feedburner

Recibe las actualizaciones de DIARIO DE PERIODISMO

El vuelo de la gaviota

Etiquetas:

9 de marzo

No creo que sea necesario deciros qué es lo que ocurrió en este santo país el 9 de marzo de 2008. Más que nada porque sería de una gran inutilidad por mi parte, teniendo en cuenta que con un simple golpe de ratón –entiéndase a la barra de desplazamiento, no al ratón en sí- hacia abajo os encontraréis con la reflexión acerca de ese día escrita por Karny o los diversos artículos de Nicolás.

La jornada en mi caso fue bastante más aburrida. No fui a votar, ni con mi abuelo, que por desgracia no irá nunca, ni con nadie. Pero no creáis que por ello dejé de ejercer mi derecho al voto, ya que Correos lo tenía en su poder desde unos cuantos días atrás. No os aburriré con el relato de estar sentado en una mesa de 9 de la mañana a 8 de la tarde más el tedioso escrutinio, principalmente de las pequeñas –nótese la ironía- papeletas del Senado, que se alargó hasta muy cerca de la 1 de la madrugada del día 10.

Centrándonos en los resultados electorales, qué decir. Sinceramente, no esperaba el resultado que se ha dado finalmente. Mis pronósticos eran bastante diferentes, y en los que se contemplaba la victoria socialista lo eran con un número menor de escaños. Nunca por encima de los 165. Comprenderéis entonces mi sorpresa cuando, al inicio del escrutinio, el repaso por las diferentes emisoras radiofónicas arrojaba hasta un pronóstico de amplísima mayoría absoluta por parte de la SER.

No esperaba tampoco, a pesar del crecimiento experimentado por el Partido Popular, que se quedase por debajo de los 155 escaños (154 tiene a la hora de escribir estas líneas contando el que ha arrebatado a CiU en Barcelona gracias al voto exterior).

Ni yo ni nadie esperábamos que se produjesen hundimientos diversos como así ha habido. Ni que IU perdiese el grupo parlamentario propio, quedándose en 2 escaños, ni que a ERC le ocurriese lo mismo. Ojo, que el suceso es similar para ambos, pero con muy diferentes connotaciones dependiendo de las siglas a las que nos refiramos. Os lo explico con más detenimiento en el siguiente párrafo.

En el caso de IU, como bien dice Karny, la Ley Electoral le ha jugado una mala pasada. La no sé si injusta, pero sí mal hecha Ley Electoral que tenemos en España. IU, con cerca de un millón de votos, debería haber mantenido sin problemas su grupo parlamentario, y haber sido, si me apuran, teniendo en cuenta que CiU finalmente se queda en 10 diputados, la tercera fuerza en el Parlamento. Sobre lo ocurrido a ERC decir, simplemente que, en mi opinión, es algo que han ido buscando toda la legislatura. Metiendo un poco más el dedo en la llaga, algo deseable, ya que el que os escribe no es demasiado partidario de que los nacionalismos radicales tengan cabida en el Parlamento de España. Quizás una temporada en la nevera del Grupo Mixto les enseñe a hacer política en condiciones, sin saltar a la piscina con el carné en la boca, cual alegre perrillo.

Reseñable es también lo ocurrido a UPyD, el partido fundado por la para muchos traidora, para otros muchos –probablemente más, entre los que me cuento- inconformista con las directrices marcadas por su partido, Rosa Díez. La ex eurodiputada socialista va a tener sitio en la Cámara Baja durante esta Legislatura –la X Legislatura, si las cuentas no me fallan- para hacerse escuchar. Para que la voz de los que no están conformes con lo dictado por las mentes de Ferraz tenga un hueco en el Parlamento.

Por cierto, que UPyD es también víctima de la horrenda Ley Electoral que tenemos, ya que los 300.000 votos que ha obtenido, los mismos que el PNV, le dan derecho a un sólo escaño, mientras que a los cachorros de Arana le dan 6. Debe ser que el voto de los vascos –sin ánimo de ofender, que conste- vale más que el del resto.

¿Cómo se plantea la Legislatura? Tenemos 323 de los 350 escaños del Congreso ocupados por miembros del PSOE y del PP. Esto viene siendo cerca de un 93% del Parlamento. 27 a repartir entre otras fuerzas, que pueden resultar claves al futuro Gobierno de Zapatero para conseguir apoyos en algunos aspectos, ya que no es en absoluto probable que pacte formalmente con ellos, porque la mayoría suficiente es, en este caso, prácticamente absoluta. El cordón sanitario seguirá funcionando, al menos hasta nueva orden, y al PP, o mayoría, o condena al ostracismo.

¿Y para los partidos? Esperemos que desde el PSOE se pongan las pilas y el Ejecutivo deje de estar tan descompensado como lo ha estado hasta ahora, con sólo un par –tres a lo sumo- de ministros visibles, y el resto de relleno. El PP ya ha tenido la primera dimisión –Zaplana-, y las cosas se decidirán en el Congreso que se celebrará previsiblemente en junio. IU también ha visto como Llamazares ha decidido dejar el liderazgo del partido –no así el acta de diputado-. Y, un aspecto que no quiero dejarme en el tintero, los nacionalistas han visto cómo dejan de ser imprescindibles en la vida política nacional. Algo que, personalmente, y parafraseando parcialmente a Su Majestad, me llena de satisfacción.

Para ir finalizando la parrafada electoral especial –a punto del pareado sin haberlo preparado- sólo quiero manifestaros un deseo. Que ese 93% de escaños ocupados por los dos principales partidos de este país sirva para algo. Que dejen de tirarse los trastos a la cabeza, piensen con la misma, y en el invento ese que tiene cerca de cinco siglos y que algún iluminado decidió llamar España. Que es lo que importa.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos