuado con vida en el gobierno de la progresía, donde el laicismo es ‘guay’ y se utiliza de boquilla para quedar bien entre amigos excéntricos y pijos megaprogres.

Al fin y al cabo, siempre estarán ahí la política de salón, el espectáculo y los tirones de orejas, los amagos de oradores cambiándolo todo en soflamas electorales pero al final continuando el mismo debate interminable, sobre si un dogma privado y sectario debe continuar recibiendo ayudas pagadas por todos e inmiscuyéndose en los asuntos públicos. Dense cuenta que el debate es eso, una mentira.

2 comentarios:
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Patino dijo...
lunes, febrero 18, 2008 9:21:00 p. m.  

Karny, Karny, Karny...

Si el cura de tu pueblo es del Opus, allá él. Te aseguro que hay muchos católicos que no tragamos a los socios de Josemaría. Te lo aseguro. Es más, yo les tengo una cierta ojeriza. Quien dice cierta, ya sabes que dice enorme. Cuestión de gustos.

Por suerte, hay partes en la Iglesia que se mantienen lejos, lejísimos, de esas doctrinas que bien podrían definirse como la 'Paz (no PAZ, que conste, jeje) del Caudillo'. Si a los chavales de tu pueblo les ha caído bronca del señor cura por eso, sólo me cabe animarles a que se vuelvan a disfrazar de curas el próximo año. O de monjas, por variar.

Los que nos siguen a ambos los domingos -sé que los hay, pocos, pero alguno nos lee- sabrán que el que firma este comentario es Cristiano Católico Apostólico Romano. Vamos, católico de los de toda la vida. Y me siento orgulloso de ello y de mi fe. Pero sirva esta aclaración para que quede claro a quien lea esto que muchos católicos estamos en total y absoluto desacuerdo con las tesis defendidas desde planteamientos extremos. Véase Opus Dei.

La Iglesia no es una empresa, ni privada ni pública. Es una institución dedicada al servicio público, por más que ciertas figuras como el ínclito Josemaría -a quien Dios guarde, pero lejos de mí a ser posible- o sus correligionarios se empeñen las más veces en lo contrario, gastando verdaderas montañas de dinero en sus sedes. Échale un vistazo a la que tienen en Nueva York. Una choza de nada, vamos.

Sobre el Concordato, qué decirte... Que es necesario. El Vaticano, a efectos oficiales, es un Estado como España o como Francia. Y tener relaciones diplomáticas con la Santa Sede no es sólo bueno, sino conveniente. Por muy progre que sea el Gobierno. Por ello, no creo que sea bueno, siquiera si Llamazares llegase a la Presidencia, romper el Concordato. España ha sido tradicionalmente católica, dato que no conviene olvidar.

Recuérdame dentro de algunas semanas que te pase homilías que tengo grabadas. Te prometo que no te van a defraudar.

Un saludo, compañero.

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Anónimo dijo...
viernes, febrero 22, 2008 11:06:00 p. m.  

Creo que para empezar dejas bastante que desear, ya que tus fuentes deben ser malas, bueno, mejor dicho malísimas. Que yo sepa en la biblia no hay cartas de Jeremías a San Pablo, o eso me parece a mi, por lo menos en la biblia de Jerusalén, mira a ver no siendo que te hayas confundido de libro.....las biblias infantiles no son fuentes de fiar!!! Para seguir, el acto de Madrid fue una CELEBRACIÓN POR LA FAMILIA, no una concentración política, o al menos así lo viví yo.
Por último, la Iglesia no es ninguna empresa, ni privada ni pública, y no tiene que manejar ningún hilo como insinuas. De todos modos, se supone que vivimos en un país con libertad de expresión y cada uno puede decir aquello que le parezca, tal y como has hecho tú.

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