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VOTARÉ A IZQUIERDA UNIDA

Después de tantas apuestas en esta aburrida subasta electoral me quedaré con los que no juegan con la dignidad de las personas ni tratan al pueblo como ciudadanos estúpidos de los pies a la cabeza. Me quedaré, al fin y al cabo, con los de siempre. Con la humildad, con la gente de barrio, con los trabajadores y la clase explotada, con los estudiantes que cada vez pintamos menos en la vida social y política, con los pueblos oprimidos y, por supuesto, con la democracia real y participativa, seña de identidad del republicanismo de Izquierda Unida. De pocos pasaron a menos en las últimas legislaturas, los medios de comunicación hacían más por un bipartidismo a la americana que por una democracia pura, la ley electoral se cargaba las aspiraciones de una izquierda alternativa y renovadora pero mientras, en barrios y plazas, los carteles por un mundo más justo y una democracia de ciudadanos y no de empresas se dejaban ver. Izquierda Unida representa una serie de valores situados justo al otro lado del juego político, donde el PP y el PSOE se reparten el pastel y gobiernan de manera perpetua a base de engaños y, como no podía ser de otra forma, de corrupción.

Democracia: síntomas de un sistema poco democrático son las formas por las cuales se representan a los ciudadanos, la poca participación en la elaboración de unas listas donde los candidatos figuran a dedo. El Partido Socialista y el Partido Popular desechan un sistema de elección directa, surgida desde abajo única y exclusivamente a gusto de los ciudadanos. Colocan a aquellos que más les conviene y a los agentes más estratégicos interconexionados empresarialmente entre sí para recibir buenas financiaciones y a su vez el Gobierno favorezca más a esas empresas durante la legislatura. El Partido Comunista de España, dentro de la coalición de izquierdas, lleva muchos años luchando por una democracia verdadera, la cual asusta a los adversarios políticos y es censurada continuamente por el temor de sacar a la luz todos los defectos de este sistema.

Gasto Social: Izquierda Unida es el partido que más interés muestra en la creación de un Estado Social y de Bienestar gastando el superávit de la economía e invirtiendo desde un principio en lo que debería no ser un problema para el ciudadano común. La educación libre de dogmas no es el único reto: libros de texto gratuitos durante la obligatoriedad de los estudios o guarderías públicas de 0 a 3 años son solo dos ejemplos de la preocupación de la coalición por la educación, algo muy abandonado durante tantos años de gobiernos de la derecha y del centro-derecha. La sanidad, cuestión también prioritaria para el equipo de Llamazares, se la están pasando por el arco del triunfo semiprivatizando día sí y día también hospitales sobre todo en la Comunidad de Madrid.

Laicismo: No lamer el glorificado trasero de los obispos es algo que mucha gente espera, pero no solo es eso, sino también un derecho. La separación de la oficialidad del dogma, de la sociedad cívica del sectarismo, debería ser hoy algo normal y evidente. Parece ser que la derecha nacional católica puede con el conformismo del PSOE, que se ata de pies y manos para dejar ser azotados por Rouco Varela. La izquierda que se deja pegar por la Iglesia es una muestra de que esa izquierda que representa no es la izquierda representada. La Iglesia debe ser tratada como mera asociación empresarial y su sufragación debe correr de su cuenta.

Solidaridad: Que el PP trabaja sobre las bases del arcaico Imperio Español ya lo supimos con la alianza imperialista de Geroge, Tony y Jose Mari. Que los políticos del Partido Socialista siguen el mismo camino lo acabamos de aprender con las grandes hazañas de Zetapé y el ministro Desatinos. El hito de las tropas de Irak se quedó en nada cuando aumentaban los destacamentos en Afganistán, cuando se hacía de bufón delante del Rey de Marruecos o cuando se daban palmaditas en la espalda a Turquía, que día tras día se va cargando a esos “terroristas” kurdos. Israel, vasallo de EEUU, pudo servir de algo para la bajada de pantalones ante Condolezza. Izquierda Unida no tiene miedo de hablar sobre ‘monstruos’ como Hugo Chávez o Fidel Castro ni deja de leer los legados que tantas reformas llenas de dignidad les han traído a sus pueblos. Esos son los monstruos para el otro lado político mientras los invasores (ejércitos y multinacionales) son los verdaderos demócratas.

Republicanismo: la dictadura monárquica a la que estamos sometidos no debería ser un tabú para los grupos políticos mayoritarios, pero es eso, una dictadura monárquica donde se encarcela y se multa a aquellos republicanos un poco vacilones. La democracia pasa por elegir al jefe del Estado al cual ninguno de nosotros podremos llegar, ese que tiene un presupuesto fijo todos los años para mantener a su tropel y limpiarles el culo con nuestro dinero. La manera directa o indirecta de elección del jefe de Estado es lo que menos importa en una democracia pura, el caso es que todos podamos aspirar a ello. En estos momentos, la Edad Media es más importante que el progreso.