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¿Qué tal? ¿Cómo llevan la jornada de reflexión? Han reflexionado ya mucho... Espero que sí, que tengan su voto decidido y que mañana no falte nadie a su cita con las urnas,... hombre, ¡qué son cinco minutejos de nada!
Nosotros, por si acaso, y para que tengan todo claro, les vamos a explicar (intentaremos de la manera más clara posible) el funcionamiento del sistema electoral español.

En primer lugar y lo más importante en señalar es que mañana los españoles no elegiremos al próximo presidente del Gobierno, sino a los diputados y senadores que durante los próximos cuatro años ocuparan los escaños del Congreso de los Diputados y del Senado, respectivamente. Por lo tanto, la primera conclusión que sacamos es que la nuestra no es una democracia directa, sino indirecta.
Así pues, ¿cómo funcionan nuestras dos Cámaras de Representación?

CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Según la Constitución, el Congreso debe estar compuesto por entre 300 y 400 diputados, teniendo en la actualidad 350 de acuerdo a la Ley Orgánica de Régimen Electoral General de 1985.
Pues bien, los Diputados se eligen según su circunscripción provincial. Cada provincia tiene asignado un mínimo de dos escaños y Ceuta y Melilla uno cada uno. Ya tenemos 102 escaños. Los demás se reparten proporcionalmente según la población de la provincia; así, por ejemplo, Madrid cuenta con 35 escaños y Cantabria con 5.
Así pues, como hemos dicho anteriormente, nuestros votos van dirigidos a un partido político, no a una persona para que sea Presidente. Habitualmente, todos los líderes de los partidos suelen presentarse por Madrid, por lo que a no ser que votemos en esa provincia, en nuestras papeletas no aparecerán los nombres de Zapatero, Rajoy, Llamazares,...
(Esta no es una norma obligatoria y de hecho, por ejemplo, Felipe González tenía la costumbre de presentarse por su tierra natal, Sevilla).
Por otra parte, también es importante señalar que siguiendo este sistema, los partidos políticos que se presentan a las elecciones no tienen porqué hacerlo por todas las provincias, cada uno elige en donde quiere presentarse.

La polémica surge a la hora de repartir los escaños. Este reparto se hace siguiendo la Ley d’Hont y se basa en los siguientes puntos.

• Los partidos que no lleguen al 3% de los votos emitidos quedan fuera del reparto.
  
• Se divide el número de votos entre los escaños a repartir. (En Madrid, por ejemplo, los votos se dividen entre 1, entre 2, entre 3, entre 4,... y así sucesivamente hasta 35).
• Se asignan los escaños sucesivamente a los cocientes más altos.
  

Este sistema es realmente injusto ya que sobre todo favorece a los partidos mayoritarios y deja prácticamente sin opciones a los partidos minoritarios. Uno de los principales argumentos que se exponen para mantener este sistema es que un Congreso en el que hay muchos partidos como muy poca de representación es muy difícil de gobernar, y casi siempre se pone como ejemplo los casos de Israel o Italia.
Para ver un caso práctico de la Ley d’Hont entren aquí: http://www.elmundo.es/elecciones2000/cifras/graficodhont.html

Por otra parte, me gustaría recomendarles la página http://www.utilometro.com/, una página Web en la que además de explicarte de manera graciosa si tu voto es útil o no, hace (en la parte inferior de la página) un exhaustivo análisis del porqué nuestro sistema electoral es claramente deficiente.

Finalmente sólo nos queda decir que compuesto el Congreso, los diputados eligen al Presidente del Gobierno a propuesta del Rey (su figura es meramente representativa, sólo propone al candidato con mayor número de votos); el presidente debe ser elegido por mayoría absoluta (la mitad de los votos más uno), y si no, pasadas 48 horas, por mayoría simple (más votos a favor que en contra). Si no se pudiese dar ninguno de los casos (más votos en contra que a favor) nos encontraríamos con un verdadero follón que obligaría, bien a llegar a pactos entre los partidos representados en el Congreso, o bien, en último caso, a la repetición de las elecciones.

SENADO
La elección de los Senadores es mucho más simple que la de Diputados. El senado está formado por 250 senadores.
Al llegar al colegio electoral nos encontraremos con unos amplios papeles sepia y todos los candidatos provinciales. Nosotros únicamente debemos marcar tres y ya está hecho. Se trata de una elección directa.
Así pues, los cuatro más votados en cada provincia obtienen su sitio en el Senado: ya son 200 senadores. 3 senadores más salen de las votaciones en las islas de Gran Canaria, Tenerife y Mallorca, ya contamos 209, otros dos senadores surgen de Ceuta y Melilla (213); y finalmente, las demás islas de la Comunidad canaria y balear eligen otro senador, llegando así a 221. Los 29 senadores que restan nacen de la elección directa de cada Comunidad Autónoma (uno cada una) y las autonomías tendrán un senador más por cada millón de habitantes que sumen.

Las funciones del Senado son mucho más escasas que las del Congreso, y entre éstas, se incluye la ratificación de las leyes procedentes del Congreso.

Quizás, la claridad con lo que está escrito esto no es la mejor, pero espero que les haya ayudado a poder comprender un poco mejor nuestro sistema electoral.