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Seguirán metiéndose en nuestras vidas…

Y descendió de los cielos, miró al hombre y le dijo: no uses condón. Descendió de un avión privado, con unos zapatos ‘manolos’ de 6.000 euros y les dijo a los enfermos de sida del continente más pobre que siguiesen muriendo por la enfermedad porque su Dios así lo comunicó. Y los misioneros católicos, convertidos en herejes como en el siglo XVI, respondieron: no hay ningún problema. Que venga un cardenal de El Vaticano, que yo le dejo mi puesto.
Mientras, en tierras de Franquismo y nacional-catolicismo, las compañías teatrales llamadas cofradías apoyaban una campaña del Partido Conferencia Episcopal Española que manipulaba la realidad. Se seguía construyendo la pequeña dictadura injiriendo en las vidas de los demás. Continuaban imponiendo su dogma a la ciencia, su creencia al ciudadano y sus mentiras a la vía pública. Colocaban a un niño comparándolo con un lince para demostrar que los fetos tienen menos protección que ese animal. Comparaban a un niño de año y medio, cuya madre tendría los riñones partidos si lo parió así, con un lince europeo, que no es el supuesto protegido, sino que deberían haber puesto al lince ibérico de toda la vida.
Hablaban de derecho a la vida, de abortar como crimen… Irrumpen en la vida de una niña violada, en la madre de un feto que será incapaz en el futuro, o de la niña irresponsable que echó un clavo pero que, sin duda, no lo volverá a hacer con el Jonny y mucho menos sin condón en el baño de la Scorpia. Unos no serán creyentes, otros sí. Pero seguramente se pasen el catolicismo por el forro de los cojones si les dicen que son unos asesinos por abortar. Por decidir que no le da la gana tener ese niño, por no arruinarse la vida. Su vida. Mientras, y si no queda claro, siguen metiéndose en la de los demás. De la mía, que además de no ser creyente, no me caen en gracia.

Estos malditos fariseos, que se alargan la vida artificialmente todo lo que pueden en contra de la voluntad de Dios –esto no lo digo yo, lo dicen informes médicos que reveló el diario Público hace días-, que viven en posición de privilegio gracias a Franco y a los gobiernos posteriores, esta empresa privada, quiere dar a entender que los que defendemos el derecho al aborto vamos a obligar a todos a abortar. Que iremos casa por casa, sacaremos a las mujeres por los pelos y las llevaremos al clínico más cercano para que se abran de piernas o de tripa en contra de su voluntad. Precisamente eso es lo que se defiende al pedir que la despenalización se convierta en derecho. Que la democracia florezca, que se tenga la opción: quien quiera abortar con menos de 16 semanas de gestación, que lo haga; quien no lo vea así, no está obligado. Si un derecho está aprobado solo tiene dos vertientes: ejercerlo o no. Esa es una medida realmente democrática y no la que los portadores del lazo blanco quieren imponer.

Es evidente que los que defendemos el derecho al aborto no lo hacemos porque disfrutemos ejerciéndolo, porque gimamos de gozo cuando alguien toma la decisión, no. El aborto es doloroso para todos, es siempre la última opción y como tal, tiene que existir. Lo más triste de todo esto es que ya no solo se manipule, se mienta o se intente imponer, no. Lo peor es que las mentes cerradas, tras 25 años, son más ruidosas que nunca. Y que les demos cancha, y me incluyo, a debatir algo cerrado hace tanto tiempo para conseguir desviar el tema. No es reforma sí o no: es aborto sí o no.

Mientras, ese top-model que dicta y reina en tierras vaticanas, sigue luciéndose en la pasarela como justo indica la presunta palabra de Jesucristo: No a la ostentación de la riqueza, no a la desigualdad y libertad para todos los hombres. Parece que precisamente es solo la Iglesia la que puede llegar a tal opuesta interpretación.

Para ti, en pocas líneas: tertulianos (perdón por generalizar)

No he podido por menos. La otra mañana, mientras hacía ‘los oficios’ en mi humilde morada, os escuchaba ladrar contra aquellos que se oponen a la imposición del llamado Plan Bolonia. Vosotros, ‘conocedores’ de todos los campos del saber, que os da lo mismo ciencia, que economía, que política o sociedad, enseguida asegurasteis que era “una minoría” la parte de la Comunidad Universitaria la que se oponía al Plan Bolonia. Todos os dabais palmaditas en la espalda más anchos que largos en cierta emisora líder, poniendo a caer de un burro a aquel estudiante que se manifiesta y qué casualidad que siempre veis “radicales antisistema” en toda ‘manifa’ en la que se monta. Ya lo dijo uno de esos ‘violentos’: “¿No es acaso violencia imponer algo sin preguntar? ¿En contra de la voluntad de mucha parte de los estudiantes? ¿Echar a trabajadores sin obtener pérdidas?”. No será violencia física, pero es ética, del poderoso contra el que no puede, del autoritarismo contra la impotencia. Y la violencia genera violencia. Pero la que se ve es de los que no pueden más: estudiantes, obreros, indígenas… Y vosotros, tertulianos hijos del dinero y “del centro y la verdad”, os oponéis al humilde. Lo más triste es que muchos os creen. Mentirosos.

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Traidor

Si hay un subgénero cinematográfico especialemente activo en los último años es el thriller de espionaje, y es que el 11-s ha reavivado una temática algo olvidada tras el cese de la Guerra Fría. Son muchas las producciones que han sabido aprovechar el filón de la paranoia de la práctica totalidad de los países occidentales frente a la amenza global del terrorismo islámico. Este es precisamente el caso de Traidor, cinta que ha pasado sin pena ni gloria en Estados Unidos, y lo mismo ocurrirá en el resto del mundo, pero que sin embargo está muy por encima de la calidad media de las películas de espionaje post 11-s. Traidor no innova nada ni desde el punto de vista argumental, ni desde una perspectiva narrativa, pero está contada con mucho más oficio, eficacia y sobre todo modestia que la mayoría de cintas políticas sobre la coyuntura mundial posterior a los atentados del 11 de septiembre. Contiene todos los elementos clásicos: el infiltrado cuya identidad es desconocida para el propio F.B.I, la doble identidad, el espía perseguido por sus propios aliados, la devoción religiosa extrema, el terrorismo como peligro imprevisto global, la sensación de inseguridad perpetua, la paranoia catastrofista...

Poco tiene que ver Traidor, aunque sus tramas compartan numerosos nexos de unión, con la cinta de Ridley Scott estrenada hace sólo unos meses, Red de mentiras (cuya crítica se puede leer en este mismo blog). Si bien el film dirigido por el debutante Jeffrey Nachmanoff introduce varios apuntes políticos aderezados con una visión bastante compasiva del terrorismo islamista en la que dibuja una línea divisoria entre el bien y el mal, la demencia yihadista y la "heroica" labor de los servicios de inteligencia occidentales, bastante difusa (sin cargar las críticas contra nadie, o si se prefiere, cargandolas contra todo el mundo), no se trata ni mucho menos de una película denuncia o de una sesuda digresión sobre el conflicto entre civilizaciones (esto último era lo que pretendía la cinta protagonizada por Leonardo DiCaprio, la cual fracaso estrepitosamente en ese sentido), sino de puro cine espectáculo, narrado sin estridencias y con clasicismo, sin giros argumentales imposibles, salvo su magistral final, y con un clasicismo poco visto en los últimos tiempos de desaforada inventiva. Quizá las breves y escasas escenas de acción flojean un poco, en parte porque beben demasiado del estilo cámara en mano puesto de moda acertadamente por la saga Bourne, pero que en Traidor resultan bastante confusas y anticlimáticas.

Traidor no aporta nada original, salvo el hecho de que el espía protagonista sea un musulman tan devoto como los terroristas a los que pretende detener, detalle que confiere de cierta complejidad a una película que nunca va de importante o trascendental, sino de perfecto divertimento para una aburrida tarde de domingo. Es su falta de pretensiones, su contención narrativa y dramática, el excelente trabajo del actor protagonista, un Don Cheadle capaz de dar, gracias a su intensísima mirada, una dimensión mayor a su personaje de la que tenía sobre el papel, lo que nos hace olvidar los numerosos, pero nunca definitivos, defectos y tópicos que acumula la cinta. Especialmente rocambolesca es la imagen que los norteamericanos tienen de España y que queda reflejada en el episodio posterior al atentado que tiene lugar en Marbella, tras el cual se muestran las supuestas instalaciones de nuestros servicios secretos. Una vez más y van..., se demuestra que no nos toman por un país europeo, sino por un lugar perdido en Sudamérica. Si se perdonan estos fallos, el espectador podrá disfrutar de una de las películas más entretenidas e inmediatamente olvidables de la cartelera. Los que quieran ver un mucho más profundo análisis del estado de las cosas a escala global, que ven la muy superior, pero infinitamente mas aburrida, Syriana, y los que deseen aunar epectáculo del bueno y una excelente crítica de un mundo que enloquece por momentos que ven la saga Bourne, especialmente la última entrega, el thriller de espionaje definitivo.

Lo mejor: su falta de pretensiones, su final y el trabajo de todos sus actores, con mención especial al siempre firmidable Don Cheadle.
Lo peor: no aporta nada al género, sus escenas de acción y sus numerosos tópicos.



Y esta semana no voy a recomendar ninguna película porque por razones ajenas a mi voluntad no tengo tiempo, así que simplemente me despido hasta la semana que viene desaconsejando la última, tediosa, falsa y hueca película de Almodovar, Los abrazos rotos.


ADIVINA QUIÉN OPINA ESTA NOCHE

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Hola lectores de Diario de Periodismo. Ya era hora de que se asomara Adivina quién opina esta noche a los jueves de este blog. Hoy os trasladamos un tema que ha suscitado mucha polémica en todas las tertulias de radio, debates de televisión y columnas de opinión de los periódicos nacionales e internacionales: la decisión de la ministra Carme Chacón de retirar las tropas españolas en Kosovo.

Vídeo

Para ello y como no podía ser de otra forma contamos con las opiniones de dos de nuestros redactores.

OPINIÓN DE...

La decisión de Carme Chacón es, a mi juicio, acertada, ya que en primer lugar España no reconoce a Kosovo como Estado independiente, con lo cual es una razón de peso para que las tropas no estén ahí. En segundo lugar, creo que es un ‘minipaso’, a pesar de que sea involuntario, de decir “aquí está España” aunque sigamos siendo parte de esa fuerza imperialista llamada OTAN. La estancia de tropas en los Estados pueden mejorar condiciones –o no, (Afganistán)-, pero el objetivo principal es favorecer las relaciones comerciales de los países ricos. Si no, ¿por qué hay tan pocas tropas en África?

OPINIÓN DE...

Considero que la retirada de las tropas militares españolas de Kosovo es algo esperado, ya que el Gobierno así lo había anunciado y, por tanto, algún día tendría que llegar. No obstante, encuentro que se ha hecho de una forma precipitada, de repente, sin informar a la opinión pública con anterioridad de que en tal fecha se iba a producir ese repliegue. Da la sensación de que se quisiera dar algún golpe de efecto, o que la ministra Chacón haya querido hacer valer que es la favorita de Zapatero frente al gris Moratinos. En cualquier caso, considero que este tema, hoy por hoy, no importa lo más mínimo al ciudadano de a pie, que bastante tiene con hacer cuentas día sí y día también para llegar a fin de mes o para no quedarse sin trabajo. A mí me da igual que haya tropas en Kosovo o en Tayikistán; por mí como si envían a todos los militares a darse tiros unos a otros en la isla Perejil. Yo sólo quiero que el Gobierno deje de dar dinero a los bancos para que éstos lo inviertan en aumentar las primas de sus directivos, y que las empresas dejen de aprovechar la actual coyuntura para reducir sus plantillas de forma alevosa.

¿A quién pertenecen estas opiniones?.

Bueno, como observáis, uno de nuestros comentaristas se ha extendido un poco y eso no es lo habitual, pero lo vamos a dejar pasar por esta vez ya que lo ha pedido explícitamente.

El jueves que viene recordad que tenéis una cita en Diario de Periodismo. ¡Hasta luego!

La Máquina del Tiempo

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13 de febrero de 1836. Una noche fría en la ciudad de Madrid. Dolores Armijo se dirige al número tres de la calle Santa Clara. Allí se encuentra con un joven con apariencia de dandi. Viste una levita de paño azul con cuello negro y una camisa de hilo de Filipinas.

Al ver a su amada el joven sonríe, pero pronto su sonrisa se torna en desesperación cuando ésta le reclama unas cartas comprometedoras, lo que significa su ruptura definitiva.

Una vez solo se dirige al espejo, contempla durante un instante su rostro y se dispara un tiro en la cabeza. El 24 de marzo de 2009 se cumplieron 200 años del nacimiento de una de las mentes más lúcidas que han existido en España, Mariano José de Larra.

Larra pese a su corta vida, no llego a cumplir la treintena, fue uno de los escritores más prolíferos de su tiempo, se convirtió en representante del romanticismo en España y su labor periodística estuvo encaminadas a que los españoles hicieran una reflexión colectiva sobre si mismos. Denunció la situación de una España atrasada, rancia y de antiguas costumbres, en la que el tiempo parecía haberse detenido y el progreso era tan solo un desconocido. Una España agraria de hambre y miseria, de guerras y bandoleros.

Vida y personalidad

Mariano José de Larra nació en Madrid el 24 de marzo de 1809, en el seno de una familia acomodada. Su padre fue Don Mariano de Larra y Langelot, médico afrancesado que ejerció como tal para José Bonaparte. Debido a este motivo Larra tuvo que viajar a Francia con tan solo cuatro años.

Pronto volvió a España, gracias a la amnistía de Fernando VII, donde comenzó sus estudios universitarios, primero en Madrid y luego en Valladolid. En un principio estudió la carrera de medicina que abandonó por las leyes. No terminó ninguna de las dos porque su principal vocación fue desde siempre la política y el periodismo.

Con la muerte de Fernando VII se abrió un tiempo de mayor libertad de imprenta lo que permitió a escritores y periodistas publicar artículos de carácter político. Larra solo contemplaba una camino para erradicar los males enquistados que sufría España: modernizarse, europeizarse, y ante todo, culturizarse. Fue pionero en la reivindicación de la educación como asignatura pendiente de la sociedad, lo que fue reconocido por los integrantes de la Generación del 98. Batalló con sus escritos contra una sociedad corrupta y deshecha, con el fin de cambiarla, y acabó desertando.

Según un amigo de Larra, el escritor Mariano Roca de Togores " Cada uno de esos artículos que el público lee con carcajadas eran otros tantos gemidos de desesperación que lanzaba a una sociedad corrompida y estúpida que no sabía comprenderle".

La personalidad del polifacético autor se caracteriza principalmente por el escepticismo y el inconformismo, era introvertido y enamoradizo, Larra era sentimental, apasionado y muy expresivo. Tenía unos cambios de humor que le convertían en una persona bipolar, capaz de pasar de la alegría y la euforia a la tristeza y la melancolía en tan solo un instante.

Trayectoria Periodística

Larra participó en las principales publicaciones periodísticas de su época. En el siglo XIX se desarrollaron los diarios en España y alcanzaron gran importancia política y social, empezaron a convertirse desde las Cortes de Cádiz en portadores y difusores de las ideas políticas, a falta de un parlamento en el que estas ideas fueran discutidas.

El género predominante de la época fue sin duda el artículo de opinión, los periódicos más que de informar se encargaban de defender una tendencia política o a un partido político en concreto. Larra comenzó su labor periodística en El Duende Satírico del día, allá por 1828, se trataba de una publicación muy crítica con las costumbres de la época. Otra de las publicaciones satíricas en las que escribió Larra fue en El Pobrecito Hablador. También destaca su faceta como crítico teatral en la Revista Española y tras pasar por otras publicaciones como El observador y la Revista Mensajero alcanzó su mayor popularidad en el periódico El Español ,en 1836.

Entre sus artículos mas importantes destacan "El casarse pronto y mal", El castellano viejo"o "Vuelva usted mañana", entre otros muchos. Todos ellos esconden una aguda ironía y una ácida crítica a las malas costumbres de la sociedad española.

Menos conocida es su obra literaria, la que le convirtió en un representante del romanticismo. Destacan obras como " Macías": Drama histórico que muestra el amor contrariado por el destino, que lleva a la muerte o " El doncel de don Enrique el Doliente": Novela histórica ambientada en la Edad Media, según la costumbre romántica. También escribió numerosas obras poéticas.

Desengaños amorosos

En 1825 Larra tuvo su primer contacto con el amor, conoció a una mujer de mayor edad a la cual idealizó y tomó como perfecto modelo de dama, su idolatría hacia esta mujer duró hasta que descubrió que era la amante de su padre.

A los veinte años de Edad se casó con Pepita Wetoret y Velasco, este matrimonio fue un fracaso y se rompió cinco años después, tiempo en que Larra tuvo tres hijos. Su labor como crítico teatral le ayudo a conocer mujeres del mundo de las artes escénicas como la actriz y cantante Grissi. Pero sin duda la mujer que le causó mayor impacto fue Dolores Armijo, mujer casada de gran belleza. Ambos mantuvieron una relación sentimental y la ruptura de ésta fue uno de los detonantes del suicidio de Larra.

Su muerte

Decepcionado por el truncamiento de su carrera política ( Larra consiguió ser diputado por Ávila pero un pronunciamiento militar le impidió ejercer el cargo), el cansancio y desesperación por la situación del país y el rechazo de Dolores Armijo, su gran amada, fueron los detonantes de que Larra decidiera quitarse la vida. El suicidio, como para muchos otros románticos, fue la solución elegida por el poeta para acabar con una vida vacía, con un mundo en el que no podía ser feliz.

El mañana dejó de existir para Larra aquel día frío de febrero. Tal fue la conmoción que causó la noticia de su muerte entre sus coetáneos, amigos y rivales políticos que incluso la Iglesia, ante la insistencia de la corriente liberal, autorizó el entierro de un suicida en suelo sagrado.

Su entierro fue multitudinario ya que era una persona de gran fama a nivel nacional, en pleno sepelio un joven José Zorrilla le dedicó unos versos que conmocionaron a los allí congregados: " Miro en el tiempo el porvenir vació, vació ya de sueños y de gloria". Destacan también los versos que escribió poco antes de suicidarse en los que presagiaba su final:

"Quise refugiarme en mi propio corazón, lleno no ha mucho de vida, de ilusiones, de deseos. ¡Santo Cielo! También otro cementerio. Mi corazón no es más que otro sepulcro"

La pluma del genio se secó para siempre, pero su legado y su espíritu inquieto hicieron que a día de hoy siga siendo un referente y un modelo para todos.

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Lo que no se debe contar a la gente. Por si acaso…

Me decía Ángel Muñoz, redactor de este blog, con buen criterio, que Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida y dirigente del PCE, había venido a Valladolid a predicar en el desierto. Qué razón tiene. Dos fotógrafos, seguramente de alguna agencia de noticias, y El Mundo de Castilla y León se hicieron el mayor eco de la noticia. Ninguna cámara de televisión acudió a recoger los totales para incluirlos en el informativo –me refiero al contenido, no al continente-, ni siquiera la nueva Televisión Castilla y León se pasó a dar una vuelta, seguramente ocupada en preparar su primera gran entrevista a Juan Vicente Herrera.

Cayo Lara dijo algo muy claro: existe una distorsión de la realidad en los medios. Lejos de lo que se insiste desde los grandes defensores de la ‘entrañable’ libertad de prensa, la pluralidad mediática es un mito. Todo es lo mismo.

Un ejemplo, por citar alguno, es la gran cobertura que tienen aquellos que fomentan más neoliberalismo a esta crisis creada por el actual sistema económico. Fernando Fernández, rector de la Universidad Nebrija y comentarista de la Cadena Ser y Telemadrid, se regodea pidiendo más valor político para que se abarate el despido –eso que llaman flexibilidad laboral- y la bajada en el gravamen del Impuesto de Sociedades de las grandes empresas (todavía quieren favorecerlas más de lo que ya hace ZP). Todos asienten: el PPSOE, uno grande y libre. Firmes defensores del fracaso, de los bancos, de la patronal, todavía hay muchos que se tragan eso de “la defensa del trabajador”. (Muchos socialistas de toda la vida aún creen que Zapatero y su cúpula son socialistas y obreros, pero en realidad son capitalistas y pro banqueros. No tengan ninguna duda. El PP, ustedes y yo sabemos quienes son porque, en realidad, son bastante más honestos y no se visten de lo que no son).

Sin embargo y volviendo a aquellas tertulias, ahí no había nadie que defendiese el empleo de derecho, que se opusiese a la precariedad pretendida y real, que mediase por, al menos, recuperar el impuesto que pagaban las grandes empresas hace varios años –también insuficiente-, las medidas de un gobierno fuerte que atase de pies y manos al empresario que no obtiene pérdidas, sino reducción de beneficios. Nadie decía que eran las PYMES las necesarias del dinero y no los bancos, nadie argumentaba que esos ladrones de las bolsas de basura repletas de dinero deberían pasar en la cárcel mínimo 20 años. Todo estaba vendido, absolutamente nadie pedía la nacionalización de la banca, ni de los sectores estratégicos de la energía, ni el refuerzo de indemnizaciones por despido, ni un empleo público fuerte, nada. No me digan que no hay nadie que defienda aquello.

Sin embargo, sí lo hacía Cayo Lara en Valladolid, en Málaga, en Madrid, en Valencia…predicando en el desierto. Sin contar nada para nadie, sin que un mísero medio plural lo escuche, porque, como decía él, ellos tienen una alternativa distinta a lo que se aplica hoy, pretenden unas medidas de ayuda al trabajador, que, hasta el momento, creo que es clase mayoritaria en la sociedad española. Pero no. Aquí quien tiene voz y voto es el adinerado, el empresario, el periodista vendido al mejor postor, hijos de los que dicen que en el centro se está bien –porque trago de todos los lados- pero que realmente están a la derecha de Gengis Kahn, como decía Fede, y aquellos “izquierdistas” íntimos de la banca.

Por eso, Cayo Lara predicaba en el desierto. Porque los afines ya conocen lo que hay, son muchos años de lucha por un mundo más justo. Parece ser que no interesa.

Lara llama a la movilización social frente a la idiotización existente en los sindicatos, sí. Pero también al préstamo sin intereses a las pequeñas empresas, la creación de empleo público sobre todo en el Poder Judicial, la financiación autonómica para que las Comunidades presten dinero a los trabajadores y pequeños empresarios, la regulación del sector agrario y ganadero para fijar un precio mínimo en los productos para no engordar diferencias tipo burbuja inmobiliaria a favor de las grandes cadenas de supermercados y, al hilo de esto, sacar adelante las más de un millón de casas vacías a precio real en un país donde aumentan los desahucios y la indigencia. Por supuesto, vigilar exhaustivamente a aquellos mequetrefes que se llevan las perras a lo Mario Conde a los paraísos fiscales, “ladrones de guante blanco” como dice Cayo, criminales en toda regla que, en vez de pedir responsabilidades penales, se les da una palmadita en la espalda y se les llena la saca para que se saneen, como ha hecho Zapatero –él lo llama comprar activos tóxicos, es decir, pongo la excusa de que te compro un balón picado pero te pago 5.000 millones de euros-. Es un avance en el denominado Socialismo del siglo XXI, esta vez en España y con 6 puntos del PIB, 61.000 millones de euros con pequeños riesgos para crear casi dos millones de empleos. ¿Son ideas descabelladas a corto plazo? ¿Es ilegítimo apoyar al trabajador? ¿Es malo que la izquierda proponga ante el estrepitoso fracaso del sistema global capitalista? Ante esto, saquen las mordazas y aislémoslos, no sea que la cosa les vaya bien.

Para ti, en pocas líneas: Cayo Lara

A pesar de que la cosa está chunga, no te acojones. Más de 2.000 actos programados, tan heroico como cuando te ibas en motocicleta a hacer campaña por Castilla-La Mancha. Es la mala suerte de las personas trabajadoras: no se las ve, no se las oye, no se las siente y si se puede, se las riñe, para que no sobresalgan demasiado. Sin embargo, las piernas en el sofá de Rajoy, Pepiño o la Pajín protagonizando telenovelas salen más en la tele que tu propuesta política firme. Es la suerte de aquellos bagazos que hacen que están pero que realmente no hacen nada, que los ves ahí, quejándose de la ‘explotación’ que sufren –en realidad son los más pelotas- y, un gran grupo de gente, se acerca a decirle: ea, ea. Sin embargo los que luchan, los que cumplen con eficacia y reivindican sus derechos son los llorones que no caen en gracia, que no merecen la pena, como quieren hacer contigo y tu partido. Pero tranquilo, entre tú y yo sabemos que todo es mentira. Y que se pilla antes a un Pepiño que a un cojo.

CHINCHETAS EN EL MAPA

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Hola,


Ha pasado una semana más y aquí seguimos, dispuestos a retomar la sección allá donde la dejamos. Y hoy, está bien claro que la chincheta cae sobre


LOGROÑO (y 2)
1 de noviembre de 2006



Concatedral de Santa María la Redonda y calle Portales de Logroño. Foto: http://www.panoramio.com/photo/18772437. Autor: Joaquín Vilas.


Había logrado aparcar en una zona céntrica de Logroño. Ya sólo tenía que llegar, con mis bártulos a cuestas, hasta el hostal donde me iba a alojar. Estaba ubicado en la calle Portales, la vía principal del casco antiguo. Se trata de un eje que cruza de forma transversal el centro histórico de la ciudad; se puede perfectamente venir andando desde Zaragoza, entrar por un extremo, salir por el otro y seguir caminando hacia Burgos. Este dato tan curioso, a mi juicio, imprime a Logroño un carácter de ciudad de paso, de tránsito, de parada en el camino. O en el Camino (de Santiago), aunque la ruta jacobea entra en la ciudad por otro sitio. Aún a día de hoy, la calle Portales sigue plagada de comercios de los llamados tradicionales, otro dato que creo que reafirma esa seña de identidad.

Eran las 17.30 de un día festivo nublado y la calle estaba prácticamente vacía. La encontré muy fácilmente; Logroño es una ciudad que se ha expandido desde su casco antiguo en todas direcciones (excepto al norte, donde está el Ebro), por lo que para llegar hasta la parte histórica sólo hay que ir p'adentro, p'adentro. El centro es en toda regla el cogollo de la ciudad, un pequeño núcleo de calles muy compacto, con una forma casi almendrada, cruzado, como decía, por el eje de Portales. A esa vía da también la concatedral de Santa María la Redonda, y enfrente suyo, el hostal que yo buscaba.

La moza que me atendió en la recepción, al ver mi lugar de residencia en mi DNI, me preguntó si vivía cerca de Torrevieja; al decirle que no, que vivía en la zona de montaña de Alicante, cerca de Alcoy, me miró como si no supiera ir de Logroño a Villamediana de Iregua... Reafirmé esta teoría cuando le pregunté por el cajero automático más próximo y me respondió: "En El Espolón hay muchos". "Vale, pero hace diez minutos que he llegado a Logroño y no sé ir hasta El Espolón". "Ah, pues no sé; está por aquí al lado, pero no sé decirte cómo llegar". Amigos, semejante alma de cántaro era incapaz de decirme que, para ir hasta El Espolón, sólo tenía que volver hasta el principio de la calle Portales y girar a la derecha, hasta llegar al final de la calle Muro del Carmen. Menos de cinco minutos a pie. Esta mocetona riojana, si tiene coche, más vale que lleve GPS encima, porque si no, se pierde sin salir de su garaje.

El Espolón es quizá la mayor plaza de Logroño, en cuyo ajardinado centro está la célebre estatua ecuestre del general Espartero, ésa que dio origen a la antológica frase que elogia los atributos del equino y, por extensión, los atributos masculinos. Si yo tuviera los cojones más gordos que el caballo de Espartero visitaría un urólogo, por saber el origen de la inflamación, pero como lo que importa es el funcionamiento y no el tamaño, contemplé un poco la estatua, saqué dinero y volví hacia el hostal a descansar un poco. Me había citado con mi amigo logroñés a las ocho de la tarde, así que aún faltaba un rato.

Al salir del hostal, hacia las 19.45, la calle Portales ofrecía un aspecto totalmente distinto. Estaba llena de gente paseando; de todas las edades, en parejas, grupos o incluso en solitario. El sonido de las conversaciones animaba el ambiente urbano. Juan Antonio Bardem escogió este lugar como escenario exterior de su película Calle Mayor y, efectivamente, Portales se mostraba en ese momento como la verdadera calle mayor de Logroño, aunque en la ciudad haya otra que lleva en realidad ese nombre.

Era muy muy agradable pasear por allí, así que iba despacio, con tranquilidad, escuchando con atención el acento de las gentes del lugar. El habla característicamente norteña de Logroño guarda muy poca relación con mis dejes mediterráneos, salpicados además de influencias andaluzas, por lo que me llamaba mucho la atención. Aparte, como aún no conocía físicamente a mi amigo riojano, creía estar oyéndolo por todas partes. Nos habíamos citado en la esquina de la calle Portales con la de Sagasta, esta última eje longitudinal del casco antiguo, abierta en torno a finales del siglo XIX.

"¿Antonio?", "Sí, ¿y tú Diego?", "Sí, soy yo", "Encantado, pues", "Lo mismo digo". Apretón de manos e inicio instantáneo de conversación. Es lo que tienen los congresos de Historia... Entras en contacto a posteriori con gente a la que no has llegado a conocer en persona en pleno sarao. Pero en esta ocasión sí se dio la oportunidad de compartir puntos de vista cara a cara. Claro que los puntos de vista se comparten mejor en compañía de un buen vinito, así que Diego hizo de excelente anfitrión por Logroño y me llevó a la calle Laurel, donde se concentran los selectos baretos donde puedes inflarte a vinos, mostos, cervezas y demás, acompañadas de sus correspondientes tapas, por un módico precio.

Una gran toma de contacto con la ciudad y con el congreso de Historia que comenzaba al día siguiente, puesto que en aquella ruta jaranera nos acompañaron un amigo de Diego y otras cuantas personas más que también participaban en este evento académico. La noche estuvo bastante bien, de bar en bar, de vino en vino, de tapa en tapa, aunque retirándonos a una hora prudente porque al día siguiente había que madrugar. Pero fue sólo el inicio de cuatro días donde la adquisición de conocimientos y la vida social y jaranera mostraron una casi perfecta simbiosis. Qué juergas me di, cuántos vinos me tomé (y cuántos mostos, para no maltratar mucho a mi delicado estómago) y cuánta gente maja conocí. Lo mejor de todo esto, de allí quedó un muy buen amigo.

Pero, aún por encima de eso, cómo aquellos cuatro días, más el quinto de vuelta hacia casa, con escala en Zaragoza amén de otras breves paradas, me oxigenaron, me sirvieron para respirar en una época personal bastante convulsa. Aquella vez sí que pude gritar bien fuerte "¡¡Que me quiten lo viajao!!". Por ello, casi dos años y medio después, Logroño sigue siendo de esos lugares que cada vez que se recuerdan es imposible no echarse una sonrisa. Y, por extensión, toda La Rioja. Que así siga siendo.

Por mi parte, nada más por hoy. La semana que viene, más si puede ser.

Saludos y hasta la próxima.

20 de marzo de 2009

Con la mochila a cuestas

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Tras haber recorrido la pasada semana Ávila, con sus piedras y murallas incluida, esta semana vamos a seguir sin salir de España, y la mochila la prepararemos para ir rumbo al norte, a visitar…

Oviedo

La ciudad que es capital de Asturias, y donde sus habitantes son conocidos como ‘carbayones’, por un motivo que ya tendremos tiempo de explicar más adelante, ya que será una de las paradas de nuestro recorrido por la que también se conoce en asturiano como Uviéu. Viene bien hacer esta distinción, ya que este vuestro guía os podría haber dicho de ir a Oviedo sin pisar necesariamente Asturias, ya que hay ciudades con este nombre en México –por partida doble, además-, Paraguay, República Dominicana y Estados Unidos. Casi nada.

Sus orígenes se sitúan en época de la Reconquista, cuando el rey Fruela la fundó sobre la colina que los romanos llamaban Ovetao. Esta época histórica tuvo una gran importancia, ya que desde que en 812 se descubriese la tumba del apóstol Santiago y Alfonso II, rey de Asturias que había trasladado la capital a Oviedo desde Cangas de Onís, fuese el primer peregrino, el Camino tendría una enorme importancia en el desarrollo de la ciudad. El avance de la Reconquista hizo que en el siglo X la capital cristiana se trasladase a León, pero gracias a los contactos que había con la corte del francés Carlomagno, los peregrinos seguían yendo a Compostela a través de la ciudad asturiana, lo que la mantuvo con una gran importancia. Incluso en la actualidad el Camino del Norte sigue teniendo paso obligado por Oviedo.

Al igual que en el caso de otras muchas ciudades españolas, un incendio fue clave en la historia ovetense, ya que en 1521 la ciudad quedó arrasada por el fuego, lo que permitió levantarla de nuevo con un trazado más modernizado y racional. Por entonces apenas 8.000 personas vivían dentro de las murallas de Oviedo, aunque poco a poco iba consiguiendo un mayor prestigio e importancia.

El siglo XIX fue clave para la ciudad, ya que en 1808 se sumó una semana después de Madrid a la lucha contra el francés, tras haber estado sometida durante un año. El comercio impulsaría en gran medida la ciudad, principalmente gracias a la privilegiada ubicación de la que goza, a medio camino entre las cuencas mineras asturianas y puertos como los de Gijón o Avilés. Especial importancia tenía la calle Uría, donde se encontraban una de cada tres tiendas de la ciudad.

Por esta época, con la llegada del ferrocarril, hubo necesidad de modernizar la urbe ovetense, para lo cual se planificó el ensanche. En la mencionada calle Uría se encontraba ‘El Carbayón’, un gran roble con unos seis siglos de antigüedad, que daba –y da- nombre a los habitantes de Oviedo, y que fue talado en 1879 para poder dar un trazado rectilíneo a esta arteria de la ciudad.

Dejando ya un poco de lado la historia, una vez llegados al principal siglo de Oviedo, como es el XIX –La Regenta de Clarín, si me permitís el apunte literario, está ambientada en Vetusta, que se dice que es el nombre que Leopoldo Alas le dio a la ciudad para su obra-, permitidme que os recomiende una serie de imprescindibles para visitar.

El primero de todos, sin duda alguna, es la catedral de la ciudad, que cuenta con muchísima historia a sus espaldas. En 1936 Oviedo fue la única ciudad de la fachada cantábrica que quedó en manos de los sublevados, y durante más de tres meses fue sitiada por milicianos y tropas republicanas. La torre de la Catedral, como podéis ver en la foto, quedó muy dañada por los impactos de los obuses y la metralla, aunque como también observaréis, en la actualidad ha quedado totalmente restaurada. Una visita que es prácticamente obligada.



Al igual que lo es el Teatro Campoamor, conocido a lo largo y ancho de la geografía por ser la sede donde se entregan cada año los premios Príncipe de Asturias. Actualmente, en su parte trasera, se encuentra un roble que sustituye al desaparecido ‘Carbayón’, así como a otro que se plantó en 1950, ‘El Carbayín’, y que apenas duró unos años.

En general, y para no extenderme en demasía, os diré que Oviedo es una ciudad en la que se pueden hacer muchas cosas. Se come bien –faltaba más, siendo Asturias- hay buena sidra, y buenos recorridos, tanto monumentales como nocturnos, que se ofrecen al visitante y que pueden haceros pasar un buen rato.

La semana que viene, ¿quién sabe dónde nos llevarán nuestros pasos?

Feliz semana.

¡Dentro vídeo carbayón!

La Máquina del Tiempo

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El Stanbrook

El Stanbrook fue un buque carbonero inglés, de 1383 toneladas, de dimensiones 230,1 × 34 pies (70,1 × 10,4 m) y una velocidad máxima de 12 nudos.



Estas característica no lo hacen diferente de otros barcos de este tipo, lo que le hace diferente es que se convirtió en protagonista de la historia hace 70 años.

El 28 de marzo de 1939, el Stanbrook, último barco de la zona republicana zarpaba desde el puerto de Alicante. Lleno hasta la bandera y con 2638 pasajeros a bordo, la nave puso rumbo al puerto de Orán. Gracias al capitán del barco, el inglés Dickson casi 3000 exiliados españoles pudieron salvarse de la represión franquista.

El puerto de Alicante fue por esos días un hervidero de gente desesperada y desesperanzada por la inminente caída de la República. Allí se reunieron entre 15.000 y 20.000 personas, hombres, mujeres, ancianos y niños con maletas en las que guardar sus últimas pertenencias antes de que la vorágine franquista y revanchista se hiciera con ellas. Entre esta multitud se encontraban desde campesinos, maestros, cargos públicos hasta militares en derrota, es decir representantes de todo el espectro republicano español.

A toda esta gente Franco les había hecho creer que permitiría la salida de exiliados, pero en realidad había convertido el puerto de Alicante en una auténtica ratonera, en una cruel trampa. El Puerto de Alicante estaba bloqueado por la Armada Franquista, submarinos de Musssolini y la aviación nazi, lo que hacía imposible el acceso de navieros internacionales. Algunos de estos navieros habían contratado los viajes con el gobierno de la República pero el bloqueo impidió que se llevaran a cabo.

Fue el Stanbrook, un viejo cabornero inglés, gobernado por un hombre valiente, el capitán Dickson, el único que se atrevió a burlar a todo este contingente. Dickson se apiadó de estas personas.

Dickson logró zarpar con cerca de 3000 personas a bordo, el buque excedía de su capacidad, lo que le obligó a navegar escorado y por debajo de la línea de flotación, en medio de bombardeos.

La travesía culminó cuando el buque consiguió llegar a Orán, en la costa mediterránea de Argelia, en un primer momento las autoridades del lugar no permitieron al buque tomar puerto. Posteriormente tras las amenazas de Dickson que dijo, que si no le dejaban atracarlo estallaría el barco contra los muelles, finalmente consiguió tomar tierra.

Una vez desembarcaron los cerca de 3000 pasajeros acabaron en campos de Concentración de Argelia, pero tras la II Guerra Mundial la mayoría de ellos sobrevivieron y consiguieron su libertad.

La suerte del Stanbrook fue finalmente trágica. Solo unos meses después de su heroico viaje fue hundido por el torpedo de un submarino alemán. En el Hundimiento murió el capitán Dickson y en los campos de concentración donde se encontraban los exilados españoles se guardó un minuto de silencio.

Alicante fue el último territorio español donde ondeó la bandera tricolor. Allí muchos alicantinos socorrieron a los que tuvieron que quedarse en España, en esa nueva España franquista, nacida a partir de la muerte y la destrucción, de la imposición y de la intolerancia. La España que había vivido el genocidio entre hermanos.

A juicio del madrileño Rafael Torres, autor del libro Los náufragos del Stanbrook , "Tan náufragos son los que se van, porque el exilio es una suerte de muerte, como los que se quedan en la España de la victoria, que no les reconoce como sus hijos".

Otros libros sobre el tema:

- Antonio marco de botella. La Odisea del Stanbrook

- Francisco Escudero Galante. El pasajero 2058


LA VUELTA AL MANDO CAP 17

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LLEGA A VALLADOLID SEMINCI TV
La mejor noticia que podíamos leer los seguidores de la ficción televisiva. LA SEMANA DE CINE DE VALLADOLID duplicará su presencia en la ciudad con la creación de SEMINCI TV, un festival dedicado a la ficción para televisión. Se emitirán TV-MOVIES y MINISERIES como "23F" o “Días sin Luz”, además de ofrecer en exclusiva los capítulos “PILOTO” de series de estreno.
La primera edición de este festival tendrá lugar en Valladolid del 20 al 26 de junio de 2009 y en él no faltarán los famosos y la alfombra roja.
CUATRO COMPRA PERDIDOS
Los seguidores de la serie PERDIDOS estamos de enhorabuena ya que Cuatroº ha comprado íntegramente la serie para emitirla muy pronto. La cadena del grupo PRISA lanzó un gancho el pasado martes entre capítulo y capítulo de HOUSE.








La 4ª temporada (no emitida en abierto en España), la 5ª (emitiéndose en EEUU) y la 6ª (se estrenará en 2010) serán emitidas por cuatroº en prime time, pero las 3 primeras temporadas están pendientes de ubicación, aunque el horario que más suena es de LUNES A VIERNES de 20:00 a 21:00.
Para los que aún no hayan visto la serie, este es el mejor momento para engancharse a ella. Aquí dos promos.















TELEVISIÓN DE CASTILLA Y LEON


“La 7” y “La 8” de Castilla y león llevan poco más de una semana en el aire y en DiarioDePeridismo y en diferentes foros de la red, los castellano y leoneses han mostrado sus opiniones. ¿Quieres leerlas? Estas son algunas de ellas.

FORMULATV.COM
NOTICIA
MEDAUNTELELE
“Para empezar hoy, el estreno de los informativos ha estado bien. El plató, las cabeceras, el grafismo y la sintonía están bastante bien y acordes. La única pega que le pongo y que tienen que mejorar es la información meteorológica. Han mostrado el mapa con soles, sin nombres de provincias ni nada y prácticamente solo han hecho hincapié en los grafismos de temperaturas en las provincias. Me ha parecido una información sobre el Tiempo muy pobre.”

TARARI_QUE_TE_VI
“A ver si conseguimos tener una televisión autonómica decente. ¡Y que emitan los partidos de segunda del Salamanca y del Numancia! ¡HALA UNIÓN!”

WILLIFOG
“A ver si sacan los datos de audiencia diarios de Cyl 7 y Cyl 8”

MUNDOPLUS.TV
FORO

NATALBEN
"Se dice que prepararán un castilla y leon directo...¿ es cierto ? ya puestos, no estaria nada mal Sustituir el telediario matinal d las 7.30 por un "buenos dias castilla y leon" estilo telemadrid, que creo recordar ya se intento hacer en canal29 presentado por jose manuel negro"
lhp_minardi
"Bueno, primera semana de CyLtv y ya puedo sacar las primeras conclusiones como telespectador. Lo primero, y, sinceramente lo que más me ha gustado, han sido los informativos fin de semana; mucha cultura, información nacional e internacional contando lo básico, y bastantes deportes (hay que tener en cuenta que en fin de semana no hay apenas movimiento político), creo que han estado a la altura. Por otra parte, y sin salirme de los informativos de fin de semana; espectacular Alma Trabajos, esa chica me encanta; es supernatural, muy expresiva y muy cercana al espectador; y bueno, también me he reído un poco con ella esta noche, cuando el chico de deportes ha terminado, y con el plano abierto al plató Alma le ha soltado un espontáneo: "te dejamos ya que descanses y que bebas un poco de agua"; es única".
SOLO PARA FANÁTICOS DE LAS SERIES: CURIOSIDADES

La semana que viene más información en LA VUELTA AL MANDO EN 80 VIDEOS

reflexiones a pilot rojo

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La vida os da igual

Escuchad, sentid, mentid. ¡Resignaos, maldita sea! Dejad ya de rugir versículos que no son díscolos, sino crueles. Vosotros oís, lo asimiláis y después, engañáis. No tenéis ninguna orden, ninguna circular divina que baje de los cielos y se apoye en vuestros hombros. No conocéis a Dios, pero seguro que es lo que os hace ser contenedores de toda la rabia. Guardianes de cripta, estiércol hepático del abono rural, algo huele a podrido en Dinamarca, amigos.

Abro la puerta: hay vida. La vuestra: muerte en la propia vida. Ningún evangelio podrá detener la sospecha de que sois una agraciada y talentosa compañía teatral. Morís de vino, vivís de odio y pintáis la fachada de paz, tranquilidad y buenas palabras. Sin embargo acuchillasteis con alevosía a aquellos que apenas les quedaba un poco de aliento para cubrir mandatos que a veces aparecían en vuestras ‘buenas palabras’. Aquellos que se arrancaban la piel a tiras para ofrecérsela a quienes sangraban de miedo y dolor. De lejos se convirtió cuanto menos en sospechoso aquel juicio sumarísimo que celebrasteis en lo más profundo del infierno. Entonces comprendí que todo era una conspiración…que todo era mentira.

La vida os da igual. Os escudáis en palabras que nadie ha pronunciado, que nadie ha visto escribir con ningún puño y ninguna letra estilosa. Os importa más mantener dorados ropajes que, a medida que los inviernos pasan, van cubriéndose más de ponzoña. Os duele que cada vez sean menos los que se arrodillan, los que os besan el diamante del dedo y aplauden frases huecas en medio de la enajenación. En definitiva, que son menos los que os financian.

De Dulcineas y Quijotes se alimentan los que proclaman justicia, libertad, vida. De falacias y exabruptos os nutrís vosotros, ocupando extensos terrenos del pensamiento a los que nunca nadie os invitó a ir: ni siquiera ese Dios que os inventasteis tras el telón del Liceo catedralicio y de la Santa Plaza de San Pedro del Vaticano hubiese dibujado mundos que fuesen en sentido contrario al tiempo. ¡Si hasta censuráis el amor si no se ajusta a lo que dictáis desde los púlpitos!

A Andrés le vino un verdadero mesías y un auténtico hermano: Javier. Como a Latinoamérica acudió Ernesto Guevara o en El Salvador cayeron en vuestro nombre verdaderos luchadores, lugar opuesto a vuestro trono, lucha justa y valiente dentro de vosotros pero que nada tenía que ver cono lo que pregonáis. Excepcional noticia que en las conciencias del mundo cada vez sugiráis menos aunque sigáis siendo amos de mucho. Gracias a eso, vuestras proclamas se escuchan pero las vidas se salvan. No sabes lo que me alegro, Andrés.

Para ti, en pocas líneas: honestos del PP

Tengo amigos, primos y tíos que simpatizan con el Partido Popular. Que defienden valores democristianos o liberales y, aunque se lo han planteado vistas las distancias políticas, prefieren votar antes al PP que al PSOE. Sin embargo a ellos como a vosotros, simpatizantes, militantes y dirigentes honestos del PP, os invito a hacer algo distinto, de todo corazón. Marchaos. Dejadlos en pelotas. Fundad otro partido, presentaos por libre, incluso tenéis otra opción, mirad lo que os digo y hasta donde estoy estirando mis posiciones, pues podéis apoyar a Rosa Díez. Tenéis mil caminos, pero largaos de allí. Ya se lo dije a Rajoy hace tiempo, pero no me hizo caso. Imagino que ese día lo tuvo difícil para leerme. Es realmente bochornosa la actitud de Esperanza Aguirre respecto a la comisión del espionaje, pues quiere pintar de normal algo de lo que parece tiene algo que ocultar. Me da pena Camps, que se la dan por todos los lados (por Dios, ¡Hasta su sastre!) y continúa haciendo la del 11-M. Amigos, hermanos, compañeros… Mandadlos a hacer puñetas. Si no, darán ciertas impresiones. Aquí no se salva ni Cristo.

El vuelo de la gaviota

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¿Qué te voy a decir yo?

 

Qué quieres que te diga, Ritxard. ¿Que me ofendí por la viñeta a la que enlazaba tu comentario en esta parrafada mía, esta parrafada nuestra –prometo que el toque ‘revival’ de los 70 ya pasó totalmente-, de la pasada semana? Pues oye, tampoco en demasía. ¿Que me lo voy a tomar con humor? Pues bueno, de aquella manera. No sé qué creer, si va con aviesas intenciones la dedicatoria, o qué, la verdad, pero supongo que, al igual que te has dado cuenta del mensaje que pretende transmitir la viñeta –lo que no puedo negar que consigue con acierto, vaya por delante- el que se encuentra por detrás del principal es un poco menos agradable.

 

Porque, si te das cuenta –fijo que te la das, no me cabe duda: si no, no habrías puesto su enlace- el personajillo que enarbola la enseña nacional no es un cualquiera que te puedas encontrar por la calle: es un estereotipo, al igual que lo son los otros que enarbolan las de algunas regiones españolas. Y no es un estereotipo cualquiera, qué va. Es un perfecto reflejo, fidelísimo además, de los (tardo) franquistas: pelo ‘pa’tras’, tirantes y azul mahón, ese azul tan mal llevado sin saber quién fue su iniciador, y esos conceptos tan… de aquella manera acerca de casi todo.

 

¿Qué sucede? ¿Quieres decir que el autor de ese artículo –o sea, yo- soy uno de ellos? Dilo, estás en tu derecho. Pero yo también lo estoy en decirte que te equivocas. Y de cabo a rabo, además. ¿Me vas a acusar de ser patriota? Hazlo. Y sin que te tiemble el pulso, la voz o ninguna otra cosa a la hora de hacerlo. Lo soy. Amo a mi patria como a lo que más en este mundo. Y ya ha quedado claro a lo largo de las semanas, de los meses y de las parrafadas por mí firmadas en este blog que no me escondo. Ni me esconderé. ¿Vas a hacerlo de ser derechista? Adelante. Porque tampoco te vas a equivocar. Ni tampoco pienso esconderme. Pero que no se te olvide una cosa: conservo dos dedos –incluso algo más- de frente. Y un cerebro en funcionamiento para llenar mi cráneo.

 

Ahora bien, si lo que pretendes es compararme a un franquista, allá tú. Porque te vas a equivocar. Los que me conocen en persona, al menos algunos, lo saben. No pienso dar aquí más explicaciones, dejándolo ahí.

 

Ah, y no dejaré de pensar que el excluir –o intentarlo- a amplios sectores de la población, principalmente por la lengua que hablan, o porque no lo hacen con otra determinada que el sector dominante quiere, es algo sectario. Lo más sectario que te puedes encontrar. Curiosamente, de los lugares en que se hablan lenguas diferentes –que tan ricas, si bien usadas, son- al español en esta nuestra patria, las tres regiones representadas por los personajillos de la viñeta es donde se da esa exclusión.

 

Y que eso no lleve, ni a ti, Ritxard, ni a nadie, a pensar que odio, o algo similar, a Galicia, al País Vasco o a Cataluña. Ni de lejos. Galicia es una de las tierras con mejores personas que he conocido, en País Vasco no se hartan hasta que estás saciado de comer –y de qué manera-, lo que se agradece, y en Cataluña, entre otras muchas cosas, está Barcelona, capital del mundo junto con Lisboa, para el gusto del que estas líneas está escribiendo. Sólo detesto, como ya he dicho antes, a la exclusión porque sí.

 

Otra cosa es que no quiera introducir términos de otras lenguas en español –aunque a veces ya no queda otro remedio-, lo que podría entenderse como desprecio a esos idiomas. No. No lo es. Quizá peco de ser excesivamente purista en el uso del español. Pero el hecho de no ser demasiado buen –por no decir nulo- conocedor de ninguna de las lenguas de esas regiones me hace reafirmarme en mi decisión de no usarlas mezcladas con el español, dado que lo que podría salir de ahí sería… a saber qué.

 

Sin entrar en la extensión del dominio de Internet en el que se aloja. Que se las trae. He ahí una muestra de sectarismo excluyente. Pero, allá ellos. De momento, Cataluña sigue siendo España. Al igual que Galicia y que el País Vasco. Aunque a algunos no les guste.

 

Encantado de haberte dirigido, a ti, lector de Diario de Periodismo, aunque no te llames necesariamente Ritxard, esta parrafada. Y a Ritxard, amigo de esta santa página –y no enemigo en absoluto de este tampoco santo articulista dominical-, sólo decirle que ahí queda, negro sobre blanco. Para su libre lectura.

 

Hasta el próximo domingo, queridos lectores.

Sala 0

The Visitor

Hay películas que merecen ser vistas por el mero hecho de aportar una visión más amable a los conflictos sociales. En tiempos tan rabiosos como estos, en los que de forma absurda se trata de politizar cualquier cosa, se agradece la llegada de una cinta tan modesta y humanista como The Visitor, viaje espiritual de un profesor universitario deprimido desde su viudedaz, que encuentra un sentido a su vida cuando regresa a Nueva York para dar una conferencia y descubre que en su apartamento de Manhattan, que no visita desde hace 25 años, habita una pareja de inmigrantes, él, sirio, y ella, senegalesa, que viven allí después de que alguien que se hizo pasar por un amigo del propietario les alquilara la vivienda. Desde ese momento, y especialmente entre el sirio y el profesor, se establecerá una conexión especial, donde el tambor africano, instrumento que toca el primero, tendrá una importancia trascendental. The Visitor es una película de humildes aspiraciones. No pretende ser una muestra de cine militante o comprometido, ni ser el discurso definitivo sobre la inmigración, pero tras su contencion se esconde un ejercicio de denuncia mucho más eficaz que el de cualquier cinta con vocación claramente política.
The Visitor es la clase de película que siempre pasará desapercibida. No atraerá a al público que busque un furioso alegato contra la indiferencia del sistema respecto al fenómeno inmigratorio, ni a los que busquen un drama desgarrado sobre la madurez y sus estragos. El personaje protagonista no podría ser más (deliberadamente) anodino y la trama no ofrece demasiadas sorpresas, no obstante no es difícil preveer como se desarrollará la siguiente escena. La dirección es bastante plana y despersonalizada y en definitiva carece de cualquier recurso efectista que la acerque al gran público. Y sin embargo la sensación final que deja en el espectador es la de haber visto una película agradable y entrañable, que apuesta por la conciliación, más que por la confrontación, por afrontar las miserias de nuestra mundo y su resolución desde una perspectiva más individualizada que social (¿y es que cuantos pierden el tiempo al tratar de solucionarlo todo a la vez mediante grandes movilizaciones, en lugar de ocuparse de cada caso particular?).

Y al buen resultado de esta película contribuye en gran medido su prodigioso actor protagonista, cuya interpretación le valió una merecida nominación al Oscar en la pasada edición. Richard Jenkins, habitualmente secundario de lujo, demuestra aquí que no es necesario exagerar para encarar un personaje y remarcar sus emociones. Con una economía gestual sensacional, a Jenkins le basta su mera presencia para atisbar entre los problemas de comunicación de su personaje a un hombre con ganas de experimentar nuevas sensaciones tras la muerte de su esposa, a un hombre bueno que no sabe como demostrar su generosidad hasta que conoce a la pareja de inmigrantes que despiertan en él una segunda juventud. En definitiva, The Visitor no pasará a la historia en ningún aspecto, no contiene ninguna escena que quede grabada a fuego en la memoria del espectador, pero en su conjunto es una de las película más coherentes, adultas y finalmente valientes (y es que su tesis: que nadie, en situación legal o no, puede ser expulsado de un país, más si cabe cuando todo su vida se encuentra ya en el lugar de acogida, es bastante impopular) de la cartelera. The Visitor es cine comprometido del bueno, del que no se mira en el espejo y se dice, "mirad que generoso soy", del honesto, del que no alardea de absolutamente nada.

Lo mejor: la interpretación de Richard Jenkins, su serenidad, lo entrañable de la propuesta.
Lo peor: es previsible y no contiene ninguna escena de verdadero impacto.



La película recomendada de la semana es una de las muchas que han retratado el conflicto de Irlanda del Norte, de triste actualidad tras los recientes atentados que han reavivado una problemática que se creía olvidada. El cine británico, al contrario del español que ha tratado el conflicto vasco y las actividades de ETA en contadas ocasiones y siempre de forma bastante superficial, ha analizado el conflicto de Irlanda del Norte con muchísima frecuencia, desde multitud de perspectivas y casi siempre de forma acertada. Cieneastas como Jim Sheridan han tratada los abusos policiales contra los sospechosos de terrorismo. Éste es el caso de la magistral En el nombre del padre. Otros como Neil Jordan han tratado los orígenes del conflicto. Es el caso de Michael Collins, revolucionario y finalmente político que consiguió la independencia de Irlanda del Sur, no así el norte, en 1922. Y otras como Omagh, de Pete Travis han narrado el atentado de 1998 en la localidad del título, llevado a cabo por el "IRA Auténtico" y que puso en peligro el proceso de paz. Todas ellas son películas formidables, pero si hay una que merece un lugar de excepción y que además es la más reveladora en cuanto al germen del nacimiento de la banda terrorista IRA es Bloody Sunday (Domingo Sangriento), dirigida por Paul Greengrass, más conocido por ser el máximo resposable de las dos últimas entregas de la saga Bourne y de United 93.

Bloody Sunday (2002)

30 de enero de 1972. La Asociación por los Derechos Civiles en Irlanda del Norte, harta de la discriminación sufrida por los católicos en dicho terriotorio y en protesta por el recientemente aprobado decreto del gobierno británico que autoriza los internamientos preventivos, ha convocado una manifestación pacífica. Al frente de ella se sitúa el idealista Ivan Cooper, diputado nacionalista en el parlamento inglés. La manifestación transcurre sin incidentes, pero el ejercito inglés está en las calles. Algunos, muy pocos, comienzan a lanzar piedras. La respuesta del ejercito: 13 muertos y 14 heridos. Resultado: la radicalización del conflicto, el desarrollo definitivo de la banda terrorista IRA y una sangría constante hata 1998.

Bloody Sunday se desarrolla en un único día, crucial para el estallido de violencia definitivo en Irlanda del Norte y la posterior ocupación del ejercito inglés. Rodada con estilo documental, muy similar al que el mismo director empleó en United 93 y en la saga Bourne, Domingo Sangriento, rebosa realismo y veracidad y consigue un efecto tan aterrador como el de la citada película sobre los atentados del 11-s, y al igual que está a pesar de conocer el final de antemano. Pero por encima de todo es una película que si bien no justifica lo injustificable, la posterior respuesta de los radicales, sí explica unos origenes que merecen ser conocidos para saber la verdad, y que diferencia a este conflicto del que vivimos en nuestro país, y es que allí ambos bandos se propasaron y mucho, hasta el punto de dejar de ser terrorismo para convertirse en una auténtica guerra civil.

CHINCHETAS EN EL MAPA

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Hola,

Éste es uno de esos días en los que creo que la sección se va a solapar, en cierto modo, con la de la Mochila de Patino. El motivo es que mi entrada va a ser la siguiente a la suya, con lo cual, va a parecer que se trata de otra propuesta para viajar. Aunque, bien mirado, se trata de secciones complementarias, con lo cual, para cuando el personal se haya hecho todo el recorrido virtual por Ávila, le recomiendo que se retrotraiga conmigo un par de años y poco para ir hasta


LOGROÑO (1)
1 de noviembre de 2006

Foto: Monumento en la Glorieta del IX Centenario de Logroño, en la entrada a la ciudad desde el este. http://www.panoramio.com/photo/18413504 . Autor: Destornillador.


La capital de La Rioja va a ser objeto de dos chinchetas, porque considero que el viaje que hice hasta allí ya merece por sí solo una entrada, y al mismo tiempo no querría pasar por alto mi estancia en la ciudad. Comenzaba el mes de noviembre de 2006, y yo atravesaba una etapa que no recuerdo precisamente como de las más altivas en el terreno anímico. Me había matriculado en un congreso de Historia Contemporánea que organizaba la Universidad de La Rioja, y cuyo secretario era una especie de amigo cibernético con el que había contactado a través de internet un año antes, después de que los dos fuéramos a otro congreso de Historia en Barcelona y no habláramos. Cosas extrañas de la vida, pero que al mismo tiempo resultan interesantes.

El caso es que del 2 al 4 de noviembre de 2006 se celebraba el I Congreso "Historia de Nuestro Tiempo" en Logroño, y yo había presentado una comunicación al mismo. Aparte de mi interés por este tipo de saraos, y de conocer personalmente al amigo riojano y hacer turismo, me movía el hecho de no atravesar mi mejor momento. Lo de querer escapar de la rutina en momentos así puede sonar a chiste, pero es toda una realidad. Son ocasiones en las que se puede coger algo de aire, oxigenarse, y esto permite que, aunque luego haya que volver a la dura rutina, se pasen al menos unos cuantos días de agradable paréntesis.

Supongo que esa necesidad de relajarme fue lo que me llevó a decidirme a ir en coche hasta Logroño. Desde mi casa, la distancia no es moco de pavo: más de 600 kilómetros. Pero podía tardar incluso menos que si me decidía a hacer tropecientasmil combinaciones ferroviarias, yendo además a mi puñetera bola. Así que dejé a mi madre en casa poniendo todo un altar de velitas a San Cristóbal, mientras yo me subía a mi coche a las 7.30 del 1 de noviembre. Por delante, media península.

Apenas había dormido la noche anterior, así que aproveché para acabar de grabarme un CD en MP3 con unas 150 canciones, que me sería suficiente para todo el viaje. Entonces todavía no tenía conexión ADSL, pero aún así, conseguí bajarme de la mula abundante material a lo largo de todo el mes anterior (a velocidad de mula, eso sí). Nada más tomar la carretera de salida para conectar con la autovía, encendí la radio. Instantes después comenzó a sonar esta canción:




Se trata de Strangelove, de Depeche Mode, un grupo que me ha fascinado siempre. Era tan sólo el inicio de la interesante compañía musical que me llevaría por la autovía A-7 hasta Valencia (y la N-340, en los tramos en los que aún está en construcción), y luego, la misma autovía para bordear la capital de mi autonomía. Hasta aquí, el mismo recorrido que sigo en mis habituales viajes veraniegos a Cataluña. Pero desde este punto, comenzaba lo desconocido. La A-23 comenzaba como una serpenteante autovía de escaso tráfico por la que resultaba de lo más agradable conducir aquella mañana festiva. La SER me fue informado del inicio de la jornada electoral en Cataluña, hasta que dejó de recibirse la señal. Ganaba altitud, mientras llegaba a zonas en las que la autovía aún no estaba terminada y había que seguir por la carretera N-234. En uno de esos tramos recuerdo que sonó esta canción:




Es imperdonable que, siendo de 1991 esta gran canción (La cuenta atrás, de Los Enemigos), yo la escuchara por primera vez en 2006, pero eso no obsta para que desde entonces sea una de mis sintonías de cabecera. Pensaba al oírla en que mi día a día no era del todo bueno, pero que debía ser positivo, porque tal vez pudiera cambiar alguna vez. Así, con ese estímulo, iba haciendo kilómetros, acercándome cada vez más a Teruel, esa ciudad a la que ya dije que siempre me sentiré vinculado. Tocaba parar allí porque había quedado con un profesor de Secundaria al que había conocido en otro congreso de Historia. Otra prueba más de la intensa vida social que se hace en estas citas.

Parada breve, porque mi amigo se iba a coger setas y tenía algo de prisa, y porque a mí todavía me quedaban por delante más de 300 kilómetros. Breve paseo por Teruel, con la indispensable compra de periódicos incluida, y a seguir camino. La A-23 también estaba terminada en este tramo, pero se mostraba como una vía recta, inmensa, derecha hacia el horizonte, y totalmente vacía en un día festivo como aquél. Me llegaba a dar la sensación de estar como en un bucle, a fuerza de no ver un solo coche durante kilómetros y kilómetros. Claro que así la ruta se hacía muy pero que muy agradable.

Desde Calamocha, la autovía volvía a estar en construcción. La N-234 volvía a ser la ruta a seguir. Claro que esto no era más que otro gran aliciente: carretera convencional plagada de travesías urbanas. Bueno, lo de urbanas era un decir, porque la mayoría de los pueblos eran poco más que villorrios asomados al asfalto desde lo alto de un peñasco. O bien era la carretera la que se asomaba al pueblo, como en la bella Daroca, en la que me reprimí los deseos de parar porque mi intención era hacer el descanso para comer en Calatayud. Así, seguí por la N-234, obviando la ruta más cómoda por la N-330 hacia Zaragoza. Prefería seguir atravesando pueblecitos, disfrutando de una carretera en muy buen estado, sin apenas tráfico y con un trazado para nada sinuoso.

Montón, Fuentes de Jiloca, Velilla de Jiloca, Maluenda y Paracuellos de Jiloca me llevaron hasta Calatayud. Importante localidad por la que no pregunté por nadie (no me fueran a linchar), sino sólo por un sitio para comer, en la papelería donde compré el Heraldo de Aragón. Aproveché para pasear por Calatayud, contemplando sus múltiples joyas mudéjares, aunque lamentando que el estado de conservación de los monumentos (y del casco antiguo en general, la verdad) no sea demasiado óptimo. Al menos, me quedo con la muy buena impresión de haber visto la iglesia donde ponía que habían bautizado a Fernando el Católico.

Desde Calatayud, autovía A-2 hasta La Almunia de Doña Godina, un tramo un tanto difícil para ser una vía de gran capacidad, con varias curvas en las que pasar de 80 por hora podía ser temerario, y unas pendientes que hacían renquear a los motores de los camiones. Pero se seguía haciendo camino, para después tomar la carretera autonómica A-121, otra de las aventuras del viaje. Había visto que por aquí se acortaban kilómetros, y quise comprobarlo, a riesgo de encontrarme con que aquello fuera un camino de cabras. Y no lo era, la verdad, ni mucho menos. No era una carretera magnífica, pero sí más que suficiente como para mantener una velocidad de crucero razonable. Grandes rectas y parajes totalmente desalmados entre las localidades de Ricla y Fuendejalón, dos de los muchos municipios que ese día pude añadir a mi lista de lugares vistos de pasada.

La A-121 termina (o empieza, más bien) en Magallón, desde donde la N-122 lleva a Gallur, donde empalma con la AP-68 y la N-232. La autopista me hubiera llevado directamente hasta Logroño, que distaba ya a sólo 120 kilómetros, pero preferí tomar la carretera, porque había leído que en el corto tramo que pasa por Navarra había sido en parte desdoblada, con lo cual, me ahorraría algo de peaje. Y así lo hice. Fui por la N-232, luego reconvertida en la autovía A-68, hasta Tudela, para tomar allí la autopista. Justo antes hice otra parada. Aquel bar y sus aledaños, que más tarde comprobé que está en el término municipal de Cascante, es el único suelo navarro que he pisado por ahora.

Apenas me separaban ya 90 kilómetros de Logroño, que se hacían rápidos por la AP-68. Esta autopista tiene un peaje bastante elevado, lo que hace que vaya literalmente vacía; me encontré aún menos coches que en la A-23 entre Teruel y Calamocha. Mientras tanto, yo seguía escuchando mi CD en MP3. Algunas de las canciones que me había bajado eran de La Trinca, un trío catalán de música satírica que componía unas desternillantes letras, primero en su lengua materna y más tarde también en castellano. Son los que luego fundarían la productora Gestmusic, que supongo que os sonará más. De cantar letras chorras a producir OT, ya veis. El caso es que me parecía un tanto surrealista estar surcando La Rioja por una autopista totalmente vacía, escuchando música satírica en catalán. He aquí una de las piezas que sonó en aquel rato:




Ho farem tota la nit, todo un himno del año 1988, que tuvo su versión en castellano llamada Lo haremos toda la noche (es la traducción literal, no se calentaron mucho la cabeza, jeje). Así, escuchando el trozo más petardo del CD (había hasta alguna canción de La Terremoto de Alcorcón), llegué hasta la salida de Agoncillo, pueblo cercano a Logroño. Quería entrar en la capital riojana por la N-232, porque me había mirado cómo llegar por esa ruta hasta el centro, y así de paso me ahorraba algo más de peaje.

La N-232, con bastante tráfico en este tramo, me llevó por las afueras de Agoncillo y el barrio de Recajo hasta la entrada de Logroño. Por fin, después de 10 horas de viaje, llegaba a mi destino. La carretera se transformaba en la autovía de circunvalación LO-20, pero yo la dejaba para entrar en la ciudad por el barrio de Varea. Al poco, un monumento en una glorieta me daba también la bienvenida a Logroño. Y mientras, sonaba esto en mi coche:




Piratas y Amaral, una combinación difícil de igualar, que me llenaba de energía a pesar del cansancio del viaje. Iván Ferreiro y Eva Amaral gritaban "¡Ya terminé!" mientras llegaba al principio de la Avenida de la Paz y me ponía a buscar un lugar para aparcar, sabiéndome ya en el centro de Logroño. Tuve suerte y lo encontré rápido, quizá por ser festivo. Hice la maniobra y, antes de apagar el contacto, miré el cuentakilómetros parcial, puesto a 0 antes de salir. 622 kilómetros. Sonreí. Aquello había sido una verdadera road-movie que me había sentado tan bien como muy pocas otras cosas. Y no era más que el principio de un periplo de varios días en La Rioja.

En la próxima entrega, las impresiones de Logroño aquel mismo 1 de noviembre de 2006, porque merecen su detenimiento. Mientras tanto, sed pacientes y disfrutad de la variopinta música.

Saludos y hasta la próxima.

13 de marzo de 2009



Tr3s Son Multitud. La serie por capítulos