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El vuelo de la gaviota

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Sobre nobleza y otros valores

Esta semana que se va acabando ya nos ha dejado una grandiosa muestra de nobleza, de valor, y de cómo estamos muy equivocados a este lado del mundo respecto a un país al que muchos no pueden ni ver. Probablemente cegados ante el fanatismo, o la supuesta verdad que trata de transmitir la propaganda que va en su contra.

Imagino que sabréis, o, al menos, habréis sido capaces de suponer, que hablo del Estado de Israel. Aquel al que muchos consideran que hay que exterminar –el amigo Ahmanideyad, los palestinos, los de Hizbulá...- porque sí. Porque son muy malos y se defienden cuando les atacan.

La nobleza no se da en otro momento que en la entrega de 5 presos, precisamente de Hizbulá, y 200 cadáveres a cambio de los restos de dos soldados hebreos. Estamos hablando de 5 criminales, capaces por ejemplo de aplastar la cabeza de una niña a culatazos de fusil, que Israel ha decidido entregar para cumplir con su deber, que no es otro que el de dar sepultura dignamente a sus caídos. Encontramos –encuentro, habrá quienes aún la nieguen- nobleza en ese hecho. Y en haber conservado los restos del enemigo en vez de humillarlo –como me temo que habrían hecho más de uno de los enemigos de Israel-. Y en ceder a las pretensiones de unos fanáticos para que la angustia de más de 700 días de dos familias tuviese fin.

No creo que sea novedad para los que sigan habitualmente esta sección con nombre de pájaro costero, tanto en los artículos que llevan mi firma como en los debates que en ocasiones se han mantenido en las secciones de comentarios, que mi postura acerca de Israel es totalmente opuesta a la de la mayoría. No veo a Israel como un Estado atacante, ofensivo, extremista y tantos otros adjetivos que se le han aplicado. Podemos estar o no de acuerdo con lo que allí se hace, pero no podemos olvidar que la mayor parte de las ocasiones –por no decir todas- Israel sólo se defiende de los ataques.

Pero claro, aquí sólo nos interesa cuando decimos que se está construyendo “el muro de la vergüenza” para separar a los colonos de los palestinos (realmente la valla de separación sólo tiene un tramo de muro, que va paralelo a una autopista, para impedir la acción de los francotiradores palestinos). No decimos nada acerca de Sderot, ciudad israelí atacada constantemente por cohetes Kassam lanzados desde la Franja de Gaza. Pero es que eso no vende. Sólo vende el poner a Israel como la encarnación de todos los males.

Tampoco decimos nada acerca de la vergonzosa actitud que se está viviendo en Líbano. Se trató de acercarse a la paz con la cesión protagonizada por el Estado hebreo, pero están aprovechándola para mofarse. Para prácticamente dar tratamiento de héroes a cinco criminales vivos y 199 muertos. ¿No hubiera sido mucho mejor optar por la discreción, en vez de provocar a Israel? No, claro. Es que hay que provocar, por si acaso Israel se siente ofendido, ataca, y podemos venderlo como una nueva operación en contra de los pobrecitos palestinos y musulmanes varios.

Menos mal que aún hay quien no se resigna a que las cosas queden desniveladas en el terreno informativo. Por ejemplo, Ángel Casaña, jefe de fotografía de El Mundo, que ha conseguido para su blog una fotografía en la que se ve el homenaje/funeral que se dio a los restos de los 199 cuerpos entregados por Israel. Féretros palestinos y libaneses juntos, entremezclados, con la escena presidida por el retrato –un momento, ¿la religión islámica no prohibía la representación de la figura humana? Nada, como se trata de provocar y ofender a Israel, pues nos lo saltamos a la torera- uno de los fanáticos de Hizbulá muerto por fuego israelí en formato gigante, de varios metros de largo y ancho (parece que al final me llevo bien con la herramienta de administración de imágenes, y podéis verla un poco más abajo).

Dejo una pregunta en el aire, que, si queréis, podéis responder en la sección de comentarios: ¿Qué es mejor? ¿Un país que trata por todos los medios de dar el merecido descanso a los restos de sus soldados y que lo hace en la más estricta de las intimidades –sólo ha trascendido una foto de un abrazo entre Ehud Olmert, presidente israelí, y Karnit Goldwasser, viuda de uno de los soldados-? ¿O un país que se regodea en su extremismo y utiliza a sus muertos para avivar el fuego del rencor y del odio?

Para finalizar con esta parrafada que sólo trata de provocar que abramos los ojos a la realidad, y no sólo a una parte de ella, para impedir que nos tergiversen, para que seamos capaces de saber lo que pasa. Y no sólo versiones manipuladas que tratan de manejarnos. Saber que Israel no es tan malo como lo pintan, ni sus vecinos musulmanes son tan inocentes como parece.

Ah, casi lo olvido. Se llamaban Ehud Goldwasser y Eldad Reguev. Y no atacaron a nadie antes de ser asesinados.

1 comentarios:
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KARNY dijo...
martes, julio 29, 2008 5:38:00 p. m.  

Te parece poco ataque tener invadido un país?
Te parece poco ataque constituirse como estado en un territorio que no es suyo?

Por favor, mira las listas de muertes y también como son los ataques, y también mira si Israel se defiende siempre o no.

También mira como viven en la franja de Gaza y reflexiona, dime si eso no es genocidio o no.
Pregúntale a los enviados de la ONU que están allí para dar COMIDA a los palestinos.

También pregúntate por qué a Hizbulá no se le da credibilidad niguna si lo único que hace es lo mismo que Israel, utilizar sus misiles.

No puede pasar de puntillas un estado que utiliza los métodos y las ideas de EEUU, no pueden pasar de puntillas unos auténticos terroristas como son los integrantes del gobierno israelita.

No es cuestión de ideas, es cuestión de hechos, pero esos hechos en la mano.

Ójala nunca te echen de tu casa, cosa que les pasó a los palestinos

Salud

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